“El coche es una extensión del ego”
Hace 15 años, Rubén Luna abrió un taller en Villaverde por el que circulan continuamente algunos de los coches más exclusivos del mercado
A la entrada de un polígono repleto de naves dedicadas al sector automovilístico en el humilde barrio de Villaverde, se encuentra Luna Nueva. Por su interior circulan continuamente algunos de los coches más exclusivos del mercado. Rubén Lucas (Madrid, 36 años) lo abrió hace 15 años sin más estudios que su vocación por el motor; hoy, recibe a una selecta clientela que le confía sus “juguetes” más preciados.
No es habitual ver un taller repleto de los mejores coches del mercado.
Estamos enfocados a un público que posee este tipo de coches: deportistas de primer nivel, grandes empresarios... Hay de todo y trabajamos con todo tipo de coches, pero por nuestras manos pasan modelos de las mejores marcas, desde un deportivo como un Ferrari, un Mclaren, o un Lamborghini a coches clásicos o vintage como un Mustang antiguo. Hacemos un trabajo que se diferencia del de un taller habitual. En toda España tan solo hay otros dos que hacen lo mismo que nosotros sin encargárselo a terceros.
¿Qué es lo que busca este tipo de cliente?
Tener un coche único. Nos piden desde un vinilado hasta el detalle más singular que te puedas imaginar. Quieren que dentro de ese modelo exclusivo que puede tener un grupo reducido de gente, el suyo no sea como el del resto, llevar algo que les diferencie. Nosotros, dentro de lo que nos permiten las homologaciones, llegamos adonde las marcas no lo hacen.
¿Le piden cosas extrañas?
¡De todo lo que te puedas imaginar! Poner 10 televisores en un coche, hasta instalar el Apple TV o un vinilado de terciopelo. Hace poco nos vino un cliente que instalaba céspeds y quería que le vinilaramos su furgoneta con uno de sus productos, pero no estaba permitido. Todo lo que hacemos aquí tiene que salir nuestro sello e intentamos que mantenga también el estilo de la marca y el modelo. Nuestra filosofía es que todo coche que salga del taller sea uno que nosotros tendríamos en el garaje. Alguna vez hemos rechazado encargos.
El lujo suele ir ligado al capricho.
Mucho. Nuestro cliente medio es muy caprichoso. Te traen un coche, te piden vinilarlo de un material y un color y a los tres meses ya se han cansado y quieren cambiarlo. Al final buscan que siempre sea diferente, que parezca que van cambiando de coche cada poco tiempo. El coche es como una extensión del ego, buscan que sea al que más miran, que les digan: “Qué pasada de coche”.
¿Hay quien compra el coche ya pensando en qué cambiarán después?
Hay coches que prácticamente estreno yo. Me llega alguno con poco más de 1.000 kilómetros. Este tipo de marcas pueden llegar a tardar mucho en fabricar un coche, por lo que a veces se llega a comprar un modelo en un color que no quieren simplemente por la disponibilidad. Luego vienen aquí y lo ponen a su gusto.
¿Cuánto se pueden llegar a gastar?
En muchas ocasiones más que un coche. Hemos llegado a tener algún cliente que ha metido 80.000 euros; otros 40.000... Hay de todo. Cobramos lo que cuesta, nada más. Tenemos a un equipo especializado y los clientes saben que cuando les entregamos su coche se ha hecho el mejor trabajo.
¿Cómo es la comunicación con el cliente?
Estamos disponibles prácticamente 24 horas. Mi WhastApp es un hervidero de mensajes. Es más importante el servicio post-venta que la venta en sí. Hay que tener en cuenta que el tiempo de la mayoría de nuestros clientes cuesta mucho dinero y tratamos de ofrecerles la máxima comodidad. Les recogemos y devolvemos el coche en la puerta de casa, viajo permanentemente por España e incluso he llegado a ir a Florencia o Turín a llevar el coche de algún futbolista. El éxito reside en la comodidad y la confianza.
¿Con algunos clientes tiene una relación más estrecha?.
Esto es como una familia. Hay unos 30 coches con los que trabajo regularmente. Con muchos de ellos la relación ya es de amistad, aunque cuando se traspasa la puerta de mi taller es un cliente más. Esa confianza es indispensable para asentarse con este tipo de clientes en los que la mejor publicidad es el boca a boca.
¿Y los más clásicos qué opinan de estas personalizaciones?
Las rechazan. Para ellos hay ciertas marcas y modelos que no se pueden tocar. Lo único que sí aceptan son trabajos para conservar los vehículos.
Un taller lleno de camisetas
De Álvaro Morata, delantero del Atlético de Madrid, a Willy Hernangómez, jugador de la NBA y reciente campeón del mundo con la selección española de baloncesto. Las oficinas de Luna Nueva, ubicadas en la planta alta del taller, están repletas de las camisetas de los jugadores de los deportistas que acuden habitualmente a personalizar sus coches. Desde las escaleras hasta el despacho de Rubén, la hilera de cuadros con las elásticas cedidas es interminable. "Nos hemos asentado en este sector. Ellos confían en nosotros y les damos mucha comodidad, sin que apenas pierdan tiempo cuando quieren hacer algo en sus coches", cuenta Rubén, quien pasa gran parte de sus días entre las ciudades deportivas de los equipos de LaLiga y las lujosas urbanizaciones de los futbolistas.
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