Duran dimite como líder de Unió tras convertir al partido en residual
El democristiano se va tras 29 años dejando a la formación fuera del Parlament y el Congreso
Tras 29 años en el cargo, Josep Antoni Duran Lleida presentó ayer su dimisión como presidente del comité de gobierno de Unió Democràtica, el histórico partido que formó parte de la coalición de CiU. El democristiano achacó su renuncia a los resultados electorales que han convertido a Unió en extraparlamentario al no obtener representación en el Parlament ni en el Congreso. “Han pasado cosas. No se puede esconder la cabeza bajo el ala”, dijo ayer en su informe ante el Consejo Nacional de Unió. Duran no pretende abandonar la política y trabajará para facilitar la tarea de su sucesor, que será elegido en abril.
La renuncia de Duran, un histórico diputado en el Congreso, se suma a la larga lista de políticos que han abandonado sus cargos, ya sean orgánicos o electos, a raíz de la falla desencadenada por el soberanismo. Antes de Duran, dejaron su responsabilidad en el partido el socialista Pere Navarro, el ecosocialista Joan Herrera —ya anunció hace meses que se apartaba de la primera línea política— o Artur Mas, obligado a renunciar a la presidencia de la Generalitat. Duran ha sobrevivido en el cargo de Unió a Mas apenas seis días. Curiosamente, la decisión de su exsocio de no convocar elecciones ha acelerado su marcha.
El adiós de Duran, de 62 años, está relacionado a su estrepitoso fracaso en las dos últimas citas con las urnas. Contrario a la independencia, el democristiano no logró seducir a los electores con su apuesta por la tercera vía, consistente en alcanzar un pacto entre Cataluña y el Estado incorporándolo como una disposición adicional a la Constitución. Tras su ruptura con Convergència, el 27-S midió por primera vez la fuerza real de Unió en las urnas y logró solo el 2,51 % de los votos (102.870 sufragios). Tras el trauma de quedar fuera del Parlament, los democristianos confiaron en remontar el 20-D, pero sus registros fueron aún peores: Unió recabó solo el 1,73 % de los votos (64.000). En tres meses, Unió había perdido 40.000 apoyos. Su mejor resultado fue en Lleida con el 2,45 %.
Han pasado cosas. No se puede esconder la cabeza bajo el ala. No estamos en el Parlament ni en la Carrera de San Jerónimo”, dijo Duran.
En su informe ante los consejeros, Duran recordó que la noche del 20-D ya avisó de que asumiría las responsabilidades por estos resultados y que aguardaría a que el calendario político en Cataluña estuviera ya definido. “Han pasado cosas. No se puede esconder la cabeza bajo el ala. No estamos en el Parlament ni en la Carrera de San Jerónimo”, dijo Duran, que recordó que ya había decidido la pasada legislatura no repetir en las generales —fue diputado en el Congreso en dos períodos distintos durante 22 años—, pero que lo hizo forzado por el 27-S.
La decadencia de Unió cristalizó en junio del año pasado durante la consulta a la militancia sobre el proceso soberanista. La mitad de los afiliados rechazó la hoja de ruta de Duran —formulada en una enrevesada pregunta— y el partido se partió en dos. Los consejeros de Unió abandonaron el Gobierno de Mas y CiU se rompió. Unió se mantuvo bajo el liderazgo de Duran, pero sufrió una escisión que llevó a caras visibles del partido, como la expresidenta del Parlament, Núria de Gispert, a fundar Demòcrates de Catalunya (DC) y concurrir al 27-S con Junts pel Sí en coalición con CDC y ERC. Antoni Castellà, de DC, afirmó tras la renuncia de Duran: “Es el fin de una etapa, un proyecto, el de Unió, que no ha tenido el apoyo de la sociedad catalana”.
Pese a haber quedado acorralado entre contrarios a la secesión e independentistas, Duran insistió ayer en defender el “catalanismo moderado” y alertó de la inquietud empresarial por la incertidumbre política. Duran, que fue consejero de Gobernación con Pujol y que perdió frente a Mas la batalla de la sucesión de aquel, se ha mantenido los últimos 30 años en la primera línea política. Bajo su dirección, sin embargo, Unió sufrió el caso Pallerols de desvío de fondos de la Unión Europea para la formación de parados y tuvo que devolver cerca de 200.000 euros como responsable civil subsidiario. El ya exlíder de Unió también abandonó ayer su perfil de Twitter y puso fin a su blog, desde donde publicaba cada viernes una carta a la militancia en la que interpretaba la actualidad política. Deja la presidencia, pero seguirá militando en Unió “mientras viva”. No quiso aclarar a qué se dedicará ahora, si optará por la abogacía o probará en la enseñanza, aunque en 2013 ya afirmó que “los profesores ganan muy poco”. “¿Profesor yo?”, se preguntó en una entrevista en Catalunya Ràdio, “¿De qué viviría, de qué comería?”.
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