Un hombre mata a golpes a otro por grabar a su hija menor
El fallecido había sido detenido por poseer fotos pedófilas
Devinder Singh, de 40 años y de nacionalidad británica, cenaba con su familia en el restaurante The Spinnaker, uno de los más conocidos de la lujosa urbanización de Sotogrande (San Roque, Cádiz). Y uno de los pocos abiertos en el puerto en estas fechas. A pesar de ser sábado por la noche, solo había ocupada otra mesa. En ella, cenaba Sandro Rottman, de 43 años y alemán. La velada transcurría con normalidad hasta que Singh se percató de que el otro hombre estaba grabando con un iPad a su mujer y a su hija, menor de edad. Pese a reprenderle en varias ocasiones, Rottman continuaba haciéndolo. Fue entonces cuando Singh se levantó, le arrebató el aparato electrónico y, tras comprobar que tenía imágenes de su mujer e hija, le golpeó causándole la muerte. La víctima había sido detenida a principios de enero por posesión de pornografía infantil.
Además de los comesales, en el momento de los hechos (ocurridos sobre las 23.45), solo había en el local un camarero y un cocinero. Según fuentes de la investigación, Singh recriminó a Rottman que les estuviera grabando. “Déjelo ya, por favor, no continúe”, le dijo el padre, según relatan dichas fuentes. Pero este hizo caso omiso de la petición. “Ambos comenzaron a discutir y a insultarse. Fue una discusión bastante acalorada”, explican fuentes de la Guardia Civil. Asimismo, los investigadores no descartan que el padre supiera el pasado pedófilo de Rottman, es más, señalan que este motivo podría haber sido el detonante del enfrentamiento.
Tras comprobar las imágenes grabadas y lanzar el iPad, el padre de la menor propinó un fuerte puñetazo al otro hombre, quien cayó al suelo. La familia abandonó el local, mientras Rottman permanecía inconsciente en un charco de sangre. El propietario del restaurante, quien rehusa hacer declaraciones para evitar que el suceso frustre la operación de venta del local, aseguró que facilitarán a la policía las imágenes de sus cámaras de vigilancia.
Un juez ordena el ingreso en prisión del agresor por un delito de homicidio
Los guardias de seguridad de la urbanización, en la que viven unos 2.500 vecinos en esta época del año (unas 12.000 en verano), avisaron de lo sucedido tanto a la Guardia Civil como a los servicios sanitarios. Cuando llegó la ambulancia al restaurante, un pequeño local de apenas una decena de mesas y de comida internacional, Rottman permanecía con vida y fue trasladado al hospital de La Línea de la Concepción, aunque falleció poco después. La Guardia Civil investiga ahora las imágenes grabadas por la víctima, que se dedicaba al marketing y la organización de eventos.
A partir de las declaraciones de los trabajadores del restaurante, la Guardia Civil detuvo en su domicilio al agresor, informático de profesión. Este lunes, un juez ha ordenado su ingreso en prisión por un delito de homicidio. Según las fuentes consultadas, víctima y agresor apenas se conocían. Por su parte, el dueño del bar señaló que no eran clientes habituales, pero que sí habían ido en varias ocasiones.
La víctima fue detenida el pasado 9 de enero por posesión de pornografía infantil. Según la Guardia Civil, la causa permanecía abierta. “A todos nos sorprendió su detención”, asegura un trabajador de una cafetería a la que acudía normalmente la víctima. “Se le veía una persona normal. Aquí venía dos o tres veces a la semana. Se traía su portátil y se tomaba un café. Nunca nos dio problemas”, explica. Aunque otras fuentes aseguran que era un asunto del que ya se hablaba en el pueblo. “Ya algo se sabía”, explica otra residente de Sotogrande en referencia a la denuncia por pedofilia.
Según otros vecinos de la urbanización, la víctima vivía solo en San Roque desde hacía unos cinco años. “La bebida le ha hecho mucho daño. Aunque creía que lo había superado, siempre volvía a caer”, afirma Paco Bermúdez, un taxista de esta localidad y amigo de la víctima.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.