Las Corridas Generales, con el freno de mano puesto
Los toros avanzan con buenas tardes en el plano artístico, pero no a la velocidad adecuada
Nueve días de toros en Vista Alegre han mostrado que la fiesta de los toros camina con el freno de mano puesto. Avanza, porque se han vivido buenas tardes en el plano artístico, a pesar de que el mal uso de la espada no haya permitido triunfos, pero no marcha a la velocidad adecuada.
Miguel Ángel Perera, el día en que rozó el indulto de un toro de Garcigrande de nombre Hechicero y premiado con el Premio al toro más bravo por el Club Cocherito, ha sido el triunfador de las Corridas Generales, pero no se quedan atrás Hermoso de Mendoza, Iván Fandiño, Enrique Ponce o los detalles de Morante de la Puebla. El otro nombre propio es el del novillero José Garrido, que salió en hombros después de cortar seis orejas en su encerrona con otros tantos utreros en la matinal del viernes.
Ha avanzado también en aspectos como el aumento de festejos o la exitosa recuperación de las vaquillas matinales, que han atraído a numerosos jóvenes a la plaza. Pero sin duda el punto flaco de la Aste Nagusia taurina ha sido la bajada en la asistencia de público a lo largo de la feria.
El punto flaco ha sido la bajada en la asistencia de público
Los rectores de la plaza bilbaína, a falta de un balance oficial, no lo ven claro: “No es una bajada significativa, ha parecido más porque se ha concentrado en ciertos días, pero el número de gente apenas ha bajado”. Sin datos aún, parece claro que existe un reclamo menor, lo que propició unas entradas muy pobres en los tres festejos iniciales y en el que cerró el ciclo.
La causa principal es que la afición camina desunida. Los dos clubes más importantes, el Cocherito y el Taurino, no acaban de arreglar sus discrepancias y no hay una voz común que represente a los aficionados y les aúne con la Junta Administrativa.
El ambiente de los clubes ha sido intenso en coloquios, actos y redes sociales, pero la editorial de la publicación oficial del Club Cocherito, una sociedad con más de un millar de afiliados, es rotunda: “La unión es imposible”.
Mientras, en Euskadi el acoso de los antitaurinos tiene una cobertura política añadida, y se demuestra cada año que el futuro de la fiesta sólo tiene fuerza desde la autogestión de los aficionados. Casos positivos como Azpeitia, Bayona o las plazas del sur de Francia son un claro ejemplo, que cobran más autoridad al comprobar el fracaso de ferias como Vitoria.
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