Otxarkoaga revive la tragedia del doble crimen con el juicio a los tres menores
Los vecinos reconocen que la mayor presencia policial aporta tranquilidad tres el asesinato con esañamiento de los dos ancianos de Bilbao
"Todavía no se me ha pasado el susto", dice una clienta de la panadería que está justo delante del portal donde el jueves día 18 de enero de 2018 varios menores asesinaron a dos ancianos. Aquel día Bilbao se quedó sin respiración. Primero fueron detenidos dos menores de 14 años y unos días después otro de 16, todos como autores del asesinato con ensañamiento de Lucía y Rafael, dos ancianos conocidos del barrio popular de Otxarkoaga, ambos de 87 años. El juicio a puerta cerrada ha comenzado esta mañana removiendo los recuerdos de toda una ciudad.
"Es como volver a aquel jueves", le explicaba una chica a otra en el bar del minicentro comercial, en la parte delantera del número 16 de la calle Zizeruena, donde los menores acuchillaron a los dos ancianos. "El otro día me decía una mujer mayor que ahora se atrevía a ir a por el pan, que ya no le pedía a un vecino que se lo llevara, que ya iba más segura por la calle", relata el miembro de la Asociación de Vecinos de Otxarkoaga, Ángel Velasco. Según explica, el Ayuntamiento ha tomado medidas para que los vecinos aprecien que hay más seguridad y la principal es la presencia policial diaria en el barrio. "Lo que es terrible", recuerda, "es que tuvieran que morir dos personas para llegar a esto".
La vista durará hasta el miércoles 19 de septiembre, y este jueves estaba previsto que declararan los autores confesos del doble asesinato, los dos menores que tenían 14 años cuando ocurrieron los hechos y el que tenía 16, y que, según la fiscalía, fue el inductor de los hechos. Los que tenían 14 se enfrentan a una pena de seis años de internamiento en un centro cerrado como autores materiales del doble crimen, y para el tercero que les proporcionó cobertura y la información, la Fiscalía solicita una pena de 10 años de internamiento.
En el barrio no se veía la presencia policial esta mañana, pero el Ayuntamiento y los propios vecinos confirman que es un hecho, y que la situación es radicalmente diferente a la que se vivía durante los meses previos al asesinato. Entonces muchos vecinos relataron que tenían miedo ante el aumento de robos en la calle y en los cajeros, además de agresiones y tirones, precisamente a las personas de más edad.
Este jueves, ocho meses después del asesinato que conmovió a la ciudad y abrió un profundo debate sobre las bandas juveniles y la seguridad ciudadana, el recuerdo del crimen estaba muy presente."En el centro -un instituto de FP que está en la parte alta del barrio- también nos hemos acordado de los abuelos", asegura Arkaitz Fernández. "Un profesor nos ha dicho en clase que empezaba el juicio".
Las instituciones se han esforzado por restañar las heridas, mejorar la convivencia y dotar a la comunidad de más servicios, pero pese a todo, el comentario general en muchos locales públicos del barrio, era de horror por aquellos sucesos."La semana que viene tenemos una reunión todas las asociaciones, de todas las etnias y colores", explica Velasco tras resaltar que pese a los tristes hechos, en Otxarkoaga la convivencia no estaba deteriorada. Lo que se estaba disparando era la delincuencia.
Unas semanas antes del doble crimen del pasado enero, varios jóvenes habían agredido a una pareja en el metro de Bilbao con el objetivo de robarles. Uno de ellos perdió el ojo de la paliza. Otros dos menores de 13 y 16 años provocaron la muerte del exfutbolista vasco Ibon Urrengoetxea al tirarle al suelo en el centro de Bilbao para robarle con tan mala suerte para la víctima que, al caer, se golpeó en la cabeza y falleció.
Justo detrás del minicentro comercial, a escasos metros de la parada del metro, se solían reunían a fumar varios grupos de menores en horarios de clase. Seis meses después ya no lo frecuentan, ahora también pasa la policía municipal por allí. Justo en ese punto, frente al portal de las víctimas es donde se fraguó el delito. El Ministerio Público describe en su escrito de acusación que los dos chicos de 14 años se acercaron desde ese punto hasta la fachada y accedieron por la ventana al piso de los ancianos.
Posiblemente la intención era robarles y posiblemente también a esa hora los abuelos no tenían que haber estado en el piso, pero se encontraron con ellos y en vez de huir los asesinaron. Les golpearon violentamente y les atacaron con varias armas blancas. Al hombre de frente cuando estaba en la habitación, a la mujer por la espalda, en el pasillo, cuando intentaba huir. No tuvieron ninguna oportunidad.
En el juicio, que se celebrará a puerta cerrada en todas sus sesiones, declararán los testigos, algunos de los cuales han pedido hacerlo con protección, además de ertzainas y forenses. En el escrito de acusación el ministerio público considera que los tres son autores de los delitos de asesinato y del robo con fuerza en casa habitada.
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