Pensar edificios que no consuman
Una muestra en el COAM presenta trabajos de estudiantes, futuros arquitectos, concienciados en el aprovechamiento de los recursos naturales
Fachadas que responden a estímulos para cerrarse a la luz y no dejar que se recaliente su interior, o ciudades que generan sus propios sistemas de reciclado a través de residuos, o diseños sostenibles que benefician a animales y a personas por igual. Estas son algunas de las propuestas que pueden intuirse en la exposición Consumo cerodel Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Una muestra en cuatro espacios organizada por la Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño de la Universidad Europea que presenta algunos de los trabajos más representativos de sus estudiantes, futuros arquitectos concienciados en el aprovechamiento de los recursos naturales.
Con el desarrollo de esta exposición, donde cuesta distinguir los proyectos en las reducidas tablets que han utilizado, se recorren todas las fases de un encargo profesional, desde la definición estratégica y curatorial hasta la construcción real de algunos diseños. “Queremos que los estudiantes piensen en cómo hacer las cosas de otra manera, minimizando el uso de recursos”, explica Carlos Arroyo, arquitecto y profesor de arquitectura de la Universidad Europea. La sala está dividida en cuatro espacios con maquetas y vídeos explicativos: trabajos de curso normal, proyectos de fin de carrera, prototipos y todo tipo de sistemas de fabricación digital.
El formato expositivo, diseñado por los propios alumnos, remite a un caballo de Troya. Una recreación que viene a expresar la necesidad de infiltrarse dentro de la sociedad para poder llevar a buen puerto los cambios que quieran realizarse. “Debemos cambiar las cosas desde dentro”, aclara Arroyo. “Aunque los cambios deben ser graduales. Todos los sistemas de producción están pensados para que los recursos sean infinitos. Hay que entrar y romper algo, si no es imposible”.
Las ideas presentadas por estos jóvenes arquitectos por una parte hacen ver que la construcción es atractiva y, por otra, que debe ser transformadora.
La profesión está realizando grandes esfuerzos para responder a este reto, ocurre que se encuentra con la dificultad de que en muchos casos lo que ha aprendido es justamente lo contrario. “Es necesario enfatizar en la docencia que existe una manera diferente de hacer las cosas. Existen unos cuantos arquitectos que intentan trabajar de esta manera; también hay instituciones que aplican este tipo de constantes basadas en la sostenibilidad. Sin embargo, lo que necesitamos es una oleada, no unas cuantas actuaciones”, razona Arroyo, quien valora muy positivamente el esfuerzo con el que muchos de sus alumnos han presentado sus trabajos de “principio de carrera”, como les llaman de forma desenfadada.
Consumo inexistente
¿Es posible diseñar edificios y muebles que aprovechen al máximo los recursos y respeten el entorno? Sí. Existen escuelas, fundaciones, concursos públicos e iniciativas privadas que ya se han puesto a producir bajo estos presupuestos. Un ejemplo sería Estudio Báltico, un modesto estudio especializado en mobiliario donde se prima ante todo lo sostenible y ecológico. “No remarcamos el hecho de trabajar con sistemas y materiales sostenibles porque no nos parece un plus, sino imprescindible”, destaca Ruth Uve, una de sus diseñadoras.
Desde la Escuela de Arquitectura de la Universidad Europea se destaca que la sostenibilidad es transversal: “Todas las materias tienen que tocarlo y, de hecho, el tema ‘Consumo cero’ como tal era el tema del curso pasado; todos los trabajos debían responder a esa pregunta”, puntualiza Arroyo. De momento, estos proyectos actúan como una pequeña avanzadilla, presentando una fuerte capacidad transformadora y demandando una relación diferente con el medio ambiente, minimizando en lo posible nuestro impacto y respetando el entorno que nos rodea.
Consumo cero. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Hortaleza, 63. Hasta octubre.
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