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Cáritas pide un salario mínimo de 1.000 euros para combatir la precariedad

La entidad benéfica denuncia que el 12% de los trabajadores catalanes son "pobres"

Miriam Feu, Salvador Busquets, Sergi Gordo y Salvador Bacardit durante la presentación del informe.
Miriam Feu, Salvador Busquets, Sergi Gordo y Salvador Bacardit durante la presentación del informe.CÁRITAS

Clara Inés trabaja nueve horas a la semana ocupándose de la limpieza en una oficina. Por su trabajo percibe 300 euros que no le permiten pagar sus facturas. Como empleada en un hotel ha llegado a cobrar 2,50 euros la hora limpiando habitaciones. A sus 55 años busca un trabajo de 40 horas semanales y dejar atrás los contratos temporales que ha encadenado en los últimos años. Con su caso, Cáritas ha puesto rostro este miércoles al trabajo precario que afecta, al menos, al 12% de los trabajadores que en Cataluña son "pobres". Para combatir la precariedad, la entidad benéfica propone, entre otros, subir el actual sueldo mínimo de 825 a 1.000 euros.

Bajo el título Vidas precarias, la ONG ha presentado un informe, donde denuncia el aumento de contratos temporales (el 91% de los que se firmaron en noviembre de 2017). Miriam Feu, coordinadora de este estudio realizado a 35 receptores de las ayudas de Cáritas, ha señalado otra cifra, citando al Ministerio de Empleo: El 26% de los contratos de 2017 tuvieron una duración de siete días o menos. "Estamos saliendo de la crisis por la puerta de atrás", ha afirmado el delegado de Cáritas en Barcelona, Salvador Bacardit desde la sede de la organización católica en la ciudad.

El religioso ha criticado un escenario laboral donde "el trabajo no es garantía de salida a la pobreza". Feu ha explicado que, a pesar de que el 16% de las personas atendidas por Cáritas trabajan, estas se encuentran bajo el umbral de pobreza, es decir, que cobran menos de 837 euros.  Un caso de trabajador precario son los llamados falsos autónomos, es decir, aquel que a pesar de ser contratado como autónomo con un contrato mercantil, desarrolla su actividad en las condiciones laborales de un trabajador por cuenta ajena, pero sin la protección de los derechos laborales asumiendo costes como la cuota de autónomos.

El trabajo informal, los contratos "basura" y la sucesión de trabajos temporales son otros factores que definen la precariedad laboral. La alta tasa de paro (el 43% de la población, según el IDESCAT) y la desconfianza en las políticas sociales en caso de perder de trabajo, favorece, según Cáritas, la perpetuidad de la precariedad laboral. Los jóvenes, los migrantes, los mayores de 50 años y las mujeres con hijos que viven solas son los principales perfiles de personas que carecen de un trabajo de calidad.

Cáritas define el actual mercado laboral de "inmediato y fugaz, en el que nunca sabes cuando te despedirán", señala la responsable del informe. La "inseguridad" que esto causa en los trabajadores tiene su "máxima expresión" en la pérdida de la casa. La entidad benéfica denuncia el miedo instalado en las personas que "callan" las situaciones de injusticia por temor a perder su puesto de trabajo. "Se sienten atrapados, silenciados, explotados y desprotegidos", denuncia la portavoz de Cáritas. El obispo auxiliar de Barcelona, Sergi Gordo, ha asegurado que "la persona no es un objeto de usar y tirar" y ha defendido la "dignidad" que se expresa, dice, a través del trabajo.

Nueva reforma laboral

Salvador Busquets ha rechazado las dos últimas reformas laborales (la del PSOE en 2010, primero, y la del PP en 2012). Según el director de Cáritas Barcelona, lejos de reducir las desigualdades, estas políticas las han aumentado. Desde la entidad piden una nueva reforma laboral para "recuperar derechos como la negociación colectiva". Otra de las propuestas es garantizar el empadronamiento para que las personas sin trabajo "puedan acceder a los sistemas de formación y ocupación." 

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