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Más que el impresor de Dau al Set

Una exposición reivindica el universo creador de Joan-Josep Tharrats en su centenario

José Ángel Montañés
Un aspecto de la exposición, con la impresora Boston y algunas de las portadas originales de Dau al Set
Un aspecto de la exposición, con la impresora Boston y algunas de las portadas originales de Dau al Set

No sabemos qué habrían dicho los responsables del MoMA de Nueva York si hubieran sabido que la revista Dau al Set, para ellos la mejor publicación realizada en Europa en los años cincuenta, se imprimía con una pequeña imprenta de andar por casa. Esa máquina, con la que se creó una de las revistas más avanzadas estéticamente de su tiempo, plataforma de expresión para materializar las inquietudes artísticas e intelectuales de un grupo de creadores en la España gris de la dictadura, es una modelo Minerva Boston y puede verse en la exposición Universo Tharrats que se celebra en Pineda de Mar hasta el 3 de marzo. En ella se reivindica al creador, impulsor e impresor de esa pequeña joya que vio la luz entre 1948 y 1956. Pero también al pintor, grabador, diseñador gráfico, ilustrador, editor, escritor e incluso diseñador de joyas y figurinista que fue Joan-Josep Tharrats (Girona, 1918- Barcelona, 2001) y que no ha sido, hasta ahora, lo suficientemente valorado.

De hecho, incluso algunos de los miembros del mítico grupo Dau al Set —Antoni Tàpies, Joan Brossa, Modest Cuixart, Joan Ponç, Juan Eduardo Cirlot y Arnau Puig, además de Tharrats— lo ningunearon: Tàpies no solo renegó de toda esta etapa, sino que le calificaba, casi despectivamente, como “el impresor", con la intención expresa de anular cualquier otra actividad, pese a que Tharrats había escrito en 1950 el primer libro dedicado a este pintor de la materia. "Tharrats era mucho más que todo eso, como pretende demostrar esta exposición", asegura su comisario Ricard Mas, que ha reunido un buen número de piezas en la Fundación Tharrats Art Gràfic de Pineda de Mar (hasta el 3 de marzo) para conmemorar el centenario del nacimiento del artista. Una exposición que llega después de 26 años de la última antológica que se le dedicó en el Palau Robert de Barcelona.

Pasear por la exposición es comprobar, de forma práctica, los múltiples universos creativos de Tharrats. Recibe la pequeña Boston con algunas de las portadas de la revista Dau al Set (cien ejemplares de cada número que se distribuían por suscripción y que pese a que el grupo se disolvió en 1952 Tharrats siguió imprimiendo y distribuyendo), para dar paso a sus trabajos como diseñador gráfico, con algunos del medio centenar de bellos carteles que creó para eventos como ferias del libros, cubiertas de libros y festivales de música, como el de Cadaqués, localidad donde comenzó a pasar los veranos desde 1956.

Tharrats pinta en el mar en Cadaqués, durante el rodaje de un corto de Jordi Cadena.
Tharrats pinta en el mar en Cadaqués, durante el rodaje de un corto de Jordi Cadena.

En la sala contigua aparece el editor de publicaciones como Negre+; el ilustrador de revistas y poemarios, incluso estampaciones textiles y anuncios comerciales. El Tharrats escritor está representado por algunas de sus publicaciones como Cent anys de pintura a Cadaqués (1981) y Picasso i els artistes catalans en el ballet (1982) o sus colaboraciones en Diari de Girona, durante más de diez años. Estas publicaciones comparten espacio con las algunas de las obras creadas y regaladas por artistas como Dalí, Duchamp, Lanfranco Bombelli, Lucio Fontana o Richard Hamilton, acompañados de fotografías en las que Tharrats aparece con todos ellos, demostrando la intensa vida intelectual que cultivó.

Pero el espacio más grande de la muestra está dedicado al Tharrats pintor. "Pese a que realizó su primera exposición en 1950, no encontró su voz propia hasta 1954, con las maculaturas, un procedimiento que inventó a partir de las técnicas de estampación, por la que las impurezas de la imprenta invaden la composición pictórica", explica Mas, que recalca cómo desde 1959 abandonó otras actividades para concentrarse en la pintura, llegando a triunfar en 1961 en Nueva York. En una de las ilustradoras imágenes que acompañan la muestra se le ve junto a Tàpies y Antoni Saura en el patio del MoMA, en un momento en el que los tres tenían exposición individual en esta ciudad. "Dalí les ayudó mucho a los tres, pero no se ha explicado mucho", destaca Más delante de otra imagen en la que se ve a Tharrats junto a la famosa pareja en la habitación del hotel St. Regis de Nueva York donde Dalí y Gala se hospedaban.

Mas destaca de la pintura las obras informalistas como las que parecen ser fruto de su observación a través de un microscopio o de un telescopio, evocadoras de cúpulas celestiales o fondos marinos, a la vez que resalta que muchas de sus obras están dispersas en museos y colecciones de Europa y Estados Unidos y las de la exposición son solo una pequeña muestra.

¿Por qué en Pineda de Mar?

La relación del creador y Pineda de Mar es fortuita y nació tras una exposición en la que participó en 1989 organizada en esa localidad del Maresme. Pero dos años más tarde, el 6 de abril de 1991, se inauguró la Fundación Tharrats de Arte Gráfico en la que se implicó donando un ejemplar de cada una de las piezas y colecciones de grabados hechas por él, unas 500 obras, y la colección de grabados que tenía de otros artistas. En total 1.200 obras. Desde ese momento el centro impulsó exposiciones sobre el propio artista, pero también sobre Joan Miró. En 1996 Tharrats realiza su último acto público aquí, sobre arte contemporáneo japonés. En 2001 moría tras sufrir una enfermedad degenerativa.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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