Picasso, poeta inédito
Salen a la luz una decena de textos desconocidos escritos por el pintor entre 1941 y 1942, que conservó toda su vida Dora Maar, su musa y amante
"La puerta hincha desmesuradamente el espacio que (se) desarrolla el visitante hundiéndose lentamente en el colchón de hojas secas de maíz apoyado contra la madera y (puntual) detalla las molduras que estallan sobre las cortinas de la sombra que se adelanta en la bruma de la luz colgada fuera de la habitación incendiada”, escribió en febrero de 1942 Picasso; uno de los mejores pintores de la historia, que desde su juventud sintió afición por las letras llenando de palabras y frases muchos de sus trabajos; algo que sin duda ha quedado eclipsado por su calidad pictórica. “Se puede escribir una pintura con palabras igual que se pueden pintar las sensaciones en un poema” y “si fuera chino no sería pintor sino escritor; escribiría mis pinturas”, declaró en su madurez. Incluso llegó a decir a su amigo Roberto Otero: “en el fondo soy un poeta descarriado”.
En 1935, Picasso, coincidiendo con una crisis en su vida personal, la ruptura con Olga Khokhlova, su mujer desde 1918, reorientó su trabajo y comenzó a escribir poemas. Andre Bretón publica al año siguiente en Cahiers d’art sus primeros textos y lo consagra como un poeta completo que escribe, como pinta, “de su realidad inmediata”. Los textos de Picasso son dilatados, sin puntuación, en los que desgrana, de forma convulsiva y caótica, temas como el amor, la tauromaquia, el tiempo y la comida. Son poemas en los que encadena palabras de forma automática; poemas río o en bucle o más clásicos, con rima y estrofas en los que realiza tachones y reescribe una y otra vez, llenando papeles de la misma manera que pinta. El Museo Picasso de Barcelona explora, en la exposición Picasso Poeta (que estará abierta hasta marzo y que ya han visto más de 127.000 personas), esta vertiente creadora más allá de pinceles, espátulas y buriles.
Y como ocurre en la mayoría de la exposición en las que se dan a conocer obras inéditas, en esta se han incorporado una serie de textos hasta ahora desconocidos como el que escribió en 1942. Se trata de 15 poemas de una treintena escritos entre 1936 y 1942 pasados a máquina y con correcciones. “Al morir Dora Maar, sus herederos franceses me contactaron. Me invitaron a su casa y allí me enseñaron la documentación que tenían y me regalaron uno de sus pasaportes, tres piezas de su vestuario: un abrigo, un sombrero y un corpiño, y una carpeta de cartón con la inscripción ‘Picasso?’, que Dora debió de guardar en su casa”, explica Victoria Combalía, la experta y crítica de arte que los ha dado a conocer. Lo sabe porque ella, después de hablar con Dora Maar en varias ocasiones e investigar a fondo su vida, escribió una de las biografías más reconocidas sobre esta amante y musa de Picasso que compartió la vida y la creación con el pintor. Dora Maar no solo fotografió en 1937 el proceso de creación del Guernica, también encontró un estudio en la rue des Grandes Augustins para que pudiera pintar esta enorme obra.
Marie-Laure Bernadac es la experta en la producción escrita del pintor, después de publicar en 1989 Picasso écrits. Para ella, los poemas y textos de Picasso permiten comprender su pintura. “Entendía la escritura como el complemento indisociable a la pintura, de tal forma que cuando pinta quiere nombrar las cosas y cuando escribe las visualiza”, explica.
“Les llevé los poemas a Bernadac a París y ella aseguró que los poemas escritos en octubre de 1936, julio de 1937 y febrero de 1941 ya se habían publicado con variantes; pero el resto, los de diciembre de 1941 y marzo de 1942, eran totalmente inéditos y los situaba, por su contenido y estilo, justo después de los poemas de 1941, publicados en su trabajo. También, que estos textos provienen probablemente de un Carnet 1941-1944 que no se ha localizado de 125 páginas escritos con tinta china y que menciona Christian Zervos en Textes de Picasso, de 1948”.
Bernadac le pidió, asegura Combalía, incluir los inéditos en Abecedario. Picasso poeta, el catálogo publicado para la exposición que comisaría para el Museo Picasso. “La particularidad y la gracia de estos poemas es que están pasados a limpio por su secretario Jaime Sabartés, pero están corregidos por Dora Maar que, de alguna manera, también le hacía de secretaria. Queda demostradísimo que se los miraba con lupa”, aclara Combalía, que añade: “Cuando la exposición viaje al Museo Picasso de París, donde será más grande, tal vez se expongan allí por primera vez”.
Combalia recuerda, y así lo ha escrito en la entrada del Abecedario dedicada a Maar, los poemas y escritos que le dedica el pintor a su amante, como la escena en la que la sedujo jugando con una navaja que clavaba entre sus dedos, “que recuerda la frase ‘gran retrato de mujer plantada como un cuchillo en medio de la mesa, que escribe en 1939”. Y aporta un hallazgo: el 11 de abril de 1936 Picasso escribe “anda y que la mate el armadillo si quiere mancharse las manos con toda esa miel y almíbar”. ¿Le había enseñado su famosa fotografía Portrait d’Ubu que en la que se ve un feto de armadillo?, se pregunta. “Yo creo que si Maar la había expuesto en mayo de ese año en la galería Charles Ratton de París, la fotografía podía haber estado hecha y sido vista por Picasso poco antes. Ellos se conocían desde enero, o sea, que era muy probable que él hubiera visto el armadillo. Y si lo vio, el monstruo no pudo pasar desapercibido en la retina de Picasso, tan voraz y a la vez en aquellos momentos tan admirativo de su amada”, concluye.
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