Fuera de los cánones
El 'performer' Sansanonasnas celebra el décimo aniversario de su trayectoria con una exposición y un desfile
Cuando aparece lo último que busca es pasar desapercibido. Los focos, a su persona. Figura imprescindible de la escena underground madrileña, Sansanonasnas lleva diez años alborotando aquí y allá. Para él, el cuerpo es un artefacto cultural y la belleza es una convención. Lo sigue como particular credo. “La transformación es algo que me fascina desde pequeño”, comparte el performer. No tiene límites a la hora de presentarse ante los demás. Lo mismo se pega en la cara cristalitos, escarabajos o mariposas que un día lleva trenzas y otro reluce su (falsa) calva. Siempre extremo, elabora un discurso crítico a través de sus looks.
Capaz de volver a construirse una y otra vez, en su primera década calcula haber ideado más de 2.000 apariencias diferentes, de la cabeza a los pies. Fotografiado por completos desconocidos cada noche, también ha sido reclamado por algunos de los nombres más respetados en sesiones que han contribuido a alimentar su enigma. Una selección de sus modelos y de esos retratos protagoniza Pasati di Modena, una mirada retrospectiva. “Llevo meses preparando este proyecto. Al mirar atrás me han venido a la cabeza un montón de recuerdos, de imágenes, de horas y horas de trabajo. Siempre me he tomado muy en serio lo mío”.
Empezó a crear su personaje en un club que se llamaba Monster. “La performance te permite expresar todo lo que llevas dentro. En mi caso siempre lo he hecho desde la diversión, de una manera lúdica”. Trabajaba durante el día en una tienda de lujo y por la noche se convertía en otro. De sesión en sesión, cada vez iba más allá, como hacía Leigh Bowery en Londres en los 80. “Hay gente a la que le molesto, gente que no me comprende, gente a la que provoco rechazo. Me parece muy respetable. Yo lo que soy por encima de todo es libre y deseo esa misma libertad para los demás”.
Sobre los mostradores de la recepción del Hotel ME Madrid (Plaza de Santa Ana, 14) y en el vestíbulo están algunas fotografías con él como protagonista. Son de Juan Gatti, Alberto Van Stokkum, César Segarra, Álvaro Villarrubia, Kito Muñoz o Dominik Valvo. “Estoy supercontento de haber trabajado con tantos fotógrafos y me siento muy agradecido de que se hayan fijado en mí. Es un privilegio que un señor como Juan Gatti usase mi imagen como cartel de Transhispania, una exposición en Buenos Aires. O que Dominik Valvo me haya fotografiado durante 10 años fin de semana tras fin de semana”.
Siempre sale completamente transformado desde casa. “Me gusta montarme allí. Salvo excepciones, voy muy rápido. En una hora o dos estoy listo”. Nunca se prueba todo lo que se va a poner. “Lo tengo en la mente, pero si me pruebo el look completo siento que algo va a fallar. Es una manía, pero nunca lo hago. Prefiero ir sobre la marcha”. Al salir de casa, los vecinos ya no le miran como a un extraterrestre, como le ocurría al principio. Se han acostumbrado a verle con sus looks imposibles, que más de una vez ha visto copiados. “A veces me hace gracia y a veces no, depende de la persona y de la intención”.
Combina diseños propios con los de María Escoté, Pepa Salazar o 44 Studio. “Me da pena que en España los diseñadores trabajen tan duro y no se les valore. Es triste que no se ponga en valor lo español. Recuerdo lo que decía Lola Flores en una entrevista: “Qué medias más bonitas tiene usted, ¿son americanas? Pues no, señor, son de Sabadell. ¿Por qué lo nuestro tiene que ser peor?”. Deberíamos luchar más por lo de aquí. Mis padres son zapateros, viven en Elda y trabajan para todas las marcas del mundo, de Stuart Weitzman a Jimmy Choo, pero no han conseguido crear marcas de esas dimensiones allí”.
Tras el personaje
En el tercer acto de ‘La favorita’, la última película de Yorgos Lanthimos, Emma Stone como Abigail le dice a su empolvado pretendiente :“¡Menudo atuendo! Me pregunto qué se esconderá debajo de tanta ropa y tanto maquillaje”. A Sansanonasnas también le han preguntado más de una vez quién está tras el personaje. “Cuando te acercas descubres una persona cercana, muy cariñosa. Detesto a la gente borde, que es lo que muchos imaginan que soy desde la distancia”. Su nombre artístico es un palíndromo que viene de su primer apellido, Sansano. Hijo único, estudió Filología Hispánica antes de trabajar en moda. “Aprendí mucho en tiendas como Gucci, Hermès o Ekseption. Ahora sigo siendo tendero. Trabajo atendiendo a señoras y señores en una casa italiana que factura mucho”.
Parte de lo que gana lo invierte en hacer música. En octubre salió 1, su primer álbum, que se puede escuchar en Spotify y en iTunes. La dirección artística es cosa suya, por descontado. “Tengo la suerte de trabajar con dos productores a los que adoro, Raúl Santos y Jorge Ramos”. Electrónica y techno con letras en las que habla de sí mismo. “Escribo casi a diario. Siempre he escrito, es algo que disfruto mucho”.
Algunas de esas canciones las cantó el jueves por la noche en la azotea del hotel a la vez que 60 personas desfilaban con algunos de sus looks más icónicos. “60 amigos y amigas transformados en mí. Qué emocionante”. Cuerpos de todo tipo, modelos fuera de los cánones. Una reivindicación de las identidades disidentes. “No cierro una etapa con esto ni me voy a retirar. Ya tengo 40 años y es verdad que se hace más cuesta arriba trabajar por la noches. Hago otro tipo de vida. Si hago cosas, las quiero hacer bien. Solo cosas que realmente merezcan la pena, como ésta”.
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