Exmiembros de CiU tratan de ocupar el catalanismo de centroderecha
Antoni Fernández Teixidó y Roger Montañola lanzan el movimiento Lliures entre críticas al Gobierno catalán
En un escenario de gran fragmentación política, el exconvergente Antoni Fernández Teixidó lanzó ayer un nuevo movimiento que pretende ocupar el espacio de centroderecha catalanista y no independentista que abandonó Convergència y en el que no ha resistido Unió. Teixidó, que lidera el proyecto Lliures junto al aún miembro de los democristianos Roger Montañola, llamó a la rectificación del Gobierno catalán en su promesa de convocar un referéndum, censuró la desobediencia a los tribunales de las administraciones catalanas y reclamó acabar con una situación política que “gira y bascula hacia la izquierda”.
El PSC y Unió arropan a la memoria de la vieja Convergència
Josep López de Lerma presentó ayer en Barcelona Cuando pintábamos algo en Madrid (ED Libros), las memorias de sus 24 años como diputado de CiU en el Congreso. La presentación contó con primeras espadas de la tercera vía. El PSC estuvo representado por su secretario general, Miquel Iceta, por su antecesor, Pere Navarro, y por el expresidente José Montilla. La delegación de Unió estuvo formada por Duran i Lleida, el exdiputado Sánchez Llibre o Ramon Espadaler.
El presidente de la patronal Fomento, Joaquim Gay de Montellà, y el concejal del PP de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, fueron otros de los asistentes a la charla que López de Lerma mantuvo en Laie con el periodista Xavier Vidal-Folch. El libro es un repaso rico en ejemplos del pactismo que ejerció la CDC de Jordi Pujol. Vidal-Folch destacó la relación que el libro hace de las seis oportunidades que CiU tuvo de entrar en el gobierno de España, todas rechazadas por Pujol. Vidal-Folch también recordó el pasaje de la obra en la que se cuenta cómo, en 1977, Pujol ofreció el apoyo de sus ocho diputados al gobierno de Suárez "a cambio de nada".
Su objetivo es que el movimiento pueda erigirse en partido. El veterano político (dirigente y candidato de UCD y dirigente y consejero de la Generalitat con Convergència) fue claro acerca de ese objetivo. Lliures solo se convertirá en partido “si hay apoyo, energía y financiación”. Para ello pidió que le echaran una mano a las 700 personas que casi llenaron el auditorio AXA de Barcelona, al que no asistieron políticos de otras formaciones y apenas hubo unos pocos representantes del mundo empresarial: Josep González (Pimec), Ramon Adell (Confederación Española de Directivos) o Jordi Alberich (Círculo de Economía), entre otros. La mayoría eran asistentes anónimos y miembros de la promotora del partido.
El nuevo proyecto que impulsan Teixidó, Montañola y Xavier Cima (exmiembro de Unió) propugna el diálogo entre los gobiernos de la Generalitat y el Estado. A ambos responsabilizaron ayer de una situación que calificaron de “insostenible”, pero las mayores críticas fueron dirigidas al Ejecutivo de Junts pel Sí. En la llamada de Teixidó a “poner el catalanismo al día” se incluía una crítica por prometer una consulta independentista que “Puigdemont, un hombre sensato, sabe que no habrá”.
Denunció también Teixidó el hecho de que la Generalitat se niegue a respetar la legalidad y se preguntó cómo se pedirá en una virtual Cataluña independiente obedecer la ley con el precedente que ahora se está creando. Orador consagrado, Teixidó aseguró que su proyecto “intentará avanzar poco a poco” y desde “la concordia” y la “humildad”.
Esos dos conceptos fueron obviados en un encendido discurso de Montañola en el que predominaron los “¡basta ya!” y en el que defendió que “la bandera la queremos mucho pero no nos da de comer”. Incluso llegó a acusar al Gobierno catalán de dejar el poder a la CUP, al sostener que el partido anticapitalista “es el que manda en estos momentos en Cataluña”.
Antes de las intervenciones de Teixidó y Montañola tomaron la palabra otros promotores del movimiento. Una de ellas, Eugenia España, que integra un círculo juvenil que apoya a Lliures, denunció el discurso político centrado solo en el proceso independentista, la negativa a implantar el servicio de transporte Uber y reclamó que quienes pagan una póliza privada sanitaria no tengan por qué abonar también la sanidad pública. Otra, Remei Gómez, empresaria y miembro del equipo tractor del movimiento, se quejó de no poder despedir a quienes “dejen de rendir” con una indemnización inferior a la que está fijada y consideró que “la verdadera precariedad la crea el sistema”, al denunciar las altas cotizaciones que gravan a las empresas por sus trabajadores. Ambas intervenciones dieron muestras del liberalismo que destila una plataforma que trata de combinar veteranía y juventud.
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