Carcaño podrá salir de la cárcel para someterle al ‘test de la verdad’
El juez advierte de que el estudio solo debe servir para intentar hallar el cuerpo
El Juzgado de Instrucción 4 de Sevilla ha autorizado excarcelar a Miguel Carcaño, condenado a 20 años de cárcel por asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo, para someterle al llamado test de la verdad, un examen neurológico que mide la actividad cerebral y con el que se pretende averiguar el paradero de la joven, fallecida en enero de 2009. En un auto, la juez afirma que Carcaño ha dado su consentimiento para someterse a la prueba, que se realizará en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, especializado en este estudio. La realización de la prueba todavía no tiene fecha.
El juez Francisco de Asís Molina aclara que el test formará parte de la pieza separada abierta para seguir buscando el cuerpo de Marta del Castillo y advierte de que no es una diligencia de instrucción ni una prueba “ni tiene por objeto investigar la conducta de una persona sometida al proceso y, en consecuencia, nunca podría ser utilizada en contra del penado”.
El magistrado afirma que la prueba no podrá usarse contra el condenado
“Existe una condena firme por delito de asesinato y no ha aparecido el cuerpo de la víctima y es obligación de la Policía y del propio juzgado continuar con las pesquisas para su hallazgo”, explica el juez para conceder la autorización que ha reclamado por la policía.
La prueba, denominada Potencial Evocado Cognitivo, registra la actividad neuronal ante estímulos externos (sensoriales) e internos (procesamiento de la información, atención, orientación, toma de decisiones...). Para ello, se colocan sobre el cuero cabelludo electrodos “no invasivos e indoloros” que registran la información que después se analizará. Las modificaciones de la actividad eléctrica cerebral provocadas, denominadas Potenciales Evocados Cognitivos, generan ondas positivas.
La onda que se persigue en esta prueba se produce aproximadamente a los 300 milisegundos del inicio del estímulo que ha originado el potencial, de ahí que al test se le conozca con el nombre de P300. Esa onda, explica el juez, es sensible a la actividad eléctrica cerebral del sistema nervioso central, no puede ser modificada por la voluntad del sujeto, reacciona a datos de la memoria y genera datos digitales que pueden ser valorados objetivamente. “Dista mucho de lo que se ha venido en denominar máquina de la verdad”, advierte Francisco de Asís Molina.
A Carcaño se le mostrarán imágenes de lugares donde pudo deshacerse del cuerpo de la joven asesinada. Según el juez, este estudio científico “no atenta contra la dignidad personal del penado”, que libremente ha consentido someterse a ella y que, en cualquier momento, podrá negarse finalmente a hacerla. “No existe inconveniente por parte de este juzgado para que se lleve a cabo por si pudiera ayudar a descubrir o reforzar algún indicio o hipótesis sobre la suerte o paradero del cuerpo”, concluye el juez.
Carcaño cumple condena en la cárcel de Herrera de la Mancha (Manzanares, Ciudad Real) y desde allí tendrá que ser trasladado a Zaragoza para la realización de la prueba. El día y la se determinarán en una próxima resolución a propuesta de la Policía Judicial.
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