¿Quién abandonó a ‘Vali’?
El refugio de Cambados trata de salvar la vida de un perro con dos meses de desnutrición mientras busca al culpable a través de las redes sociales
Vali llegó sin nombre al Refugio de Cambados. Sin nombre, sin sangre en las venas y con un soplo de vida a punto de escaparse. Un vecino de Meis (Pontevedra) que ya ha salvado a varios animales se lo encontró ayer en una finca abierta, tirado en la tierra sin poder moverse, abandonado por algún individuo de la especie humana que lo arrojó como un despojo lejos de su casa, probablemente para no tener que enterrarlo tras su muerte inminente. Según el veterinario, la desnutrición y deshidratación de Vali puede venir de hace ya dos meses. Es un esqueleto cubierto de pelo rubio que no puede tenerse en pie. El hombre que lo halló fue corriendo a buscar comida, le puso delante una bandeja con carne en lata, le fue acercando el recipiente cada vez más, pero el perro mestizo no pudo abrir la boca. En esa postura le hizo su primera foto. Abrigó como pudo su cuerpo sucio y abandonado y se lo llevó en coche al refugio.
Al verlo llegar, "el veterinario lo daba por muerto", relata Olga Costa, directora de esta asociación de voluntarios. "Si hay un hilo de vida, tenemos que intentarlo", le rogó ella al especialista. No pudieron extraerle sangre para una analítica, para saber si el hambre de todo un verano le ha malogrado los órganos vitales sin remedio. Para eso hay que esperar un poco. Tampoco lo pueden bañar. De momento, lo han limpiado a duras penas con toallitas húmedas por una cuestión de dignidad más que de higiene. Y desde ayer lo vigilan de día y de noche, lo mantienen envuelto en una manta térmica y lo alimentan con suero y comida especial para casos de desnutrición extrema que han comprado solo para él. Se la tienen que dar despacio, con cuchara, a lo largo de una hora, para que no vomite. "Hoy ha hecho un poco de caca. Y era nada más que paja seca", comenta con "el corazón encogido" la portavoz del refugio. Creen que "paja y nada más" era lo que lo mantenía con vida.
"Si no llegan a encontrarlo ayer, hoy ya estaría muerto", advierte la directora, que ahora se ve en la necesidad de robar horas a su bebé recién nacido por intentar salvar la vida de Vali. Mientras tanto, los voluntarios han colgado las dramáticas fotos del perro en su página de Facebook para ver si alguien les llama dando noticias del dueño. "En una mañana hemos tenido 110.000 visitas, y nos han surgido tres familias acogedoras y un posible adoptante", pero del dueño, posiblemente un vecino del municipio de Meis, por ahora "no hay pistas". "Vali es un claro caso de maltrato", defiende Costa, "es evidente que alguien lo abandonó en aquella finca entre el domingo y el lunes... y por la correa que tiene se ve que vivía encadenado, era eso que llamamos un perro alarma que vive atado en una casa".
El nuevo nombre del perro se lo puso la propia directora del refugio. "Vali es el dios de los arqueros", explica. Es el hijo de Odín, con un espíritu "de lucha" como el de este animal que comió paja para no morir. "Hoy ha intentado acercarse a nosotros, se puso de pie pero solo aguantó minuto y medio", sigue contando. Luego ha caído vencido y no ha vuelto a levantarse. "Te mira con esos ojitos, mueve el rabito como diciendo estoy aquí", describe Costa; Vali no tiene fuerzas, pero quiere expresar su contento.
"Las penas son irrisorias"
La búsqueda de la persona que abandonó a este perro de entre nueve y 10 años va más lejos, pero tiene el foco puesto sobre todo en el área de San Salvador de Meis. El Seprona también intenta hacer averiguaciones. "En el refugio, de esa zona ya hemos recibido otros casos indignantes de maltrato animal", cuenta Costa. "Hace poco, denunciamos que había cinco caballos desnutridos, pero la Xunta no se los ha quitado al dueño... Eran del mismo señor que dejó morir de hambre un burro hace años... aquello había llegado al Parlamento Europeo", pero ninguna Administración evitó que la historia se repitiese.
Estos días, en esta protectora que acoge 54 perros, 38 gatos y cuatro caballos, también recibieron aviso de una vecina que se disponía a sacrificar una camada de cachorros: "Iba a enterrarlos vivos". "Si vamos al juzgado, las penas son irrisorias, sanciones de 100 o 200 euros", protesta. "En el caso de Vali, si aparece el dueño", sigue la directora del refugio, "nos planteamos acudir a la vía administrativa. En situaciones muy graves como esta, la Xunta puede poner multas de entre 6.000 y 30.000".
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