La Xunta cuestiona la calidad del agua en Vigo, Moaña, Redondela y Soutomaior

La Xunta y el Ayuntamiento de Vigo se han enzarzado este viernes en un nuevo enfrentamiento, esta vez por la calidad del agua que beben los vigueses. La Consellería de Sanidade ha divulgado análisis que han detectado niveles de hierro por encima de lo recomendado, además de una elevada turbidez, en el barrio vigués de Canido. Y aunque ha admitido que los registros aún no han sido confirmados y no suponen riesgo sanitario, ha advertido que "de mantenerse en el tiempo obligarían a tomar medidas", como decretar que el agua no es apta para la ingestión, informa Europa Press.

El anuncio, realizado durante una rueda de prensa en la que también se desvelaron "valores anormales" de hierro en los municipios pontevedreses de Moaña, Redondela y Soutomaior, ha provocado una encendida reacción del gobierno local vigués que preside el socialista Abel Caballero. El Ayuntamiento ha achacado los niveles de hierro en Canido a una obra realizada en la carretera, una causa que, asegura, conoce el Gobierno del popular Alberto Núñez Feijóo.

"Feijóo sabe que este registro no tiene relación con la potabilizadora, pero es un ventajista, tramposo y mentiroso", afirma el equipo de Caballero, en alusión a que el delegado territorial de la Xunta, Ignacio López-Chaves, atribuyó el problema de calidad del agua a que la planta potabilizadora de O Casal, que es competencia municipal, "está desfasada" y presenta "deficiencias estructurales". El Ayuntamiento de Vigo ha asegurado que los nuevos análisis realizados este mismo viernes en el agua confirman que es potable "al cien por ciento".

La Xunta ha admitido que deben ser los gestores de los servicios municipales de agua los que trasladen sus propios datos para confirmar si se ratifican los parámetros anormales que ya ha divulgado Sanidade. En caso de que se confirmase que se superan los valores máximos permitidos en las próximas 24 horas, la autoridad sanitaria podría desaconsejar el consumo humano y así se lo recomendaría a los Ayuntamientos correspondientes, que son los encargados de comunicar a los ciudadanos la situación.

En cualquier caso, la jefa territorial de Sanidade en Vigo, Ángeles Feijóo, ha explicado que "no son parámetros tóxicos", sino que el color del agua y el sabor metálico hacen desagradable su consumo. Por el momento, Sanidade ya ha informado a las consellerías de Educación y de Política Social para que tengan preparadas medidas alternativas para aplicar en sus centros. Además, en un comunicado emitido por el Gobierno gallego, se informa de que se extremó la vigilancia sobre la potabilidad de los abastecimientos también en Cangas, Vincios y Mos, además de en Vigo, Redondela y Moaña, debido a las "deficiencias" detectadas en la potabilizadora de O Casal.

El tope de hierro en el agua está marcado en 200 mg/l y si se detectan entre 200 y 600 el agua es "apta con no conformidad", mientras que a partir de 600 se considera "no apta para el consumo". En el caso de la muestra tomada en el barrio de Canido por los farmacéuticos de la Xunta, se sobrepasa el límite de los 600 mg/l, "pero en toda la red está por encima de 200 actualmente", señalan desde Sanidade.

Problemas desde 2011

El Gobierno gallego acusa a Caballero de no haber hecho "inversiones lo suficientemente importantes para poder garantizar que cumple los parámetros que exige la normativa para garantizar la calidad del agua". "Durante el último año no solo no se ha colaborado con la Xunta, sino que se ha ocultado información esencial que podría haber evitado, o al menos paliado, la situación con la que se enfrenta la ciudad", ha asegurado López-Chaves.

La jefa territorial de Sanidade ha desvelado que "ya desde el año 2011" se detectaron en la red de Vigo incumplimientos en cuanto a la turbidez y el hierro presente en el agua, que "se comunicaron puntualmente al Ayuntamiento para que se adoptaran medidas correctoras", una situación que ha empeorado debido a la sequía. En los últimos años, ha añadido, se hicieron "modificaciones prácticamente nulas".

Las autoridades sanitarias autonómicas empezaron a detectar que la calidad del agua de Vigo bajaba el 25 de octubre. En esas fechas, se recibió una incidencia de un colegio que acababa de cambiar las tuberías y allí se percibió el hierro muy alto, por lo que se llamó a Aqualia para hacer una muestra en la acometida. "Desde ese momento, semanalmente Aqualia está comunicando incumplimientos de hierro", señalan desde Sanidade. Desde entonces, asegura la Xunta, el nivel de hierro no ha vuleto a bajar.