Fernández guarda silencio ante la presión de Covite para cesar a Urkijo

El secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, eludió pronunciarse ayer sobre las acusaciones dirigidas un día antes desde Covite y UPyD contra uno de sus subordinados, Txema Urkijo, a quien se le reprocha haber ocultado cartas del etarra arrepentido Joseba Pikabea. Fernández, a su vez, tampoco mostró apoyo alguno hacia Urkijo, a quien deja en una incómoda posición política porque después de su larga trayectoria en favor de las víctimas del terrorismo se encuentra desasistido del respaldo del Gobierno vasco ante las críticas del sector al que más ha apoyado en su gestión.

Fernández se limitó a decir que no dispone de “datos suficientes” sobre las acusaciones vertidas contra Urkijo y lo relativizó al referirse como “algo que ha aparecido en prensa”. Según Covite, Pikabea respondió a varias cartas del exteniente de la Guardia Civil Miguel Angel Madariaga Lope, pero las misivas nunca le llegaron porque el coordinador de la Secretaría de Paz y Convivencia, Txema Urkijo, las ocultó. Por este motivo, Covite exige la dimisión de Urkijo. En su respuesta, Fernández admitió que “hay una persona en la cárcel que no ha podido expresar su versión y por lo tanto lo responsable es no hacer un pronunciamiento público”.

Pero UPyD ha visto en la actuación de Urkijo una brecha política para acompasar su argumentario. De hecho, su petición de dimisión se une a la que Gorka Maneiro, el único parlamentario de esta formación liderada por Rosa Díez, ya hizo en contra del propio Jonan Fernández.

Ayer, durante su presentación en Bilbao como candidata al Parlamento Europeo por UPyD, Maite Pagazaurtundua, hermana de otro asesinado por ETA, calificó la reserva de las cartas como un “juego sucio” y “muy grave”. “No puedes esconder una información a una víctima. No están por encima de nuestros derechos”, criticó.

Pagazaurtundúa critica en Bilbao a Urquijo por su actuación

En su opinión, existe “un juego que es muy peligroso en toda la estrategia del Gobierno vasco” y considera que el Ejecutivo que dirige Iñigo Urkullu busca un “maquillaje blando” y una “pista de aterrizaje” para ETA.

Para Maneiro, la Secretaría de Paz y Convivencia, dirigida por Jonan Fernández, está “inventando una especie de neolengua para no llamar a las cosas por su nombre y porque no están haciendo las cosas como deberían, sino todo lo contrario”. En este sentido, han registrado una pregunta parlamentaria al propio lehendakari Iñigo Urkullu para que explique este asunto.

De momento, el propio Urkijo ha preferido retirarse del debate en el que se ve involucrado mientras sus superiores analizan la polémica creada. Hasta ahora, venía desempeñando un papel importante en las anteriores legislaturas en el marco de las relaciones con las víctimas del terrorismo, incluso suavizando algunos rechazos desde estas organizaciones hacia anteriores responsables del Gobierno vasco. Incluso, el fuerte rechazo que provocó la difusión del Plan de Paz y Convivencia, presentado por Urkullu y cuya inspiración se atribuyó de salida a Jonan Fernández, motivó que Urkijo realizara una labor de contención entre algunas asociaciones de víctimas. A su vez, tampoco es un secreto la nula química entre Fernández y buena parte de su departamento.