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El nuevo ‘suquet’ de Portabella

El expolítico y director de cine adapta a los nuevos tiempos el clásico encuentro, que ha reunido a Colau y Forcadell con empresarios

Cristian Segura
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, visitando las fiestas de Gràcia
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, visitando las fiestas de GràciaMassimiliano Minocri

El suquet de Pere Portabella dejó de ser mediático pero nunca dejó de celebrarse. Si antes era multitudinario —más de 100 asistentes—, ahora es más modesto, con 50; si antes destacaban personalidades de toda condición ideológica, ahora predomina la afinidad con el anfitrión: amigos y la nueva izquierda, sean independentistas de tomo y lomo o independentistas de según amanezca el día. Portabella organizó el pasado sábado una cena de despedida del verano en su finca de Palau-sator con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, como estrellas invitadas. Ya no es estrictamente un suquet, es una cena con pescado de segundo; tampoco es un encuentro de relaciones públicas a lo grande, pero sí que es un canto a la fraternidad en un entorno de ocio privilegiado.

Ni convergentes ni dirigentes del PSC o del PP asistieron a la fiesta de Portabella, según informan varios de sus asistentes. Portabella asegura que él no invita a partidos “sino a personas con las que tengo una buena relación, que me interesa reunir en este momento y que pueden tener ideas diferentes pero que tienen la voluntad de tirar el país adelante juntos”. Dominaron las caras conocidas de la sociedad civil independentista y la alcaldesa de Barcelona. Colau pudo compartir debate con empresarios no adscritos al proceso como el presidente del grupo Puig, Marc Puig, y el presidente de los laboratorios Uriach, Joaquim Uriach, según ha publicado uno de los invitados, Antoni Bassas, en el diario ARA. También lo pudo hacer con patronos del proceso como el editor de ese periódico, Ferran Rodés, o el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Bassas informó de que también asistieron el eurodiputado de ERC Josep Maria Terricabras, o el director de cine Albert Serra.

El suquet de Portabella coincide este año con la polémica paella de corte cumbayá organizada en Cadaqués por Pilar Rahola, que contó con la presencia del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el comisario jefe de Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero. Acerca de la paella, el diputado de En Comú Podem Joan Mena comentó en Twitter: “El día que Rahola celebre sus raves en Badia del Vallès, entonces habrán entendido cómo es nuestro país”. Mena no ha valorado la rave de Portabella y Colau en el Empordà. El suquet también tuvo música en directo, de Bach.

La escritora Rosa Regàs, una de las comensales del encuentro, confirma que Portabella nunca ha dejado de organizar su encuentro de despedida del verano. “Que los periodistas no se enteraran no quiere decir que no se celebrara. Este año ha estado Colau pero en el anterior hubo algún otro personaje importante”, dice Regàs, que añade que la presencia de convergentes o populares siempre ha sido excepcional: “Pere invita a gente de su entorno, personas comprometidas a su manera, como él, que todo lo que hace está comprometido con unas ideas”.

Portabella admite que en los 90, en la época “de los Juegos Olímpicos, de aquella euforia”, podía asistir al suquet alguien como el presidente del Senado. En la edición de este año no ha participado nadie de fuera de Cataluña. El anfitrión confirma que ha querido reeditar un suquet más significativo porque quiere “intentar romper las trincheras, recuperar las afinidades”. Portabella insiste en que la velada sirvió para que empresarios conocieran a personas como Colau o Forcadell, “gente que ha cambiado el panorama social”. El expolítico del PSUC y urbanista Jordi Borja, viejo amigo de Portabella, remarca que esta edición no tuvo una especial trascendencia política pero sí que sirvió para evidenciar “una renovación de las élites”. “Las caras más conocidas eran diferentes que las de hace 4 ó 5 años. Quizá lo más destacable fue la presencia de Colau, una persona que viene de movimientos sociales, aunque ahora es parte de la élite”.

Cuixart dijo a Colau que no entendía la discusión por su anunciada presencia en la manifestación del 11-S, porque todo el mundo sabe que ella votó por la independencia en la consulta del 9-N de 2014. Loa dirigentes de ICV, los antiguos compañeros de viaje de Portabella, los más críticos con la participación de Colau en la marcha de la Diada organizada por la ANC y Òmnium, no estaban presentes. Los tiempos cambian, también para los herederos del PSUC y para su suquet.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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