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Quince tramos mortales en la carretera

El Gobierno clasifica más de una decena de tramos de concentración de accidentes en la Comunidad de Madrid, donde 125 personas murieron al volante en 2017

Juan José Mateo

Entre los 2.500 kilómetros de carreteras que hay en la Comunidad de Madrid, 15 tramos de unos pocos miles de metros simbolizan otras tantas cicatrices que nunca se cierran. Da igual que estén perdidos en la montaña o cerca de la capital. Que durante la mayoría del año vivan sometidos por la niebla o golpeados por el sol. O que sobre ellos circulen miles o decenas de vehículos. Lo que une a todos esos trazados es una etiqueta que equivale a una advertencia: el Gobierno los ha declarado  tramos de concentración de accidentes, por su especial peligrosidad, y los ha listado en una respuesta parlamentaria a una pregunta de la diputada Pilar Marcos (PP) a la que ha tenido acceso EL PAÍS. [Mira aquí, a vista de pájaro, los tramos con mayor concentración de accidentes]

“Las carreteras nos hablan todos los años. Y hay que escucharlas, porque hay elementos que disparan la peligrosidad de una vía”, dice Jorge Castellanos, coordinador de seguridad vial de Race, sobre las variables que disparan los accidentes independientemente de la calidad de cada tramo viario. “Si hay un polígono, se mezclan coches, furgonetas, camiones o motocicletas; si hay cruces y salidas en las que los vehículos van a distintas velocidades; si en una salida hay una discoteca…”, describe este experto. “Una inversión en iluminación, radares o asfalto, que es pequeña en comparación con el coste de hacer una nueva carretera, reduce la probabilidad de un accidente en un 30%”, sigue. Y remata: “Tendría que ser obligatorio tomar esas medidas por ley en cuanto un tramo es declarado como de concentración de accidentes, como ocurre en Reino Unido”.

En 2017 hubo 125 muertes en las carreteras de Madrid. Ese año las estadísticas contabilizaron 16.248 accidentes con víctimas en las carreteras regionales. Y muchos de esos siniestros se produjeron en los 15 tramos que destaca por su peligrosidad el Gobierno, y que reciben esa etiqueta en aplicación de una compleja fórmula que tiene en cuenta el volumen de tráfico que digieren, los accidentes con víctimas que registran en un periodo plurianual, o una longitud específica.

TRAMOS DE CONCENTRACIÓN DE ACCIDENTES

Puntos negros en la Comunidad de Madrid

Fuent: Respuesta parlamentaria en el Congreso. YOLANDA CLEMENTE /

“Y 15 tramos así en Madrid parecen muchísimos, sobre todo porque son solo los que dependen de la Administración central, a los que hay que sumar los que dependen de la autonómica y de la capital”, lamenta Francisco Canes, presidente de la asociación DIA, dedicada al asesoramiento legal y psicológico de víctimas de siniestros. “Ahí hay accidentes, y accidentes graves. Debería existir la obligatoriedad por parte de la Administración competente de resolver el problema a la mayor brevedad, realizando un estudio de por qué se producen: por falta de guardarraíles, cruces, malos peraltes...”, añade. “En ese caso, hay que tomar medidas para que se reduzca la velocidad, evitar adelantamientos y situaciones peligrosas, y modificar la situación”, recomienda. “No se hace porque [los políticos] piensan que la inversión es grande y que por el mero hecho de tener el tramo señalizado parece que hayan cumplido con sus deberes”, sigue. “Eso hay que cambiarlo”, insiste el representante de DIA, que logró que estos tramos se señalizaran durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. “Desde entonces, no se ha avanzado nada más. Y es un contrasentido señalizar y no planificar una solución”.

Dificultades

Los 15 tramos de concentración de accidentes de Madrid recorren la A-1, la A-2, la A-3, la A-42, la A-5, la A-6, la M-40, la M-50, la N-VI y la N-320. Para los Ayuntamientos que los tienen cerca son un verdadero dolor de cabeza. La declaración de tramo de concentración de accidentes no lleva aparejada mejoras automáticas, pero sí limita su capacidad de intervención y las características de sus proyectos de movilidad.

“Cuando empezó esta legislatura, en 2015, fuimos al Ministerio de Fomento, porque estamos obsesionados con la movilidad, y pedimos una salida directa desde la zona de Punta Galea a la A-6, porque todo el tráfico de la ciudad se concentra en una rotonda”, explica José de la Uz (PP), alcalde de Las Rozas. “Acababan de poner la señalización de zona de especial concentración de accidentes”, recuerda sobre el tramo que une los kilómetros 23,6 a 24,1 de esa autopista. “Y nos dijeron que su normativa prohíbe el acceso a una vía de servicio cuando hay una zona de ese tipo. Sí logramos un proyecto alternativo”.

La enfermedad está detectada: hay 15 tramos de carretera especialmente peligrosos en Madrid que dependen del Gobierno central. El Ejecutivo ya tiene un diagnóstico: ha hecho “estudios detallados de cada uno de ellos”, según la respuesta parlamentaria, y “en todos” ha emprendido “actuaciones de refuerzo y mejora de la señalización y balizamiento, mejora superficial del firme mediante bacheos y reposiciones e instalación de sistemas de contención”. ¿Qué hace falta para acometer obras definitivas? “Disponibilidades presupuestarias”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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