Así se vio desde el espacio el mayor incendio en la región de Madrid de este siglo
Los satélites de las diversas agencias europeas y norteamericanas difunden las imágenes de fuego en Almorox, Cenicientos y Cadalso de los Vidrios
Mientras centenares de personas se concentraban en apagar el mayor incendio que ha sufrido la región en este siglo, enormes satélites situados a centenares de kilómetros e invisibles para el ojo humano fotografiaban al detalle cómo evolucionaba el fuego. Desde el inicio, cuando era un pequeño foco situado en Almorox (Toledo), hasta que se partió en dos y puso en jaque durante horas a los bomberos, las brigadas forestales y la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Las agencias europeas y norteamericanas cuentan con potentes satélites que hacen un barrido con una frecuencia determinada de todo el orbe. Muchos de ellos pasan sobre la península Ibérica a media mañana o primera hora de la tarde. Como el incendio se inició a las 17.55 en la localidad toledana, no existen imágenes del comienzo.
Una de las primeras imágenes de detalle que se colgaron en la Red corresponde al día 1 de julio y partió del sistema de satélites Copernicus de la Unión Europea (UE), en concreto del satélite Sentinel 2 A y B. La resolución es tal, que permite observar al detalle hasta 20 metros de distancia. Uno de estos dos satélites pasa cada cinco días, por lo que la anterior imagen que emitió era del 26 de junio, cuando el incendio aún no había comenzado.
La perimetración inicial realizada por el ingeniero y expresidente de la Asociación Española de Teledetección, Federico González Alonso, en esta imagen de Sentinel 2, permite calcular que el incendio ha calcinado 2.952 hectáreas. Eso en teoría, porque una observación mucho más detenida de la superficie arrasada permite ver que hay islas verdes que se diferencian con claridad de la mancha negra. Las primeras son áreas dentro de la parte siniestrada que se han salvado y que contrastan con lo devastado por las llamas. Es decir, para tener un cálculo exacto habrá que descontar estas islas.
Las autoridades madrileñas ya advirtieron durante las labores de extinción que las altas velocidades alcanzadas por el viento (de hasta 50 kilómetros por hora) habían hecho correr y mucho las llamas. La vegetación y el monte bajo habían quedado arrasados, pero los árboles (troncos y copas en especial) se habían salvado. A ello también ayudó que se trataba de una zona escarpada, por lo que el aire hizo un efecto similar al tiro de una chimenea.
Los satélites de la NASA, TERRA, AQUA y NPP Suomi, también captaron el incendio del pasado fin de semana. En este caso, el sistema Worldview de la NASA, reconoce a través de los sensores térmicos de los satélites los dos focos (el de Cenicientos y el de Cadalso de los Vidrios), en los que se segregó el incendio a partir del domingo 2 de julio. Las manchas blancas de la foto representan las nubes que había en la zona. La región estaba en ese momento inmersa en una ola de calor, en la que se registraron temperaturas de hasta 42 grados.
El sistema Effis de la red Copernicus también hace un detallado informe -con ficha incluida- de cuándo comenzó el fuego, por dónde evolucionó y cuando concluyó. Esta página, de consulta libre para los internautas, recoge los distintos focos activos y eleva hasta las 3.157 hectáreas la superficie devastada por el fuego. Esta estimación inicial no descuenta las islas no calcinadas.
El incendio también resulta visible de noche gracias al satélite Suomi NPP, cuyas imágenes distribuye la NASA en Worldview. En este caso, la enorme mancha blanca corresponde al resplandor de las llamas. Esto supone que el incendio estaba en plena actividad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.