Arganda tapió 1.200 metros cuadrados de un polideportivo
El PP justifica que cerró el acceso a la planta inferior del complejo, abierto en enero de 2011 tras un desembolso de 11,8 millones, por la baja demanda de usuarios El Gobierno actual (PSOE e IU) desconocía su existencia
El Gobierno municipal de Pablo Rodríguez Sardinero (PP), alcalde de Arganda del Rey entre marzo de 2009 y el pasado mes de junio, tapió 1.200 metros cuadrados del polideportivo Virgen del Carmen del barrio de La Poveda, abierto en enero de 2011 tras un desembolso de 11,8 millones de euros. El acceso a las instalaciones, en la planta subterránea del complejo, se disimuló con una pared de pladur. Rodríguez Sardinero es el actual director general de transportes del Ejecutivo de Cristina Cifuentes. Arganda tiene una deuda de unos 110 millones.
Un operario derribó la semana pasada con una maza el tabique que daba a las escaleras que conducen a las salas del piso inferior. Lo hizo ante la atenta mirada del actual alcalde de Arganda, Guillermo Hita (PSOE), y de la concejala de Deportes, Alicia Amieba (IU). “Me pregunto qué pretendía mi antecesor en el cargo ocultándonos a todos la existencia de esta parte del polideportivo. Tenerlas cerradas ha sido un derroche”, critica Hita. El gimnasio, dividido en cuatro salas, tiene las paredes interiores de cristal, lo que permite hacerse una idea de su tamaño de un vistazo.
“Nuestro interés es abrir esta zona al público cuanto antes, pero para eso necesitamos primero desarrollar un plan de evacuación, y va a llevar más tiempo del que queremos porque ni siquiera sabemos dónde está el proyecto del polideportivo”, interviene Amieba.
La edil de IU descubrió la sala multiusos, ideal para la práctica del kárate, danza, zumba, pilates y derivados durante una inspección del polideportivo. Pese a la insistencia de los servicios de limpieza, las instalaciones huelen a cerrado. Alguna humedad asoma por el techo. Una máquina de encerar descansa en una esquina, tras el enésimo repaso del suelo.
“Es una sala que estaba cerrada porque no se le había dado todavía uso. No estaba oculta, no se pretendía esconder nada”, afirma la portavoz del PP, María Dolores Martín. Su partido gobernó de forma ininterrumpida en Arganda las tres últimas legislaturas: entre 2011 y 2014 la deuda municipal aumentó en 71 millones, lo que ha disparado la deuda por habitante hasta los 2.001 euros.
La responsable del PP justifica el cierre de los 1.200 metros cuadrados porque “no existía la demanda suficiente para el gimnasio”. “Si la gente no tenía para comer, menos para una actividad deportiva. Normal que cayera la demanda. Si no lo abrimos fue por un acto de responsabilidad política”, argumenta Martín.
La responsable del PP asegura que los demás partidos políticos, así como los monitores y usuarios del polideportivo conocían la existencia de la sala multiusos. “Eso es mentira”, replica el regidor actual. “No tenía ni idea, pensaba que las escaleras que se veían a través de los cristales del pasillo conducían a alguna zona de mantenimiento de la piscina”, contesta un usuario del recinto mientras camina a los vestuarios, justo al lado de donde hace una semana se levantaba la pared de pladur. Sus restos se amontonan ahora en una zona de acceso restringido, frente a la sala de máquinas del polideportivo.
Durante el recorrido por el nivel tapiado del polideportivo, también sorprende un ascensor sin uso, pese a que debería conectar el piso inferior con las dos plantas superiores. El alcalde socialista no esconde su sorpresa mientras lo inspecciona: “Pero si todavía tiene el protector de plástico puesto”. “Este ascensor no tiene licencia, nunca se ha abierto”, apostilla Jorge Canto, teniente de alcalde y también de IU.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.