La Acadèmia de la Llengua avisa del coste cultural del cierre de Canal 9
La AVL califica de "surrealista" la ley de señas de identidad que aprobó el PP en solitario
El vicepresidente de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Josep Palomero, ha acudido este lunes a las Cortes Valencianas para entregar la memoria anual del organismo, donde ha sido recibido por el presidente de la Cámara, Enric Morera, y los portavoces de todos los grupos. El informe solía ser remitido por correo al Parlamento autonómico, pero este año las Cortes han querido solemnizar el momento para mostrar su apoyo a una institución cuestionada en la recta final de la etapa del PP al frente de la Generalitat.
Palomero, que ha acudido en representación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) por enfermedad del presidente, Ramon Ferrer, ha advertido de que la ausencia de una televisión autonómica "se nota mucho" en cuanto a la normalización del valenciano. Por otra parte, el vicepresidente ha considerado que el mayor uso por parte "del poder político" de la lengua sirve de ejemplo para generalizar su uso.
Morera ha enmarcado el encuentro en la sala de los espejos de las Cortes dentro de la "normalidad institucional". Y ha afirmado que la AVL es una pieza "fundamental" para la normalización y el avance hacia la "igualdad" lingüística. Cuestión que ha fijado como uno de los objetivos de la legislatura.
El vicepresidente de la Acadèmia ha afirmado que la Ley de Señas de Identidad, uno de los elementos que separaron a la AVL del Consell en la etapa de gobierno popular, tenía aspectos "surrealistas". "Era una ley innecesaria e incómoda", ha añadido. La ley fue aprobada en solitario por el PP en la recta final de la legislatura y fue derogada la semana pasada con los votos de socialistas, Compromís, Podemos y Ciudadanos (divididos).
La norma orillaba a la Acadèmia y concedía capacidad para definir las señas de identidad a organismos no oficiales, como la secesionista desde el punto de vista lingüístico Real Academia de Cultura Valenciana o las peñas taurinas.
Palomero ha dado por finalizado el periodo de tensión con las instituciones, que empezó a crecer con fuerza la pasada legislatura a raíz de que la Acadèmia recogiera en su diccionario normativo una definición de valenciano en la que reconocía la unidad del catalán.
El diccionario ha recibido, desde que fue publicado en Internet a principios de 2014, un total de 5,6 millones de consultas desde la web y otras 717.084 a través de las aplicaciones para móviles. Palomero ha afirmado que la versión en papel está terminada y en un par de meses podría estar disponible.
El presupuesto destinado a la AVL crece en 2016 en torno al 2% después de varios años de caídas, y supera los tres millones de euros. El PP planteó enmiendas a las cuentas de la Generalitat en varias líneas relacionadas con la Acadèmia que sumaban cerca de 600.000 euros, lo que le hubiera impedido realizar buena parte de sus publicaciones.
Los primeros años de funcionamiento de la AVL, creada en 1998, su presupuesto rondó los cuatro millones de euros. Puesto que su actividad fue desplegándose progresivamente, las cantidades no utilizadas fueron generando unas reservas que al inicio de la crisis superaban los 10 millones de euros, y que le ha permitido mantener sus proyectos.
La Acadèmia debe renovar en 2016 siete puestos. Puesto que han pasado 15 años desde su fundación, el procedimiento se realiza ahora por cooptación de los propios integrantes del organismo, sin que corresponda ya a las Cortes.
Palomero ha señalado dos ámbitos en los que el uso de la lengua es bajo. Uno de ellos es el doblaje audiovisual, lo que ha relacionado con la desaparición de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV). El otro es el religioso. Mientras algunas parroquias han acogido positivamente a la propuesta de la Acadèmia de utilizar el valenciano, por parte del arzobispado de Valencia y el resto de obispados de la Comunidad Valenciana, no ha habido respuesta, ha afirmado Palomero.
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