La juez archiva la causa contra el cardenal Omella

La juez ha dado carpetazo a la causa abierta contra el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, tras no apreciar indicios de delito. Un sacerdote, Miquel Àngel Barco, había denunciado al cardenal por sus supuestas maniobras ante el Vaticano para apartarle de la Iglesia. Además de tomar declaración a Omella, la magistrada envió una comisión rogatoria al Vaticano. Aunque la respuesta de Roma no ha llegado, la juez ha dado por buena la documentación aportada por Omella.

El auto, al que ha accedido EL PAÍS, señala que de la documentación se desprende que Omella “no tuvo ninguna intervención oficial en el procedimiento canónico” seguido contra Barca, y que acabó con su expulsión del estado clerical en 2017. En una carta, el organismo aseguró haber “recibido acusaciones” sobre la inobservancia del celibato, lo que llevó a Barco a la “concepción y posterior nacimiento de prole”. Según la juez, Omella no intervino en ese expediente. “Ni lo promovió, ni lo incitó, ni participó procesalmente en el mismo ni tomó parte de la decisión última”, señala la resolución.

Barco denunció que Omella, como arzobispo de Barcelona, no remitió a la Congregación para el Clero -con sede en Roma- documentos que había redactado en su defensa. La documentación, sin embargo, señala que sí lo hizo, según consta en una certificación de la propia Congregación. La juez, en conclusión, no ve indicios de los delitos de “injuria o trato degradante” que había denunciado Barco y archiva el caso.

La querella del sacerdote acusaba a Omella de maniobrar para apartarle de la iglesia por unos hechos que se remontan a 2006, cuando ejercía en su diócesis, Alcalá de Henares (Madrid). El Vaticano asegura que tuvo un hijo con una mujer, pero él lo niega. Asegura que simplemente asesoró a la mujer, madre soltera, lo que generó sospechas entre sus familiares. El cardenal Omella le entregó en persona la carta de la Congregación.