El “masoquismo femenino”, según Isabel Coixet
La Filmoteca de la Generalitat homenajea a la cineasta con un doble ciclo: filmes elegidos por ella sobre la mujer y una retrospectiva de su obra
Son mujeres desorientadas, que van por el mundo sin brújula, víctimas de “un masoquismo femenino: las mujeres nos perdemos más que los hombres sencillamente porque constantemente nos buscamos; en ellos el proceso se para en un determinado momento y ya no hay ese continuo ponerse en entredicho, darse cuenta de las contradicciones”. Así son mayormente las féminas, según ella misma explica, que protagonizan los filmes que Isabel Coixet ha seleccionado para el ciclo que, desde hoy y hasta finales de febrero, conforman Mujeres (bastante) perdidas, que podrá verse en la Filmoteca de Catalunya de Barcelona y que se lanza simultáneamente a un ciclo retrospectivo de la propia directora barcelonesa. En el fondo, sus mujeres tampoco distan tanto de ese retrato.
La francesa Party Girl inicia hoy (20 horas), el doble ciclo, presentado por la propia Coixet. Será el primero de los 11 filmes de otros creadores que ha escogido, donde se mezclan clásicos como Carta de una desconocida, de Max Ophül (“en la protagonista veo a muchas de mis amigas, con una fijación por el sacrificio, por tragar humillaciones”); Wanda, de Barbara Loden, o Rebeca, de Hichcock , con películas que hasta no se han estrenado en salas comerciales, como Kumiko, la cazadora de tesoros, de David Zellner. Esta tiene trasunto: Coixet la vio en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y allí descubrió a la nipona Rinko Kikuchi, “una gran actriz cuyo talento no se ha acabado de valorar”, y que participó en Mapa de los sonidos de Tokio, de la propia directora barcelonesa.
La visión de las mujeres que tiene la cineasta se aleja del Hollywood actual y de filmes como Joy, con Jennifer Lawrence, que narra la historia de una madre soltera con tres hijos: “Esa búsqueda de la libertad a cualquier precio es un modelo que no me interesa, y en cambio mi naturaleza va más con la Diane Keaton de Buscando al señor Goodbar”, contrapone Coixet, citando otra de las películas que ha seleccionado. De entre las 11, sin embargo, se queda con La mujer de al lado, de François Truffaut: “Es la película, extraordinaria por el elenco de personajes, incluso Depardieu”. Una reciente visita a una cárcel de mujeres le permitió ilustrar con datos ese “masoquismo femenino”: “Un 85 % de las mujeres que estaban allí era por delitos de drogas porque habían ayudado a su amigo, marido o hermano con el tema de las drogas”.
El ciclo programado por Coixet se completa con la más amplia retrospectiva de su producción. Los 12 filmes que la conforman (y el documental sobre ella Paraules, mapes, secrets i altres coses, de Elena Trapé) arranca mañana con Marea blanca y en ella están sus títulos señeros, como Cosas que no te dije nunca, Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras, Elegy, Mapa de los sonidos de Tokio, Ayer no termina nunca o Aprendiendo a conducir.
Coixet, que se sienta siempre en las salas ligeramente hacia la derecha “para escuchar por el oído izquierdo y así no me duele la cabeza” (desde que de pequeña, cuando entraba en el cine, le dolía el oído derecho hasta que un chamán mexicano le explicó que se debía a un rechazo de su cerebro a entrar en las películas), afronta ahora el “difícil montaje” de Spain in a day, tras visionar 22.000 vídeos. La película estará lista para el festival de San Sebastián en septiembre, informa Efe. Coixet trabaja también un proyecto desde hace años, La librería, de la que ya tiene guión y ha comenzado el casting, pero para el que busca todavía producción.
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