Grafeno, el 'material de Dios', se trabaja en Alicante
La 'startup' Applynano, nacida en la universidad apuesta por generar asfalto autorreparable
Applynano es una empresa surgida de la Universidad de Alicante que, junto a instituciones investigadoras y otras empresas de todo el mundo, trabaja en la actualidad con grafeno a fin de conseguir “una aplicación tractora que haga que de verdad esto evolucione como una industria”, señala Iluminada Rodríguez, portavoz de la startup. Aquí radica precisamente el quid de la cuestión: “el tema de la investigación está muy avanzado, pero no la viabilidad en grandes dimensiones”. De lograrse el oportuno escalado empresarial, indicaría que las empresas estarían en disposición de alcanzar importantes niveles de rentabilidad gracias a un incremento de la producción. La lectura implícita sería que se habría conseguido“ un abaratamiento del grafeno”. Pero todo esto de momento es una especulación ya que, actualmente, se trata “de un material muy caro”.
El grafeno funciona básicamente como un reforzador de materiales. Applynano se ha especializado, de hecho, en mezclarlo con plásticos a fin de generar productos resultantes más resistentes y flexibles para sectores como la automoción, el naval, el aeronáutico o el de artículos deportivos. Las ventajas conseguidas se traducen en propiedades más sobresalientes en cuanto a mecánica, conductividad o almacenamiento de energía. El grafeno que se consigue en los laboratorios de Applynano de forma artificial procede de materiales grafíticos.
España es un referente internacional en el mercado del grafeno por los diferentes tipos de este material con los que experimenta, así como por el número de aplicaciones industriales que ha puesto en marcha. Si se relaciona el Producto Interior Bruto (PIB) con la generación de grafeno, nuestro país sería el primer país del mundo en producción de este nanomaterial, aunque es un cálculo relativo y no actualizado que se estableció en 2017 con datos de la ONU. Applynano, en cualquier caso, contribuye en el reconocimiento español por el mundo con ventas al extranjero, principalmente a Italia y Portugal.
El liderazgo mundial está vacante en una pugna que libran Europa, EE. UU. y China fundamentalmente. Cada cual aporta visiones interesadas de la situación en una suerte de competición por colocarse en primer lugar. En opinión de Iluminada Rodríguez todo está condicionado al hecho de que nadie verdaderamente “tiene la aplicación que haga despegar la industria del grafeno mediante una demanda de toneladas”.
La startup colabora, junto con Universidad de Alicante, en un proyecto cuyo nombre, sin siglas, es MASTRO. La multinacional Acciona es quien lo lidera en España. Esta iniciativa forma parte de un programa de financiación en I+D+i de la Unión Europea llamado Horizonte 2020. El gran empeño del mismo consiste en descubrir y desarrollar materiales inteligentes para la industria aeroespacial, de automoción y de infraestructuras de transportes. Una de las cualidades de estos materiales inteligentes es que monitorizan su deformación y pueden, además, repararse a sí mismos. Por estas funcionalidades, su duración se presume mayor y sus costes de mantenimiento, menores.
El caso más llamativo de los desarrollados hasta ahora es el del asfalto en el que Applynano colabora, no con grafeno en esta ocasión, sino con nanotubos de carbono o grafitos. La participación de la empresa alicantina consiste en realizar el mezclado de estos nanomateriales para luego ser introducidos en el asfalto. Con ello consiguen una mejor conductividad eléctrica, lo que implica un incremento de la temperatura que permite que el asfalto se reblandezca y obtenga su autorreparación en caso de rotura.
Según cálculos de Acciona, con la aplicación de las mezclas de nanomateriales para asfalto, se conseguirá reducir un 10% los accidentes en los puntos negros de la red de carreteras españolas. Otros de los resultados de este procedimiento innovador es una bajada de los costes de mantenimiento en el sector de la aeronáutica de entre un 2 y un 10%; y de un 5 a un 8% en el de la automoción. Ello gracias a los sensores incorporados a la mezcla que permiten la detección de daños en las alas de los aviones o los parachoques de los coches.
El grafeno es conocido como el `material de Dios´, desde que en el año 2010 Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov, de la Universidad de Manchester (Reino Unido), obtuvieron el Premio Nobel de Física por descubrir las extraordinarias propiedades de esta variable del carbono. Por solo apuntar un par de características, el grafeno tiene una resistencia 200 veces superior a la del acero y es al mismo tiempo seis veces más ligero que este.
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