Miserias ante el público

Hay una pregunta que planea latente durante toda la función: ¿Y tú que habrías hecho en mi lugar? Un pasado y un presente de dos policías amigos desde la infancia que van narrando al público cada uno su verdad para buscar en él la complicidad. Los dos van contando y defendiendo delante del otro su versión, su realidad, falsa o no, con el espectador como gran jurado popular. ¿Quién tiene razón? ¿Porqué las versiones difieren tanto? Sergio Peris-Mencheta y Roberto Álamo estrenan en los Teatros del Canal de Madrid Lluvia constante, un thriller psicológico con tintes de drama que dirige David Serrano (Madrid, 1975) Es el viaje emocional de dos amigos que confiesan de manera cruda y directa todas sus miserias, traiciones y amistad y que por el camino van dejando un rastro de desolación y amargura, apenas algún rasgo de la felicidad inicial.

Solos en un escenario desnudo, cuatro sillas y una mesa, que puede asemejar una cárcel, una sala de interrogatorios, incluso un exterior lluvioso, con una línea de luz que separa el pasado y el presente, los dos actores se adelantan para dirigirse al público, exigiéndoles su opinión, y dan un paso atrás para recordar los acontecimientos vividos. Lluvia constante forma parte de la primera trilogía del guionista de culto Keith Huff, autor de Mad Men o House of cards, que batió recórds de espectadores en Broadway en 2009 con Hugh Jackman y Daniel Craig como protagonistas y que, un año más tarde, Pau Miró la dirigió en Barcelona con Joel Joan y Pere Ponce.

Fue este verano en los Pirineos donde director y actores fueron dando forma a la adaptación del texto de Huff que han realizado al alimón, pasando de la comisaria de Chicago a un lugar sin tiempo ni espacio, simplificando y recortando la obra para hacerla más directa, sin momentos muertos ni vacíos, dejando a un lado lo que consideraban más superfluo y accesorio y centrándose en la energía y la tragedia de estos dos policías vestidos de paisano. Es el resquebrajamiento de una amistad, en el que, advierten, poco importa que sean policías.

Ayer, a pocas horas del estreno, los tres reflexionaban en voz alta. La propuesta de Serrano ha sido bien clara: "Es una obra abierta a la improvisación, sobre todo la parte del principio. La apuesta es que improvisen entre ellos, teniendo en cuenta también con lo que a diario encuentren en el patio de butacas. La función cada día tiene que ser distinta y eso solo se puede hacer con actores muy buenos y muy serios". Muchas cosas unen a estos dos intérpretes que comparten escenario por primera vez. Una edad parecida, Mencheta (39 años) Álamo (44), vivencias similares en la profesión y una paternidad reciente con un hijo del mismo nombre: Río. Peris-Mencheta, en el papel de policía bueno, ex alcohólico y solitario, y Roberto Álamo, un ingenuo feliz, pero dolido y violento, son dos personajes desubicados desde el principio, cuyas vidas van pasando por el paraíso y la inocencia perdida hasta el limbo infernal en un destino marcado quizás por otros.

Defensores de ese teatro en el que algo tiene que pasar cada día, en el que no hay posibilidad de repetición —”el que pretende repetir termina aburriéndose él y aburriendo al público”, apunta Mencheta—, buscarán cada noche algo nuevo en el espectador, en un diálogo no solo emocional sino también de palabra que prometen ir cambiando. Como ese improvisado “apague por favor ya el móvil” que dirigió Álamo a un espectador en la noche del miércoles como si la frase formara parte del guion.

La ebullición interna que muestran los dos actores en Lluvia constante, todo un cuento de adultos para adultos, puede convertir esta obra en uno de los grandes estrenos de la temporada madrileña.