_
_
_
_

“No voy a gobernar a cualquier precio”

El líder de los socialistas valencianos incide en que "el PSPV está más cerca que nunca del PP"

Ximo Puig, durante la entrevista realizada en su despacho de la sede del PSPV en Valencia.
Ximo Puig, durante la entrevista realizada en su despacho de la sede del PSPV en Valencia. TANIA CASTRO

El resultado de las elecciones europeas ha vuelto a convulsionar a un PSOE que vuelve a psicoanalizarse para ver si consigue encontrar una salida al laberinto en el que le metió José Luis Rodríguez Zapatero cuando, junto al PP, aprobó la reforma de la Constitución, plegándose a las exigencias de la troika, los mercados y algunos mandatarios mundiales. Una de esas posibles salidas pasa por la elección de Susana Díaz como secretaria general del PSOE. Iniciativa a la que se ha sumado el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, partidario de celebrar un congreso abierto en el que los militantes elijan directamente a su secretario general; pero también de que las primarias para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno se retrasen hasta pasadas las elecciones municipales y autonómicas. Esta entrevista se hizo el pasado miércoles. Ese día, Puig ya se manifestaba a favor de Díaz; pero las preguntas sobre la presidenta de la Junta de Andalucía se formularon cuando la mayoría de los dirigentes socialistas ya se había manifestado a favor de ella.

Pregunta. ¿Por qué han perdido los socialistas las elecciones europeas?

Respuesta. No creo que exista una sola causa. La izquierda no supo hacer frente a una crisis desconocida que no fue solo española, sino global. Esa incapacidad se dio en toda Europa y la consecuencia ha sido que la sociedad entendió que las dos grandes opciones políticas tenían la misma respuesta para el problema. Se instaló el pensamiento único y eso ha traído la radicalización. Me preocupa porque eso rompe la idea de Europa y porque afecta al núcleo mismo de la democracia.

P. Pese a ello la derrota de los socialdemócratas no ha sido uniforme.

R. No. Una de las mentiras del PP es presentarse como el único Gobierno europeo que no ha perdido las elecciones. [Matteo] Renzi ganó en Italia y gobierna. Se ha ganado en Suecia y hemos avanzado en Alemania y en Portugal.

P. ¿Y en España?

R. Hemos sido más incapaces que en otros sitios a la hora de transmitir que existía un mensaje diferenciado del de la derecha. Además, aquí arrastramos otros problemas que venían de atrás. Cerramos mal el congreso de Sevilla, no optamos por el cambio, no supimos encontrar la solución y el partido se fracturó.

Tenemos un problema de credibilidad que hemos creado nosotros cuando hemos dicho una cosa y su contraria.

P. ¿Qué debería cambiar para que el PSOE recuperara la confianza de sus votantes?

R. Necesitamos una nueva práctica política basada en la radicalidad democrática, reforzar la ideología socialdemócrata y conseguir que el partido sea capaz de unir cambio y liderazgo con unidad.

P. ¿En qué consistiría esa nueva práctica política?

R. Reacción democrática contra la corrupción y más transparencia. Mucha gente me dice que lo más importante es el empleo. Es cierto. Pero primero debemos resolver la cuestión democrática. Lo que está en crisis no es solo la economía, que es muy grave. Está en crisis todo el sistema, incluidas las instituciones. Mire, muchas de las cosas que reclaman los ciudadanos estaban en nuestro programa, incluso hemos ido mucho más allá. Los socialistas valencianos hemos sido capaces de hacer unas primarias abiertas, cosa que nuestros compañeros del resto de España no han hecho. Creo que hemos acertado en el diagnóstico. La reacción democrática es el problema capital.

P. El diagnóstico tal vez sea correcto, pero el PSPV cada vez está peor. Llevan camino de convertirse en el PASOK.

R. No creo que estemos en un proceso similar al de los socialistas griegos; pero quien crea que hemos tocado el suelo puede equivocarse. El suelo es cero. Dependerá de nosotros el recuperarnos o seguir cayendo. Pero no deja de ser paradójico que la gente reivindique más que nunca las políticas que hemos hecho los socialistas en sanidad, educación, contra las privatizaciones o en favor de los derechos civiles. Todo eso ha sido la aportación de la socialdemocracia y el socialismo libertario en gran medida. Para el PSOE no deja de ser dramático.

P. Y la realidad, tozuda. Tienen unos agujeros negros inmensos en las grandes ciudades. ¿No piensa cambiar nada, aunque solo sea para que todo siga igual?

R. Tenemos que cambiar muchas cosas. En Valencia, por ejemplo, hemos puesto en marcha muchas iniciativas para contactar con los ciudadanos.

Ximo Puig, durante la entrevista.
Ximo Puig, durante la entrevista.TANIA CASTRO

P. Con pésimos resultados.

R. La verdad es que han sido insuficientes. Tenemos que hacer un planteamiento para todas las grandes ciudades.

P. ¿Habrá sorpresas en los candidatos?

R. Habrá primarias abiertas en las ciudades de más de 20.000 habitantes. Y eso nos ayudará. Habrá un proceso de cambios de actitud, una revolución.

P. ¿Revolución? ¿En el partido? ¿En los comportamientos? ¿En las caras?

R. Una revolución innovadora y democrática.

P. Un diputado laborista dijo hace muchos años que prefería ganar él, aunque perdiera su partido. ¿No hay muchos cargos públicos como ése en el PSPV?

R. A ver... Es verdad que pueden existir algunos casos. Pero es humanamente comprensible. Hay gente que, tras la dictadura, entró muy joven en política. Deberíamos buscar fórmulas para que entrar en la vida pública y salir de ella sea más fácil.

P. ¿En una partitocracia, donde lo más importante es quedar bien con los que mandan? ¿No sería mejor platearse la limitación de mandatos para todos?

R. Yo si soy presidente de la Generalitat sólo lo seré durante dos mandatos; pero en algunos casos, en los ayuntamientos, por ejemplo, podría justificarse algún tercer mandato. Dicho lo cual, creo que la limitación de mandatos es necesaria. Deberíamos ser capaces de conjugar el sentido partidario, el individual y la meritocracia. Pero lo que no puede ser es cada concejal o cada diputado vaya a la suya compitiendo.

P. Pero muchos solo compiten para mantenerse en el cargo.

R. Por eso creo que deberíamos encontrar espacios de racionalidad. La política debe tener un grado de eficiencia real.

Pienso que en el tema de la crisis financiera hemos tardado demasiado en tomar decisiones y en el caso de la Comunidad Valenciana no se ha actuado con contundencia con las personas que más daño han hecho a este país.

P. ¿Meritocracia o gerontocracia? En las imágenes de la noche electoral del 25-M en la sede del PSPV no se veían jóvenes.

R. No se veían porque estaban en las mesas electorales. Las Juventudes Socialistas son lo que mejor funciona en el partido.

P. Pues los deben tener muy escondidos.

R. Uno de mis prioridades va a ser la de dar más visibilidad a los jóvenes en todos los ámbitos. El 20% de los miembros de las candidaturas locales van a ser jóvenes. Son gente muy valiosa y muy preparada y desde luego no tienen que ser el futuro, sino el presente

P. Se empieza a hablar de una alianza entre Compromís, Esquerra Unida y Podemos. ¿La ve viable?

R. No debo ser yo quien interfiera en las relaciones de otros partidos, algunos de los cuales son consecuencia de muchas coaliciones internas. Lo realmente importante es que en estas elecciones, por primera vez en muchos años, se ha constatado un voto mayoritariamente progresista. Cierto que está muy atomizado, como también que la suma de tres partidos no daría el mismo resultado en votos.

P. ¿Por qué el PSPV ha renunciado a tener un proyecto autónomo y mayoritario en la izquierda?

R. No hemos renunciado. Queremos tener un proyecto autónomo para la Comunidad Valenciana y en eso estamos trabajando aunque no con todo el éxito que nos gustaría. Pero nuestro objetivo central no es solo ser el partido hegemónico en la izquierda, sino dar respuesta a una situación de desgobierno creada por el PP en estos últimos 20 años. Y aunque nuestro resultado es manifiestamente insatisfactorio, la verdad es que estamos más cerca que nunca del PP.

P. Pero eso es más demérito del PP que mérito del PSPV.

R. Eso es cierto, pero gran parte del desgaste del PP se debe a nuestro trabajo. Otra cosa es que después no nos beneficiemos directamente. Pero con todo, el PSPV en estas elecciones no ha perdido la mínima posibilidad de poder producir el cambio el año próximo.

P. Lo de renunciar a un proyecto autónomo no es cosa mía. Lo reconoce su portavoz parlamentario en las Cortes Valencianas cuando habla de gobernar con un bipartito, tripartito o cuatripartito.

R. Solo seré presidente si puedo desarrollar un programa riguroso y coherente para salir de la crisis de forma cohesionada. No voy a gobernar a cualquier precio. Debe haber un programa serio porque la situación de la Comunidad Valenciana es de tal nivel de emergencia que tendremos que hablar con todos y, cuando se haya constituido un gobierno sólido, habrá que generar un espacio de consenso de todas las fuerzas sociales, políticas y sindicales para intentar levantar la Comunidad porque está muy mal. Dicho lo cual, los ciudadanos deciden y no hay que satanizar un gobierno de coalición.

P. Ya que menciona el programa. Decía usted que la gente reivindica en la calle las políticas que han desarrollado los socialistas. Pero el hecho es que muy pocos parecen creerles.

R. Es verdad. Tenemos un problema de credibilidad que hemos creado nosotros cuando hemos dicho una cosa y su contraria. Esa es una parte del problema, si, además, no das soluciones diferentes, pues todo suma. Hay quien cree que basta con cambiar las caras; pero eso no es verdad. Tenemos que cambiar las prácticas, hacer alianzas intergeneracionales profundas, dar más protagonismo a las mujeres y a los jóvenes. Y tenemos que cambiar las caras, claro.

P. Todo eso está muy bien; pero desde hace mucho tiempo su partido es muy respetuoso con el establishment, han renunciado al punto de rebeldía que tenían durante la transición y se han alejado de los ciudadanos. No hablan su lenguaje.

Creo que es la persona que necesita el PSOE en estos momentos y trabajaré los próximos meses para convencer a la militancia para que le apoyen si definitivamente decide presentarse.

R. Es verdad que existe que existe una desconexión. Fundamentalmente porque no hemos encontrado respuestas para una crisis tan profunda, para este conjunto de crisis. Nos tenemos que atrever a replantearlo todo, cuestionar cosas que desde siempre se han dado por hechas. Pero no vamos a solucionar los problemas como si la política fuera un espectáculo o con respuestas episódicas o fáciles.

P. ¿Cuándo dice que tienen que replanteárselo todo a qué se refiere?

R. Para empezar, debemos de cambiar las instituciones y hacerlo con otro lenguaje. La arquitectura de la Generalitat es la misma desde la transición y las cosas han cambiado mucho. Tenemos que renovar la forma de hacer política, los cargos públicos tienen que asumir sus responsabilidades y hay que fortalecer la democracia representativa. Son muchas las cosas que hay que poner en cuestión; pero no ir pegando volantazos para apuntarnos a esta o a esa moda. Nosotros tenemos un programa serio y, como dice Tony Judt, la socialdemocracia, con todas sus imperfecciones es lo mejor que le ha pasado en la evolución de la humanidad. Y lo que tenemos que hacer es ver cómo lo articulamos en la actualidad.

P. Tal vez no sea una cuestión de dar volantazos sino de cambiar el lenguaje. De tener menos miedo a decir las cosas por su nombre.

R. Pienso que en el tema de la crisis financiera hemos tardado demasiado en tomar decisiones y en el caso de la Comunidad Valenciana no se ha actuado con contundencia con las personas que más daño han hecho a este país. Por ejemplo, el otro día me contaban que José Luis Olivas seguía en Baqueira y era recibido como un gran personaje. Y eso es muy duro. Ahí ha faltado contundencia.

P. ¿Cómo le explicaría a un desahuciado al que un banco le ha quitado su vivienda que tres políticos condenados a prisión siguen en libertad?

R. A mí también me parece incomprensible. Situaciones como estas generan el distanciamiento de los ciudadanos. La dación en pago es básica. Es una cuestión con la que tenemos que acabar definitivamente. En el tema de los desahucios también hay un error inicial del PSOE. Nadie puede entender que después de que te echen de tu casa tengas que seguir pagando.

P. Los ciudadanos no entienden según qué privilegios de los políticos. El aforamiento, por ejemplo.

R. Soy partidario de acabar con el aforamiento salvo para el que tiene que ver con la libertad de expresión. Un diputado que conduce con exceso de alcoholemia tiene que ser juzgado exactamente igual que otro ciudadano.

P. Una voz puede hablar por 14.000. ¿No era un hombre un voto?

R. Yo defiendo, con todas mis fuerzas, la máxima de un militante un voto. Así lo defendí en el Congreso de Sevilla aunque no fue aprobado. Con el voto en contra de muchos que ahora claman, hace seis años lo propuse en Valencia. Después lo llevamos a Sevilla y perdimos contra algunos que ahora lo reclaman.

P. ¿Cuándo supo que Susana Díaz aspiraba a la secretaría general?

R. No lo sé. Lo defiendo y lo apoyo. Creo que es la persona que necesita el PSOE en estos momentos y trabajaré los próximos meses para convencer a la militancia para que le apoyen si definitivamente decide presentarse.

P. ¿No cree que la alianza entre Andalucía y el País Valenciano es tan poderosa que, de hecho, cierra un congreso que se presenta como abierto?

R. Los grandes logros comienzan con un pequeño paso. Un militante un voto es un objetivo realista y necesario. Andaluces y valencianos representamos a las dos primeras federaciones del PSOE pero la palabra la tienen siempre los militantes.

P. Susana Díaz, primero secretaria general. ¿Candidata a las primarias, después?

R. Eso lo tendrá que decidir ella. En cualquier caso, primarias abiertas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_