La gran subasta navideña

“Habrá pelea”, aventuran en la casa de subastas Fernando Durán. Una de las joyas entre las 418 pinturas que sacan a puja hoy y mañana es el San Jerónimo de Marinus Van Reymerswaele, una pulcra muestra del mejor arte flamenco del siglo XVI, en perfecto estado de conservación pese a su antigüedad. “Han venido coleccionistas de todo el mundo interesados por esta obra única que sale a la luz por primera vez después de tantos siglos”, dice la directora e hija del fundador, Paloma Durán, “por eso no es precipitado estimar que la cotización actual de 350.000 euros puede llegar a duplicarse e incluso triplicarse”.

Van Reymerswaele es un artista cuya información biográfica sigue siendo un misterio (presumiblemente se asentó en Amberes) y su obra, escasa. “Hay algunos cuadros suyos en El Prado, el Louvre y el Hermitage, pero no fue muy prolífico, por eso causa tanta expectación el surgimiento de este San Jerónimo”, afirma el experto en arte clásico José María Quesada. “Y posiblemente es la obra más interesante de este autor: su definición, la manera de contrastar luz y sombra era algo muy avanzado a su época”, describe Quesada, y añade un dato que aumenta aún más su valor: “Su firma podría ir oculta en la vidriera, donde se acierta a leer Opus Marini. Eso despeja aún más las dudas sobre su autenticidad”.

La subasta comprende obras que van desde el siglo XV hasta finales del siglo pasado, e incluye la sección Mediterráneo. De Miró a Barceló, que “comprende un conjunto de 174 pinturas cuya temática es el mar, la playa, los acantilados, las flores, los bañistas y la alegría de vivir asociada a ese mar nuestro”, explica Durán.

“Es la primera vez en más de 20 años que se pone a la venta un cuadro de la etapa africana de Miquel Barceló en Malí, cuando dejó atrás los autorretratos para bosquejar los desiertos y caminos, que luego convertiría en cuadros de dos por dos. La anterior casa de subastas que lo hizo fue Sotheby’s”, aclara Kristian Leahy, doctor en Historia del Arte y experto en arte contemporáneo de Fernando Durán, que afirma sin dudarlo que es “el pintor más importante de nuestra época”.

El cuadro del artista mallorquín, Comprolithes sur fons vert, de 1989 y fuertemente ligado al neoexpresionismo alemán, partirá de 450.000 euros. “Al año hay numerosas subastas de esta envergadura en la capital, somos seis casas a este nivel”, afirma Leahy. Fernando Durán realiza cinco, y es la que más factura en arte contemporáneo. “En Madrid hay más cultura en este aspecto que en Barcelona, y cada vez más obras llegan a las casas de aquí en lugar de a las internacionales como Sotheby’s o Christie’s”, asegura este experto, y aclara sobre el perfil del coleccionista español: “Suele ser menos especulador que otros de Estados Unidos o Asia, aquí su objetivo es conseguir la obra, no negociar con ella. Eso nos ha salvado durante la crisis económica”.

También las nuevas tecnologías: “Gracias a Internet y los teléfonos móviles ya no es necesario pujar de forma presencial. En nuestro caso, hemos tenido coleccionistas de la otra punta del mundo, de Hong Kong o Singapur, despiertos para pujar por teléfono”, asegura Duran, y remata: “No tenemos sucursales en otros países. No nos hace falta para vender grandes obras, lo hacemos desde aquí”.