Títeres por Madrid
Las marionetas continúan este fin de semana con obras como 'El amor de las tres naranjas'
La compañía búlgara State Puppet Theatre Sliven actúa en Madrid, invitada por el festival Titirilandia. Con más de 50 años de trayectoria, la compañía posee un amplísimo repertorio que dedica tanto a niños como a jóvenes. En el pequeño anfiteatro del Retiro va a celebrar tres funciones de su obra El amor de las tres naranjas (sábado 20:30 y a 22:00, domingo 20:30). El espectáculo habla de un príncipe enamorado que es objeto de burla en una sociedad pragmática y gris en la que no tiene cabida el amor.
La Sala SanPol celebra Festival Grimm, obra de la compañía valenciana Teatre Buffo que lleva a escena con títeres de mesa dos de los cuentos de tradición oral recopilados por los dos hermanos alemanes. Mi Blancanieves y Rumpelstiltskin, el enano saltarín son los títulos elegidos. Para el primero, se han construido títeres con madera reciclada y el segundo muestra una técnica antigua de títeres rodantes (sobre ruedas).
El festival Frinje (Matadero Madrid) continúa su programación familiar, que este fin de semana ofrece dos propuestas, el espectáculo Ese mundo de ahí (sábado y domingo, 12:00), obra del colectivo Buque y el espectáculo-taller La Enciclomúsica (sábado y domingo, 13:00), de La Granja de Tiza. El primero está indicado para niños de 6 a 12 años y el argumento habla de dos personajes que detectan vida fuera de la Tierra y tratan de entrar en contacto. Proyecciones, trampantojos y canciones trufan los 40 minutos de espectáculo. La Enciclomúsica requiere inscripción previa (música@frinjemadrid.com) y consiste en una sesión de 90 minutos en la que se repasa la historia del pop rock de las últimas décadas, construyendo instrumentos con objetos reciclados, bailando o componiendo.
El ciclo familiar de la compañía Yllana exhibe esta semana en el Teatro Alfil su espectáculo Splash, en el que tres intérpretes de la formación especializada en teatro cómico gestual plantean una sucesión de sketches que transcurren en un entorno marinero. Hacer surf sobre el lomo de un tiburón es una de las escenas, entre otras muchas, de corte absurdo y disparatado y de un humor blanco muy cercano al espectador infantil.
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