El ‘procés’ salpica a la colección Tàpies
La aplicación del 155 deja sin interlocultor a la Generalitat en las negociaciones con la familia del pintor. Christie's subastará el 27 de febrero cinco obras más del artista
La aplicación del 155 desde el pasado 28 de octubre ha tenido efectos inesperados. Uno de ellos ha sido la ruptura de las negociaciones entre la familia del pintor Antoni Tàpies y la Generalitat para llegar a un acuerdo para que su colección privada no se vendiera. El 9 de octubre, a la semana de conocerse que la sala de subastas Christie’s de Londres había puesto en venta dos de las siete obras de la colección de Tàpies --la bella escultura Homme de Alberto Giacometti que se vendió por 3,8 millones de euros, cuatro veces su precio de salida, y Untitled (orange and yellow), una impresionante obra de Mark Rothko de 1969 que se vendía a partir de 4,4 millones de euros, pero no encontró comprador--, el exconsejero Lluís Puig se reunió con Antoni Tàpies i Barba, hijo del pintor con el fin de reconducir la situación e impedir la venta y dispersión de la colección que su padre. El desacuerdo económico entre las partes y, sobre todo, la difícil situación política que acabó con la intervención del estado de la Generalitat, impidieron que esas reuniones continuaran y se llegara a un acuerdo satisfactorio.
Por eso, la página web de la sala londinense ofrece para la subasta del próximo día 27 de febrero (tanto en la de Arte impresionista y Moderno como la de Surrealista) la venta de las cinco piezas restantes que se pusieron en venta: dos piezas firmadas por Joan Miró y una de Pablo Picasso, Paul Klee y Vasili Kandinsky, respectivamente, unos lotes que salen a la venta entre los 4,3 y 5,9 millones de euros en total, siendo la pieza estrella El gallo desangrado de Picasso (entre 2,4 y 3,1 millones), unas cifras que fácilmente pueden ser superadas en el remate.
La jugada de la Generalitat era intentar acordar una fórmula por la que las obras de arte no acabaran dispersas y se quedaran en Cataluña. Y eso pasaba por “ofrecer unas condiciones con las que todo el mundo estuviera cómodo y la familia no se viera forzada a vender”, aseguraron fuentes de la Generalitat el pasado 22 de octubre. Fórmulas como las de “ofrecer la posibilidad de pagar con las obras sus impuestos o buscar a alguien que las adquiera y las done y deposite, por ejemplo en la Fundación Tàpies”, estaban sobre la mesa. La situación, no obstante, que entonces se calificaba de “difícil, porque estamos hablando de cifras muy altas ya que las obras tienen un precio de salida que oscila entre los 10,2 y 14 millones de euros, y no se disponen de esos recursos”, acabó siendo inviable cuando el interlocutor de la Generalitat, el consejero Puig, desapareció de la escena tras la intervención del Estado, tan solo seis días después.
La colección de Tàpies no solo está formada por estas siete obras que han salido a la luz pública por subastarlas su familia en Londres. También dispone de un buen número de piezas firmadas por Francisco de Goya, Marcel Duchamp, Louise Bourgeois, Lucho Fontana, Norman Rockwell y otras anónimas de arte africano, sumerio, egipcio, maya, japonés, precolombino, arte popular y arte románico, fotografías y libros de bibliófilo. Una colección que el artista fue formando a partir de la década de 1940 en paralelo a su trayectoria profesional (y que ayuda a entender su obra), pese a que no fue hasta 1960, con su consolidación, cuando comenzó a tomar importancia.
La Fundación Tàpies ha mostrado en dos ocasiones parte de esta impresionante colección: en 2010 en la exposición Los lugares del arte y en 2015 en Colección de artista, siempre dialogando con las obras creadas por Tàpies. La obra de Picasso que se venderá el 27 de febrero no hay duda de que tendría un lugar destacado en el Museo Picasso de esta ciudad. Por eso, su actual director, Emmanuel Guigon, intentó comprarla tras conocerse que se vendía, algo que no consiguió por no disponer de la cantidad necesaria, más de 2,5 millones de euros.
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