Puigdemont pide a su partido que no lo deje solo en el órdago al Estado
El presidente de la Generalitat convocó el pasado lunes a los consejeros de su Gobierno miembros del PDeCAT
Las incógnitas acerca de la viabilidad del referéndum crecen cada día y ya alcanzan el seno del Gobierno catalán. Y las dudas ya no son solo sobre la capacidad técnica para organizarlo con todo el aparato del Estado en contra sino también sobre la voluntad política de los protagonistas. En este contexto, el presidente catalán, Carles Puigdemont, convocó el pasado lunes a los consejeros de su Gobierno miembros del PDeCAT. Quería saber si todos sin excepción están dispuestos a llegar hasta el final a riesgo de ser inhabilitados.
La reunión, según ha podido reconstruir EL PAÍS, tuvo lugar el pasado lunes en el Palau de la Generalitat. Fue un almuerzo sin un orden del día preestablecido pero con una voluntad muy clara por parte de Puigdemont: quería escuchar de la boca de sus consejeros si son conscientes y están dispuestos a asumir los riesgos que entraña la convocatoria del referéndum. No quiere que le dejen solo en el último momento. Fuentes del Gobierno explican que todos ellos son conscientes de que se enfrentan a una probable inhabilitación desde el instante en que comiencen a firmar documentos, órdenes y contratos para preparar la votación, “pero una cosa es asumirlo genéricamente y otra cosa es pasar a la acción”.
Dudas con Cultura e Interior
Los dos departamentos que ofrecen dudas son Cultura e Interior. En el primer caso, por el tono conciliador con el Gobierno central que tradicionalmente expresa el titular de Cultura. En el caso de Interior, el independentismo le critica que haya antepuesto la defensa del cuerpo de los mossos y su neutralidad con la apuesta por la secesión. Los tres departamentos más expuestos con el referéndum son Interior y Educación y Gobernación, ya afectados por la condena del 9-N.
No consta que ninguno de ellos se desmarcara de la línea oficial del Gobierno catalán —eso es, mantener hasta el último momento los planes para el referéndum— pero sí hubo voces llamando a la prudencia y a evitar actos de supuesta heroicidad ante la amenaza de los tribunales. Una fuente gubernamental añade que Puigdemont insinuó que en caso de que algún consejero no esté por la labor de correr riesgos es mejor que se apee ahora del carro y presente la dimisión.
El encuentro del lunes forma parte de una ronda de al menos tres reuniones que Puigdemont ha mantenido los últimos días para ver hasta qué punto se puede forzar la maquinaria y seguir adelante con el referéndum pese a las reiteradas advertencias del Tribunal Constitucional —ya van cinco— y de los avisos de la fiscalía. Otra reunión importante fue el martes por la tarde, cuando Puigdemont convocó a dirigentes de Esquerra, de la CUP y a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Les quiso transmitir firmeza con el referéndum y el entorno del president tuvo interés en que trascendiera la reunión —que se celebra cada martes de forma discreta— para reforzar este mensaje. También en el último consejo de gobierno Puigdemont reclamó lealtad a todos sus consejeros.
Y es que las dudas se están apoderando de amplios sectores de la Administración catalana. El discurso oficial del PDeCAT, alentado tanto por Puigdemont como por el expresidente Artur Mas, es que ya no hay marcha atrás y que hay que darlo todo por el referéndum. De hecho, Puigdemont lo reiteró ayer en un artículo, titulado ¿Por qué Madrid no puede ser como Londres?, que firmó junto a Oriol Junqueras en el diario belga Le Soir. “Renunciar” al referéndum este año es “la única cosa” que el Govern “no hará”. El artículo alude también a la “guerra sucia” del Gobierno. Pero en cuadros intermedios, y también entre la dirección, los miedos acechan. Ya son cuatro los dirigentes de la antigua CiU inhabilitados por la consulta del 9 de noviembre de 2014. Saben que esto es solo un aviso y que las condenas serán más duras si se quiere hacer un referéndum independentista con carácter vinculante.
Hasta el momento, algunos consejeros convergentes se han negado a dar ningún paso formal para preparar el referéndum. Incluso la titular de Gobernación, Meritxell Borràs, ha solicitado que cualquier movimiento que tenga que hacer le sea ordenado por escrito, lo que ha provocado gran malestar interno.
Además de Borràs hay otros dos consejeros del PDeCAT cuyo compromiso con el referéndum es cuestionado habitualmente por los sectores más independentistas. Son el de Cultura, Santi Vila, y el de Interior, Jordi Jané.
Pese a la tensión latente y las fricciones entre consejeros del PDeCAT y ERC, Puigdemont pidió a los dirigentes independentistas unidad y cohesión ante la presión judicial del Estado. La CUP pidió evitar enfrentamientos públicos. Marta Pascal, coordinadora del PDeCAT, pidió ayer, en Radio4-RNE, “discreción” a los soberanistas para no dar una “sensación de olla de grillos”.
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