Trias presenta los agentes cívicos pese a las prohibiciones electorales
La ley impide a los candidatos inaugurar “obras o servicios” tras la convocatoria
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, presentó ayer un nuevo cuerpo denominado Agentes Cívicos encargado de “combatir las conductas que comportan más molestias a los barceloneses como son el consumo de alcohol en la calle o las de aquellas personas que realizan sus necesidades fisiológicas en la vía pública”.
Trias destacó ayer que el cuerpo de Agentes Cívicos estará formado por 25 personas en una primera fase “el 81% de los cuales provienen del paro y más de la mitad hablan inglés con fluidez”. Los agentes cívicos comenzaron ayer a trabajar y tienen un contrato laboral que expira a finales de diciembre. En una primera fase, hasta principios de verano, se destinará a los agentes a los barrios de la Barceloneta, la Sagrada Familia y el barrio de Gràcia.
El alcalde presentó el nuevo cuerpo municipal un día después de que el BOE publicara la convocatoria de elecciones para el próximo 24 de mayo. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General reza que desde la convocatoria de elecciones hasta la celebración de los comicios “queda prohibido cualquier acto organizado, financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos”. También “queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada”.
Pese a ello, el alcalde presentó el nuevo proyecto en el Centro Cívico de la Sagrada Familia acompañado por el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, la segunda tenienta de alcalde, Sònia Recasens, y la regidora de Ciutat Vella, Mercè Homs , además de una representación de los primeros agentes cívicos.
Los agentes cívicos de Barcelona tienen una estructura jerárquica con dos mandos y son dependientes de la Guardia Urbana. Según Trias, ante cualquier conducta incívica los agentes “informarán y advertirán a la ciudadanía de sus acciones contravienen las ordenanzas municipales; si perdura el conflicto se pondrán en contacto con la Guardia Urbana”. El primer edil quiso destacar que el dinero que cuesta el cuerpo, cuyos salarios desconocía a cuánto ascendían, proviene de la tasa turística.
“Muchos turistas creen que pueden hacer lo les place y hay que informarles de que en Barcelona no se puede hacer lo que se quiera”, remarcó ayer Trias.
Joaquim Forn, primer teniente alcalde de Barcelona, quiso destacar que el nuevo cuerpo no tiene capacidad de sancionadora y patrullarán solos o en parejas y trabajarán de 9.00 a 21.00 . “Si la experiencia es buena, no descartamos que también trabajen en la cabalgata de Reyes”, deseó Forn.
Barcelona contará con 25 agentes cívicos, mientras una ciudad como Lleida tiene una plantilla de 20
El cuerpo de agentes cívicos de Barcelona está compuesto por 25 trabajadores, el mismo número de personas que en 2011 comenzaron a trabajar en un cuerpo similar en Lleida, una capital que no llega a los 140.000 habitantes.
La concejal de Seguridad Ciudadana de Lleida, Sara Mestres, explicaba ayer que la plantilla siempre se ha mantenido entorno a los 20 agentes cívicos cuyo salario paga en un 50% los planes de ocupación.
Mestres aseguraba ayer que un centenar de personas han ocupado progresivamente estos empleos aportando “grandes beneficios cívicos a la ciudad”. En Lleida, las funciones del citado cuerpo van desde la notificación de anomalías en la vía pública, pasando por servicios asistenciales y hasta avisos sobre conductas incívicas.
El Girona, una decena de agentes cívicos trabajan al servicio de sus 97.000 habitantes. Allí se crearon en 2008 y, como en el resto de casos están coordinados con la Policía Municipal y no tienen competencias ni “para sancionar, ni para detener”, según una portavoz del consistorio.
En Barcelona los 25 agentes cívicos trabajaran, en un principio, en los barrios de la Barceloneta, Sagrada Familia y Gràcia. Unos barrios que suman más de 191.000 vecinos y que multiplican su población como consecuencia del turismo.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Sagrada Familia, Joan Itxaso, ya consideró el mes pasado a la agencia EFE que estos nuevos agentes cívicos que anunció el Consistorio entonces no eran necesarios porque, dijo, “en el barrio no hay un problema de civismo, sino de ordenar el turismo”.
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