“El futuro de Bilbao pasa por ser una ciudad inteligente que cree empleos”
El sucesor de Iñaki Azkuna adelanta que los 14 meses que quedan de mandato "está programado" el tipo de gestión
Tiene en la cabeza el modelo Bilbao de hoy y el de mañana: una transformación que debe procurar empleo en tiempos de crisis. Asistido por la experiencia de sus 23 años en el Ayuntamiento de la capital vizcaína que ahora preside, Ibon Areso (1944), mientras completa la mudanza a su nuevo despacho, recibe a EL PAÍS delante de un centro de orquídeas blancas enviado por el ministro de Economía de Singapur en recuerdo de Iñaki Azkuna, la sombra permanente.
Pregunta.¿Se siente revestido de alcalde?
Respuesta. Dicen que el hábito no hace al monje, pero es mentira. Lo primero que tengo que hacer para empoderarme en desplazarme a este despacho, pero no he tenido tiempo todavía. No he podido hacer limpieza de mi antiguo despacho. Pero me voy empoderando. Veo que en la calle la gente te para, te trata con cariño sin haber hecho nada y me gratifica con su cariño. Tengo que responder a eso.
P. ¿Qué ha cambiado de su estilo de vida?
"Transformar el espacio ferroviario de Renfe es la gran apuesta en el corazón de la ciudad"
R. Voy a procurar que cambien pocas cosas. Ser alcalde no deja de ser un ciudadano más de Bilbao. Como anécdota, nunca en coche, andando, como madrugo mucho, cuando veía que en la calle no había coches, no esperaba al verde. Pero ahora, pasaré todos los semáforos en verde. Otra cosa es que los alcaldes no mandan tanto. No me acostumbro a hacer mi vida, la compra con dos escoltas, pero veo que el concejal de Seguridad, Tomás del Hierro, manda mucho porque cuando les digo que quiero hacer mi vida normal, les ordena que siempre me acompañen.
P. Siempre en la trastienda, pero se le atribuye la transformación urbanística de Bilbao.
R. Es una razón profesional. Antes de entrar como primer teniente de alcalde en mayo de 1991 con Josu Ortuondo, el Ayuntamiento me habían llamado para dirigir la oficina del Plan General. Bilbao se había vcnido abajo. La crisis no era coyuntural y había que acometer el cambio de la ciudad. Ya entonces, el leitmotiv era el empleo. Había un 25% de paro. Todos los huevos estaban en la misma cesta, la industria pesada. Entonces dijimos que la mayoría del empleo debía estar en el sector terciario, en los servicios. Pero para conseguir nuevos empleos debíamos procurar tener ambientes más adecuados, no degradados. El medio ambiente era entonces la herramienta para conseguir el objetivo del empleo. Se cambió el chasis de la ciudad para recuperar los empleos perdidos en la industria pesada.
P. ¿Qué puede hacer un ayuntamiento ante la crisis?
R. Cuando se me pidió para este mandato qué acciones debíamos tener como objetivo de ciudad, titulé el documento que debíamos pasar de la ciudad amable a la ciudad inteligente. No lo hemos terminado, pero hemos demostrado que lo sabemos hacer. Hemos recibido premios internacionales, entre ellos el más prestigioso del mundo, pero no nos podemos dormir en los laureles. El objetivo es el empleo. Ahora hay otra crisis, distinta, que es financiera y que se siente cuando viene la gente diciendo que está en el paro. En cuanto al modelo de ciudad me refiero a la ciudad de bilbaínos inteligentes, de gente preparada. No podemos competir en manufacturas, el paso es más estructural y lo más importante es conciliar lo público y lo público, que es lo más difícil.
P. Pero ustedes ahí siempre lo han hecho bien...
R. Es un trabajo muy importante. Entre todas las administraciones, consiguiendo la concertación, hicimos infraestructura cultural, de transporte, etc. La primera transformación fue un cambio fotografiable que lo podemos enseñar, pero la segunda es mucho más coral, tiene que ser la sociedad, sobre todo las capas más jóvenes, pero no es fotografiable. Este nuevo tipo de industria, la creativa, al margen de la nuestra, la que une arte y tecnología es mucho más urbana y puede estar más diversificado por todos los barrios de la ciudad. La gente joven creativa busca oportunidades de alquileres económicos y esto demanda vida, ocio, que tiene que enriquecer a los barrios. Es nuestro reto.
P. ¿Qué le dará tiempo a hacer?
R. Nosotros no actuábamos año a año sino con programa de mandato. Lo que tenemos que hacer en los 14 meses que quedan lo tenemos claro. Yo no soy Iñaki Azkuna. Sería error querer ser un Azkuna bis. Era un personaje excesivamente singular. En la comunicación seremos diferentes pero en el plano de la gestión y en lo que queremos para Bilbao no hay diferencias porque lo tenemos programado.
P. ¿Es alargada la sombra de Azkuna?
R. No. Una cosa es el impacto popular, de cariño. Cada uno tenemos que ser nosotros mismos. No me condiciona. Otra cosa es que tengo que cambiar una estrategia más a pie de calle, de contacto con la gente.
P. ¿También agradecerá la colaboración de ministros e invitará al Príncipe?
R. Evidentemente. Todo es bueno para el convento. No tengo reticencias para que la Eurocopa sea en Bilbao o lo que traiga riqueza y lo que ayude a generar empleo. Eso es bienvenido
P. Por cierto, ya tiene claro quién le sucederá...
R. No. No tengo claro quién me sucederá. Mi partido no es de dedazo. Tiene procesos muy abiertos y participativos. Cada militante tiene su voto. Mi cariño y aprecio ya lo he manifestado de a quién voy a votar yo (Ibone Bengoetxea), no de quién me va a suceder.
P. ¿Habló de esto con Azkuna?
R. Nunca había pensado que le tendría que suceder. Nunca me hice a la idea de que iba a fallecer. [JOSÉ LUIS][ALDEKOA]La víspera de morirse fui a verle pensando en una visita de 10 minutos, y me sorprendió su lucidez, sus ganas de hablar. Estuvimos dos horas y pico hablando de cosas mundanas. No me imaginé que al día siguiente iba a fallecer.
P. ¿Qué le sorprendió más?
R. Sobre todo la serenidad...
P. ¿Le desveló algún secreto?
R. No. Me dijo que le iba a suceder. Ese día me dijo ‘sé que me vas a sustituir’. Estuvimos hablado del éxito de Musika Musika y de temas intrascendentes.
P. ¿Qué le recomendaría a su partido: repetir el modelo Azkuna o dar un giro más político?
R. Yo no creo que el próximo alcalde, que va a ser de mi partido, y aunque no fuere salvo Bildu, al margen de su personalidad y de su empatía, su proyecto seguirá. Tendrá que preocuparse de la economía. No me imagino a un alcalde que no se preocupe de la economía en estos momentos. Eso tiene que ser la prioridad. La ciudad tiene que tener alma, orgullo, proyectarse internacionalmente. A pesar de nuestra población, existimos en el mundo. Hay que mantener la ciudad limpia. Algunas ciudades con la crisis lo han descuidado y dan imagen de decadencia. Hay que cuidar el comercio, la hostelería porque da la vida y da empleo y eso es prioritario. No me imagino a un alcalde dedicándose a la cooperación internacional, aunque eso esté bien.
P. ¿Teme una politización en el resto de su mandato?
R. No. Tengo que agradecer a toda la Corporación que ha acogido mi alcaldía con naturalidad. Yo tengo una ventaja: no voy a competir con ninguno de ellos o los que pongan sus partidos. No podemos estar 14 meses elecciones, elecciones. Eso es aburrido para los ciudadanos.
P. ¿Bildu apretará el acelerador como oposición?
R. Conmigo y con cualquiera. Bildu tiene un modelo diferente. No sé la fuerza que tendrá en Bilbao. De momento, la que tiene es mucho más limitada que en San Sebastián. Cuando llegue esa pelea, no quiero que se me visualice como la persona a batir. Eso hará que sean meses más tranquilos.
P. ¿Ya ha imaginado esa obra que tenga el sello Areso?
R. Cuál me gustaría, si. Otra cosa es cuáles van a ser. Las dos operaciones son una gran estación de autobuses y otra cosa que lleva muchos años es Zorrozaurre. Como decía un consultor catalán, solo la paleontología lleva más tiempo que el urbanismo. ¿Cuál es el proyecto que me gustaría que no olvidasen los bilbaínos?: la gran apuesta, la oportunidad es transformar el espacio de Hurtado Amézaga, Bailén y Cantalojas. Todo ese espacio ferroviario que está en el corazón de la ciudad...
P. Pero condicionado por la llegada de la Y vasca...
R. Pero también por la crisis. Zorrozaurre es de largo recorrido. Abandoibarra empezó hace 20 años y todavía no se ha acabado. Pero el espacio ferroviario de Renfe me recuerda a Amézola que era una estación destartalada y se ha convertido en parque, viviendas. Ese es el gran cambio pendiente de Bilbao.
P. ¿Ya ha pensado dónde colocará el retrato de Azkuna?
R. (Sonríe). No va a ser en el pasillo. Es una decisión que tomamos con él en vida. Aunque teníamos una previsión de sitio para trasladar estos cuadros, cuando hemos tomado medida de estos cuadros, hemos visto que no nos caben para hacer este museo de la historia...
P. ¿Se reactivará la polémica?
R. No habrá polémica. El acuerdo está adoptado y bien adoptado y a mí me toca ejecutarlo. Es problema de ejecución.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.