La crisis toca en Álava a sus iconos
Empresarios de raza como Iráculis, Iribecampos o Juan Celaya llegan al límite al final de la crisis o en los tribunales, como Jesús Echave
Siete u ocho años de crisis son muchos meses de agonía, muchos días de desesperación para proyectos empresariales que ven como sus clientes priorizan el precio y buscan nuevos mercados, o simplemente se esfuman. Demasiado tiempo para un mundo globalizado en el que los gustos, las modas y las necesidades varían de un momento a otro mientras las empresas siguen sin disponer de agilidad suficiente para adaptarse a esa volatilidad de los productos. Álava, una de las provincias más industriales de España está sufriendo de manera especial la actual crisis por las especiales características de su tejido industrial. Aunque la opinión de los empresarios es que poco a poco se va dejando atrás, y que los primeros signos de la recuperación son ya un hecho, sus efectos en la continuidad de la actividad y por lo tanto en el empleo van a ser todavía duros, y en muchos casos irreversibles.
Es el caso de algunas firmas y empresarios “de raza” de Álava, que después de liderar la clasificación de creación de empleo para los alaveses y de riqueza para la provincia, o bien han sucumbido a los envites de ocho años de escasez consumista y han llegado al límite, o se están desangrando en procesos concursales o de búsqueda de nuevos socios. Y ese hecho en Álava tiene más relevancia ya que su empleo depende de muy pocas empresas. Entre dos, Mercedes y Michelín consolidan algo más del 15% del empleo de la provincia, entre el propio y el de sus proveedores exclusivos o dependientes. Pese a que en febrero el número de afiliados a la Seguridad Social era de 143.664 personas, sólo dispone de 54 empresas de más de 100 empleados. Es decir, si falla una, se nota. Si además en su origen lleva el nombre de alguna de las familias que han hecho su carrera en la provincia, se nota todavía más.
En los tribunales
Más allá de los que tienen que resolver sus problemas y reordenar sus deudas en los juzgados de lo mercantil, existen otros empresarios que además de superar el día a día tienen que demostrar que llevaron sus negocios ajustados a la ley. Es el caso de Jesús Echave es el más conocido.
Un empresario de éxito, vinculado al PNV y que ha hecho mucho dinero en los negocios de la construcción y las canteras, además de la hostelería, se enfrenta a una querella de la fiscalía de Álava que ya está en del Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria, por varios presuntos delitos de malversación, blanqueo y fraude en la actuación de seis promotores del proyecto.
El revolucionario coche electrico que querían poner en producción, absorbió cerca de 18 millones de euros, pero curiosamente sus promotores apenas si invirtieron un euro de su bolsillo. El diseño del proyecto era muy beneficioso. El desarrollo de ingeniería se hacía con dinero público y después si se lograban las certificaciones, los beneficios del proceso de industrialización y de las patentes logradas revertía en los promotores.
El fiscal describe en su demanda que el dinero público se fue poco a poco a manos de sus promotores a través de transferencias, pagos de servicios, a veces duplicados, que no tuvieron contrapartidas, y alquileres que revertían en ellos mismos.
El último en hacer públicas sus necesidades en un juzgado ha sido el impulsor del Grupo Urvasco, Antón Iráculis. Nacido en Guinea (África) hace casi setenta años, arrancó con el negocio hotelero y después se centró en la construcción con proyectos de envergadura como las torres Isozaki, en Bilbao, diseñadas por el arquitecto japonés Arata Isozaki. Accionista mayoritario de la cadena hotelera Silken está intentando salvar en la jurisdicción mercantil el empleo en todas sus firmas y hoteles repartidos por Europa. Iráculis es un empresario discreto que, sin embargo, no ha reparado en gastos para promocionar sus obras. La fiesta de inauguración del Hotel Domine, un cinco estrellas que toma el nombre del barco en el que Iráculis llegó a Europa desde su Guinea natal todavía está presente en las retinas de muchos de quienes fueron invitados. En aquella inauguración atrajo a sus propios mitos y logró que la actriz Sofía Loren participaran en la fiesta pero también la cantante Diana Ross y la soprano Ainhoa Arteta.
Condesa negocia
La inversión superó los 19 millones, menos de una tercera parte de lo que luego invirtió en el Hotel Puerta de América en Madrid, donde cada una de sus plantas es de un arquitecto diferente. Juan José Iribecampos ha tenido una suerte parecida. Condesa, la empresa familiar fundada en 1954 por Donato Iribecampos, un pequeño industrial de Mondragón (Guipúzcoa) y que al igual que el ya fallecido Juan Arregui, y Juan Celaya, trasladaron su actividad a Álava en la década de los 70, está negociando su venta agobiada por las deudas. Tras su fallida fusión con Tubos Reunidos en 2008, el Grupo Condesa, va a ceder la propiedad lastrado como está con un pasivo considerable. A Juan Celaya, (Oñati, 1920), el alma de Cegasa, y empresario incansable le ha hundido el mercado.
En su larga trayectoria fundó otras dos compañías como Tuboplast e Hidronor, se hizo con el control de la cadena de electrodomésticos Solac, es copropietario de las Bodegas Lan y tiene intereses en medios de comunicación ligados al PNV, posiblemente por convicción, pero también por nostalgia. Su padre, alcalde el PNV en la República, tuvo que emigrar a Chile en la Guerra Civil. En 1974, Celaya decidió patrocinar la primera expedición vasca al Everest con la marca de pilas que le lanzó a la fama Tximist. Después de todo está liquidando Cegasa. No son las únicas, pero sí las que más relieve están teniendo por la tradición de sus impulsores. “Pero cuidado, no nos olvidemos”, recuerdan desde la patronal SEA, “que el saldo de empresas entre las creadas y las destruidas en esta crisis, es negativo y asciende a 1.166”.
Ventas y liquidaciones
Cegasa ha optado por una mezcla de venta y liquidación. El fondo de capital riesgo Sherpa Capital cerró varias adquisiciones con la administración concursal y hay otras opciones de compra todavía sobre la mesa, pero la mayoría de sus trabajadores se van a la calle.
En el caso de Cegasa, la compañía entró en concurso en marzo pasado con una deuda de 117,3 millones de euros. A los 130 que trabajarán para Sherpa se unen 20 de Solac, comprada por Taurus, y los posibles de Cega Multidistribución, que tenía alguna oferta sobre la mesa. Los trabajadores que se quedan sufrirán recortes salariales
En el caso de Condesa el interés está en la Corporación Aristrain que, según las últimas informaciones, ultima la compra del 100%, después de que en noviembre llegara a un acuerdo con los bancos para ceder parte de la propiedad. Bajo la tutela de José María Aristrain, una de las grandes fortunas españolas y mundiales, su Corporación se haría con Condesa para consolidar su posición como el “mayor fabricante del mundo de soluciones tubulares inoxidables sin soldadura”. Tras la entrada de Aristrain en Tubacex, ha adquirido un 67,53% de la división de tubos de acero sin soldadura de la compañía India Prakash Steelage Limited. Condesa es la firma líder en Europa en la producción de tubos de acero sin soldadura.
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