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La sequía causa pérdidas de 340 millones al campo valenciano

Se ha malogrado casi la totalidad del cereal, solo los cítricos tienen pérdidas de 240.000.000

Toda la cosecha de cereal se ha ido al traste en la Comunidad Valenciana. Las hojas de los olivos de Castellón se arrugan. Las comarcas del interior ven cómo los almendros expulsan los frutos. La naranja llegó partida y la fruta de verano se espera de tamaño reducido y poco rentable. Esta es la fotografía que ven los agricultores valencianos cuando piensan en los efectos de la sequía en sus campos, una ausencia de lluvia inédita desde 1950 que hasta el momento ha producido pérdidas calculadas en 343 millones de euros. Los labradores piden ayuda.

“Exigimos a la ministra Isabel García que, como en 2005, haya ayudas especiales contra la sequía”, señaló ayer Ramón Mampell, responsable de la Unió de Llauradors i Ramaders a su salida de la subdelegación de Gobierno en Alicante, donde el sindicato entregó tierra seca, y trozos de olivos y almendros muertos para la ministra.

La sequía está haciendo estragos, pese a las lluvias caídas en Valencia y Castellón la noche del jueves, según Mampell. “Quizás estas precipitaciones aporten agua para el próximo año, pero solo sirven para llenar pantanos para el 2015”, continuó el sindicalista, “pero este año está casi todo perdido”.

La sequía ha dejado un mapa que en zonas de Alicante, por ejemplo, da un aspecto desértico. Solo uno de los nueve sistemas agrícolas que dividen el territorio valenciano presenta normalidad, el del Júcar. Seis de ellos están en prealerta, uno más que hace un mes. El sistema de La Marina Alta y el del Vinalopó-l’Alacantí ya están en alerta. En el último mes, los embalses alicantinos han caído por debajo del 45% de su capacidad. El del Turia está en un 40%, los de Castellón, al 38%. Aunque se riegue, explican los agricultores, el goteo no empapa, ni limpia las raíces, va directo al bulbo de la planta, pero el árbol sufre.

Alicante, una estampa desértica

R. E.

A lo largo del año hídrico, que comienza en octubre, han caído en la Comunidad Valenciana 139 litros por metros cuadrado, una cifra histórica, que no se registraba desde 1950. El déficit de precipitaciones roza el 65%, el territorio autonómico tendría que haber recogido ya 390 litros. En comarcas como Camp de Túria, Camp de Mordevre, L’Horta Oest o La Foia de Bunyol.

La situación de las comarcas de l’Alacantí y Vinalopó, en cambio, presentan números saharianos. En el año hídrico han caído poco más de 6 litros por metro cuadrado.

La sequía se explica mirando atrás. El invierno ha traído muchas borrascas del Atlántico que descargaron en el centro y oeste peninsular, llegando al Mediterráneo secas. El viento de poniente no ha ayudado, aumentando la evaporación y la sensación de sequedad. En el incendio que se desató en la ladera del Montgó (Marina Alta) a principios de mayo, las mediciones de la temperatura del suelo daban registros de agosto.

La lista de penalidades es extensa: acuíferos al límite, pozos que se salinizan en zonas de regadío, baja calidad de la producción, aumento del coste energético, llegadas de plagas, pérdida de arbolado de secano… Todo cuantificable: casi 17 millones de déficit en el cereal; de 27 millones, en frutos secos; en el olivo se puede perder el 70% de la cosecha, más de 23 millones de euros; solo los cítricos suman pérdidas de 240 millones.

Los agricultores piden al Ministerio de Medio Ambiente y la consejería valenciana una comisión de seguimiento de la sequía y ayudas directas a aquellas explotaciones dañadas: concesiones mínimas de 15.000 euros por empresa agraria a repartir en tres años, reducciones en el IRPF de los afectados, condonación del IBI rústico con cargo a los presupuestos generales del Estado, y bonificación del 100% de las cotizaciones de la Seguridad Social, entre otras.

En 2005, el ministerio subvencionó durante ocho meses el 50% de las cotizaciones de Seguridad Social, hubo ayudas directas o créditos que tuvieron intereses del 0%. La diferencia entre entonces y ahora, explicó Mampell, es que “en 2005 la sequía no fue tanto pero lo fue en toda España. Esta vez es solo aquí”, explicó.

Trasvase Júcar-Vinalopo

La oposición contra el trasvase del Júcar al Vinalopó, reiterada este jueves por los regantes manchegos y de la provincia de Valencia, es para La Unió una muestra más de la necesidad de acabar los planes de cuenca y tener un fuerte plan hidrológico a nivel nacional.

La Unió es sensible a las peticiones de los regantes valencianos y piensan que antes de entrar en un debate "politizado totalmente" habría que intentar aprovechar recursos. "Pero políticamente no interesa", consideró Ernest Blasco, responsable en materia de aguas del sindicato agrícola. "Hay recursos desaprovechados. En tres depuradoras del entorno de la capital alicantina se vierten al mar más de 25 hectómetros cúbicos anuales de agua depurada en grado terciario; es decir,  perfectamente apta para regadío de arbolado, por ejemplo.

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