El arte sí hace campaña a favor de votar el 9N

Arte y libertad de expresión siempre han ido de la mano. En tiempos convulsos, como los conflictos bélicos o en procesos electorales, los artistas siempre, como colectivo, o de forma individual, han dejado oír su voz. Lo hicieron Picasso con su enorme Guernica, Joan Miró con El Pagés Català o Juli González con su escultura Montserrat durante la Guerra Civil participando en el Pabellón de la República Española de París y lo han hecho, más recientemente, un grupo de artistas, “los de la ceja” que apoyaron con su mensajes y participando en actos a José Luis Rodríguez Zapatero para conseguir su reelección en las elecciones generales de 2008.

En la coyuntura actual que vive Cataluña los artistas también han querido decir la suya: El pasado mes de mayo 300 creadores firmaron el manifiesto Artistes visuals pel dret a decidir a favor del derecho a decidir. Ahora, que el proceso parece enquistado tras la anulación de la consulta por parte del Tribunal Constitucional y a tan solo un mes del ya famoso 9 de noviembre en el que Artur Mas ha fijado la fecha de votación un grupo de artistas han vuelto a reivindicar el derecho al voto de los catalanes. Y lo hacen como mejor saben hacerlo: creando obras de arte.

La iniciativa promovida por entidades de la sociedad civil catalana como la Plataforma Pro Selecciones Deportivas Catalanas se ha materializado en la exposición #ArtVeuiVot que ayer inauguró el Museo de Historia de Cataluña (MHC) con 80 obras, de otros tantos artistas: pintores, músicos, diseñadores gráficos, poetas visuales, ilustradores y creadores audiovisuales, entre otros, que reclaman poder votar.

Los comisarios de la exposición, la crítica Pilar Parcerisas y el profesor de la Universidad Autónoma de Cataluña y conservador Ignasi Doménech encargaron a 100 artistas una obra en un mismo formato (DIN A3), en el que plasmaran una imagen, un texto, una idea que dieran visibilidad al proceso. Al final han reunido 80.

La lista de artistas, todos muy conocidos, es larga: Vicenç Altaió, Marcel·lí Antúnez, Francesc Artigau, Begoña Egurbide, Esquerrà, Manel Fontdevila, Ferran García Sevilla, Carles Hac Mor, Lluís Juste de Nin, Antoni Llena, Robert Llimós, Josep Maria Mestres Quadreny, Javier Mariscal, Muntadas, Enric Pladevall, Joan Rabascall, Angels Ribé o Vicenç Viaplana, y así hasta 80.

El resultado de sus trabajos también es muy diferente: Algunos utilizan un lenguaje más intimista para expresar la unión de todos los catalanes, como Saralegui, que dibuja un grupo de catalanes que avanzan bajo una pesada losa que llevan sobre sus hombros o los hilos cortados como imagen del no derecho a decidir de Montserrat Costa. Otros se refieren irónicamente a la crisis y a la corrupción, y critican abiertamente a los políticos que han empujado a Cataluña a querer esta salida, como la obra de Jordi Cerdà, Això es putrefacte o la de Evru que en Dolça Catalunya reclama estado pero no nación y pide jabón para hacer una limpieza profunda en Cataluña. Muchos juegan con símbolos como Quim Domene, que se atreve con el pantocrator de Taüll, Esquerra tunea a su personaje más famoso, la Norma y Anthony Garner dibuja a un payés con barretina amordazado por una bandera española que le impide hablar. Hay auténticos carteles de llamada a la votación del Si, Si que conduciría a Cataluña a la independencia, como la sutil partitura del compositor Josep M. Mestres Quadreny en el que un pentagrama contiene dos notas del Sí.

Otros se limitan a apelar a la voluntad de querer y poder votar como Joan Rabascall que crea un auténtico cartel publicitario. Muchos hacen referencia a la famosa V que se visualizó el pasado 11 de septiembre, pero también la V de votación o de victoria como el trabajo de Ferran García Sevilla o el de Jordi Borràs. También aparece de forma reiterada la urna y el sobre, como la Prenyada de Francesc Artigau o la pétrea obra de Ernest Altés en el que el sobre intenta penetrar en una urna de hormigón. Más poético o incluso sensual es la obra de Antoni Llena, Contra l’erotica del poder, l’erotica del votar, en la que un sobre se introduce por un mástil rojo que parece un sexo femenino.

Todos los artistas han donado las obras que pasarán a formar parte de los fondos del MHC. Además, los organizadores ponen a disposición de los 920 ayuntamientos catalanes que se han manifestado a favor de la consulta para que utilicen las imágenes como mejor convenga “para que se conviertan en iconos y símbolos de la sociedad”. La exposición es un proyecto póstumo del anterior director del MHC Agustí Alcoberro, que ayer, en su segundo día como responsable del centro, inauguró Jùsep Boya con todos los honores.