Candidaturas ciudadanas amenazan dos bastiones históricos del PSdeG

A Coruña y Santiago fueron tradicionalmente los principales bastiones urbanos del socialismo gallego hasta que en 2011 el PP logró en ambas ciudades la mayoría absoluta. Pero la expectativa de un debilitamiento del PP en las municipales del próximo 24 de mayo no tiene por qué significar que vuelvan a estar gobernadas por regidores socialistas tras la aparición de las plataformas Marea Atlántica y Compostela Aberta, que aglutinan a Anova, Esquerda Unida, Podemos y varios grupúsculos de la izquierda. Así lo teme la dirección del PSdeG, cuya secretaria de Organización, Pilar Cancela, ofreció el pasado domingo, en una entrevista, el respaldo socialista “donde sea necesario garantizar un proyecto de izquierda para la ciudadanía”. La visión de los candidatos socialistas en A Coruña y Santiago es bien distinta y su estrategia es la de ningunear abiertamente a ambas plataformas, que no contemplan ni siquiera como una opción para cerrar la puerta al PP, como reclamó Cancela. La coruñesa Mar Barcón y el compostelano Francisco Reyes ni se lo plantean, ni han mantenido ningún contacto hasta el momento con esos frentes electorales.

“Sería poner el carro antes que los bueyes, nosotros vamos a lo nuestro, explicar cuál es nuestro proyecto a la gente, eso es lo primero”, reacciona Barcón. No oculta que considera “un poco imprudente” el planteamiento de la número dos de su partido, “porque solo distrae de la tarea principal”, esto es, buscar ser una “opción con mayoría suficiente para gobernar” y con la portavoz municipal socialista de alcaldesa. La edil coruñesa tampoco se da por aludida con la propuesta de la cúpula socialista. Cree que se refería a Compostela como alternativa a “la anomalía democrática de tener un alcalde que no ha sido electo”, en referencia a Agustín Hernández, del PP.

Tras el veredicto de las urnas, ya habrá tiempo de ver qué alianzas son posibles, reivindica Mar Barcón. Incluso si se confirma la fragmentación del voto y unas nuevas corporaciones municipales con múltiples formaciones. Los socialistas en A Coruña ya demostraron, en las casi tres décadas que tuvieron el bastón de mando, que son capaces de gobernar con mayoría absoluta o simple. El último mandato, entre 2007-2011, fue un gobierno de coalición con el BNG. Barcón asegura además que en sus recorridos diarios de esta precampaña electoral nunca nadie, “en ningún barrio”, le pregunta por las posibilidades o preferencias de pactos postelectorales.

En Marea Atlántica, que antes de constituirse tuvieron reuniones o contactos con todo tipo de formaciones salvo el PSdeG-PSOE y el PP, no ocultan que, por el contrario, sí entra en las perspectivas más realistas la posibilidad de tener que recurrir a alianzas postelectorales en caso de no lograr mayoría suficiente para gobernar en solitario. Y de hecho, la plataforma encabezada por Xulio Ferreiro acaba de presentar 25 primeras medidas de gobierno que, advierte, son innegociables para conformar una alianza o coalición.

En Santiago las declaraciones de Cancela tampoco sentaron nada bien en el candidato del PSdeG, Francisco Reyes, quien contestó en público a su secretaria de Organización un día después asegurando que no contempla la posibilidad de que los votos de su candidatura recaigan en otra. Esa otra sería Compostela Aberta, cuyas expectativas electorales han aumentado desde que el alcalde del vecino municipio de Teo y viceportavoz de Anova, Martiño Noriega, anunció hace un mes su disposición a encabezar esa lista.

Más allá de la defensa de sus propias aspiraciones realizada por Reyes fue esta semana el diputado y último alcalde socialista de Compostela, Xosé Sánchez Bugallo, que es su principal apoyo interno. “No creemos positivo que esos pactos no pivoten sobre el PSOE”, dijo Bugallo, intentando cerrar así la puerta abierta por Cancela. Con esa declaración, un hipotético voto de Reyes favorable a la investidura de Noriega se encontraría con el lastre de haber sido ya calificado como negativo. La duda es si las bases socialistas le permitirían a Reyes, en esa situación de resultar adelantado por Noriega, no apoyarlo y facilitar así por omisión que vuelva a gobernar el PP aunque no obtenga mayoría absoluta. No son pocas las voces que dudan de la lealtad del entorno de quien compitió con Reyes en las primarias socialistas, Mercedes Rosón, a la que venció por 301 votos frente a 235. Hay quien piensa que esos críticos verían con mejores ojos como alcaldable a Noriega que a su propio compañero de partido.

Por su parte, Noriega asegura que la única premisa de partida con la que trabaja su candidatura es la de “no facilitar, ni por acción ni por omisión, que vuelva a gobernar el PP”, en la línea de lo reclamado por Cancela de forma expresa para Santiago, pero remite cualquier posible pacto concreto a lo que decida la asamblea de su formación tras las municipales. “Personalmente no soy partidario de cogobernar con el PSdeG, ni como primera ni como segunda fuerza”, dice Noriega. ¿Y si Reyes solo estuviese dispuesto a votarse a sí mismo aun siendo tercera fuerza, por detrás de PP y Compostela Aberta, que haría Noriega? “A Compostela Aberta no se le perdonaría que gobernase de nuevo el PP”, es toda la respuesta que ofrece Noriega, atado a lo que pueda decidir en tal situación su movimiento.

Por su parte, la dirección autonómica del PP está convencida de que Compostela Aberta superará al PSdeG en los comicios y solo duda de si tendrá capacidad para impedir su mayoría absoluta y encabezar así un hipotético pacto con socialistas y nacionalistas. Eso en privado, porque en público la estrategia popular sigue siendo la de menospreciar a ese tipo de plataformas. Preguntado por la disposición de Cancela a que el PSdeG las apoye allí donde puedan evitar un gobierno del PP, el presidente de esta formación y de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se muestra crítico. “Aún no sabemos cuántas mareas va a haber, si son distintas o parecidas, y sin embargo el PSOE dice que está dispuesto a pactar con todas”, lamenta Feijóo. “El PSOE a lo único a lo que está dispuesto es a gobernar perdiendo las elecciones, y ese es un mal mensaje para la democracia (...) su falta de criterio está marcando récords”, sentencia.