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Una segunda vida para innovar

El Parque Científico y Tecnológico Cartuja marcó el desarrollo de espacios similares en Andalucía

Antonio J. Mora
Vista general de la isla de la Cartuja desde Torre Sevilla.
Vista general de la isla de la Cartuja desde Torre Sevilla. PACO PUENTES

“Vivíamos la épica de ser el primer parque post Expo de éxito, sabíamos que lo podíamos conseguir y, a la vez, disfrutábamos de un espacio privilegiado”. Las palabras del presidente de Ayesa, José Luis Manzanares, reflejan el espíritu con el que las primeras empresas apostaron por instalarse en el parque tecnológico Cartuja 93 después de que se apagaran las luces de la Expo 92. Casi un cuarto de siglo después y rebautizado como Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja, el recinto sevillano supera las 420 empresas y los 16.000 trabajadores. “El PCT Cartuja es un ejemplo único de reutilización de una exposición universal, con una rentabilidad innegable para Andalucía por la cualificación empresarial, investigadora y como área generadora de empleo”, afirma la directora general del espacio, Teresa Sáez.

Esta segunda vida para los activos de la Expo, que ya se gestó a finales de los ochenta, comenzó a latir en octubre de 1993 de la mano de seis empresas, mientras que otras 28 estaban en fase de instalación. “Multinacionales como Rank Xerox, Fujitsu o Siemens, a pesar de haber construido pabellones propios para mantener su actividad tras 1992, se marcharon empujadas por la crisis de mitad de esa década. Fueron pymes andaluzas las que hicieron realidad el proyecto”, apunta Sáez. “El inicio fue muy duro, muchos aseguraron que Cartuja 93 no saldría adelante”, afirma el exconsejero andaluz de Economía y expresidente de Cartuja 93 Jaime Montaner. “En esos primeros años y ante las dificultades, se debatió si se flexibilizaban los usos para atraer a más empresas. Defendí que todo lo que no tuviera un componente tecnológico, un uso intensivo de las nuevas tecnologías... por qué se iba a instalar en Cartuja 93. Era una posición restrictiva, pero creo que fue un acierto resistir”, dice Montaner.

El edificio Premier en el PTA de Málaga.
El edificio Premier en el PTA de Málaga.j. rojas
Una investigadora del Tecnológico de la Salud de Granada.
Una investigadora del Tecnológico de la Salud de Granada.

Fiel a este espíritu innovador, el recinto ha sumado empresas de tecnologías avanzadas, centros de investigación, escuelas de negocio, asociaciones empresariales, centros universitarios... Y ha conseguido romper con todas las previsiones. “Sus primeros gestores calcularon que, a pleno rendimiento, el parque podría generar 3.000 empleos directos. Hoy hay 16.429 trabajadores”, apunta la dirección antes de señalar que la actividad económica conjunta de estas empresas ronda los 1.900 millones de euros anuales. “El objetivo es ser referente en innovación, calidad, desarrollo sostenible y responsabilidad social”, defiende.

Un reto que han asumido estas compañías. “Cartuja nos aporta un excelente entorno y unas infraestructuras adecuadas. Tenemos varios socios tecnológicos en el recinto, colaboramos permanentemente con los centros de investigación, el Centro Nacional de Aceleradores o la Universidad de Sevilla. Es una gran ventaja estar tan cerca de ellos”, asegura el CEO de Alter Technology, Luis Gómez. “Trasladarnos a Cartuja fue una decisión muy acertada que, no solo ha contribuido a dotar a Sevilla de un espacio tecnológico de primer nivel sino que también ha sido un factor determinante en el desarrollo y expansión de nuestra empresa”, afirma Manzanares. “Nuestra llegada a Cartuja fue un factor decisivo en el crecimiento de nuestra compañía, que potenció la expansión nacional y acogió la llegada de los primeros proyectos internacionales”, recuerda el consejero delegado de Inerco, José González.

Con el reto de dar “a conocer su actividad a la ciudadanía”, el recinto ha sabido adaptarse a las nuevas formas de trabajo. El último ejemplo de ello es la Tecnoincubadora Marie Curie, que atiende a la “creciente demanda” de espacios más pequeños para nuevas empresas. Desde su inauguración en 2010, por sus módulos han pasado más de un centenar de compañías. “En Cartuja está el grueso de las empresas tecnológicas de Sevilla. Eso nos ha propiciado colaboraciones puntuales con otras entidades así como la captación de clientes”, dice la marketing manager de Whitebite, Victoria Bioque, cuya empresa ha estado dos años en esta incubadora.

Torre Sevilla, nuevo foco dinamizador

El rascacielos Torre Sevilla abrió sus puertas en julio de 2015 con el objetivo de erigirse como "nuevo motor económico de Andalucía". Tras un año y medio, el edificio más alto de la comunidad cuenta con un millar de trabajadores y se encuentra al 65% de ocupación después de que se hayan instalado compañías como Ayesa, Orange o Deloitte. A estas, se suma el hotel que coronará esta torre de 39 plantas y que prevé abrir a finales de abril.

Pero en el complejo de Caixabank, de 215.000 metros cuadrados, también hay cabida para el ocio y la cultura. El viernes 3 de marzo abrirá sus puertas el CaixaForum Sevilla, con una retrospectiva del pintor Hermen Anglada-Camarasa. Además, para octubre, se prevé la apertura de un centro comercial con 80 locales y que generará 1.500 empleos.

Pero el PCT Cartuja no solo ha sido “la mejor herencia” de la Expo 92, en palabras de Sáez, sino también el referente, junto al Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) en Málaga, para el desarrollo de espacios similares en las ocho provincias. Desde el Parque Tecnológico TecnoBahía en El Puerto de Santa María (Cádiz) hasta el Parque Científico-Tecnológico de Almería o el Parque Tecnológico de la Salud en Granada. Recintos que han resistido la crisis y que continúan trabajando en su crecimiento. Es el caso del parque granadino, que prevé culminar este año su ampliación (hasta los 625.000 metros cuadrados) con la apertura de un nuevo centro de empresas y del centro médico, así como la finalización de la construcción del Instituto Internacional de Flebología y la urbanización de espacios libres y zonas verdes. Con casi 2.800 trabajadores, la dirección del recinto ya estudia una segunda fase para crecer 325.000 metros cuadrados más.

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Sobre la firma

Antonio J. Mora
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue redactor en la delegación en Andalucía durante más de seis años y, actualmente, es portadista web. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de periodismo de EL PAÍS, también trabajó en Diario Sur e Infolocalia. En 2009, ganó el premio nacional Alma de Periodista.

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