Una salud de frontera en Treviño

El fantasma de los problemas en la atención sanitaria en las poblaciones fronterizas con otras comunidades autónomas se ha reavivado, junto con el debate sobre cuál es la edad propicia para vacunar contra la varicela, con la muerte el pasado lunes en Vitoria de una niña de tres años de La Puebla de Arganzón, uno de los dos municipios de Treviño, el enclave burgalés en Álava. La localidad, un tranquilo pueblo en que solo los ladridos de los perros y las campanas de la iglesia perturban el silencio, se ha convertido en foco de atención ante las dudas que ha generado el caso de la pequeña Anne Ganuza.

El titular de Salud, Jon Darpón, dará explicaciones en el Parlamento la próxima semana de lo sucedido. La familia denunció que el servicio de urgencias del 112 vasco les denegó el envío de una ambulancia en la madrugada del lunes, por lo que trasladaron ellos mismos a la pequeña a Vitoria, donde falleció. La familia asegura que les dijeron que pidieran la ambulancia a Miranda de Ebro (Burgos), lo que el Gobierno vasco niega.

Los dos servicios sanitarios concernidos, Osakidetza y el castellanoleonés, han descartado que la pequeña muriese por problemas de coordinación entre ellos. Salud ha realizado una investigación de lo ocurrido, tanto en la valoración de la gravedad de la niña desde el 112 como en la atención que había recibido solo unas horas antes en las urgencias vitorianas.

Lo que más se escucha en La Puebla es que fue un caso “puntual”, un “cúmulo de circunstancias que llevó a la tragedia”. Añaden algunos consultados que el caso se ha “sacado de quicio” por razones políticas, vinculadas a la vecindad administrativa, a las puertas de que la proposición de ley orgánica planteada por el Parlamento vasco para que el enclave pase a ser territorio alavés llegue a las Cortes. Pero todo depende de a quién se pregunte.

Juan José, un mecánico jubilado de 83 años que espera a que llegue la furgoneta del panadero explica que, cuando a su esposa le pusieron sendas prótesis de rodilla, iba a Vitoria para la rehabilitación en una ambulancia que llegaba desde Miranda de Ebro. Junto a su vivienda, dos mujeres que vuelven de pasear por los alrededores resaltan que la madre de una de ellas, con dos trasplantes de riñón, solo tiene palabras de agradecimiento para los médicos de Vitoria. Con un ejemplo del ámbito educativo, resaltan que la atención a los habitantes del enclave ha evolucionado: “Hoy en día hay muchos niños que van a Nanclares [Álava] para estudiar en distintos modelos lingüísticos; antes, nuestros hijos no tenían esa posibilidad y estudiaban solo en castellano”.

El centro de salud de Condado de Treviño, el otro municipio del enclave, tiene a su cargo 1.874 habitantes con tarjeta sanitaria de Castilla y León, cifra reducida en comparación con la población real del enclave, pues muchos de sus vecinos están empadronados en Álava para disfrutar de los servicios vascos. Es un desfase evidente que a menudo remarcan los responsables municipales. Dicho centro de salud, a diez minutos en coche de La Puebla de Arganzón, está atendido por cuatro médicos y cuenta con un servicio de urgencias. A él se suman cuatro consultorios locales.

La atención especializada se realiza de forma mayoritaria en las consultas del Hospital Universitario de Álava, tanto en su sede de Txagorritxu como en la de Santiago. Todos los enfermos del enclave que precisen de la atención de especialistas vascos —517 en 2013, a los que se suman 794 pruebas de laboratorio y 137 de radiología— cuentan con una historia clínica abierta en Osakidetza, al igual que los pacientes con una tarjeta sanitaria vasca, resalta Salud. Un convenio de 2012 indica con carácter genérico que las emergencias se atenderán “con el recurso más óptimo”. Para estos casos, se movilizan la UVI móvil de Miranda o la unidad de soporte vital básico de esa misma ciudad, la de la localidad alavesa de Zambrana o, si es necesario, una ambulancia medicalizada de Vitoria. Los pacientes se trasladan a las urgencias de Miranda y de Vitoria. El tiempo de viaje asciende a 17 minutos desde Zambrana, 18 desde Vitoria y ocho más desde Miranda, pese a que las distancias son similares.

Euskadi recibió en 2013 casi 1.200 urgencias de Castilla y León, tanto del enclave como de otras zonas limítrofes burgalesas, como el Valle de Mena o Espinosa de los Monteros.

El alcalde de Condado de Treviño, el independiente Ignacio Portilla, señala que la vecindad administrativa “impregna todo” y resalta que, pasando a ser parte de Álava, se “quitarían los protocolos”. Reconoce, eso sí, que “la asistencia sanitaria es buena”. Su homólogo de La Puebla de Arganzón, Roberto Ortiz Urbina, también independiente, cree que los protocolos pueden ser excesivamente genéricos. “Los convenios, ni funcionan todos los días en el ámbito de la sanidad, ni funcionan todos los días en otros ámbitos”, añade fuentes de la plataforma Trebiño Araba da. Existen casos de descoordinación entre ambos sistemas sanitarios que muchos mencionan, siempre intercalando palabras de agradecimiento a los profesionales sanitarios de Vitoria.

“Hay veces que nos encontramos con que vienen dos ambulancias y otras en las que, como hace unos años, un cazador cayó en un agujero en el monte y, como estaba en la frontera entre Álava y Burgos, la Guardia Civil y la Ertzaintza no se aclararon y, al final, le rescató una cuadrilla del pueblo”, ejemplifica una vecina de La Puebla de Arganzón. El único dato que aporta la consejería de Salud es que no constan “quejas oficiales” del servicio.