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La fundación responsable de ‘Pocahontas’ sospechaba del adiestrador

La perra de ayuda fue devuelta "sucia y muy delgada", y tendrá que pasar por un periodo de prueba antes de su entrega a la niña con discapacidad

José Manuel Abad Liñán
Fotografía de 'Pocahontas' de cachorra facilitada por su adiestrador antes de ser detenido.
Fotografía de 'Pocahontas' de cachorra facilitada por su adiestrador antes de ser detenido. EL PAÍS

La fundación responsable de Pocahontas sospechaba del adiestrador por las incoherencias de su relato. El pasado día 20 de enero Alfonso García Cabrera denunció en Aranjuez el robo del animal, una perra de la raza labrador retriever que había sido adiestrada para ayudar a una niña con discapacidad. En su relato a numerosos medios de comunicación dijo que cuatro individuos armados con una pistola le robaron la cartera y se llevaron a la perra. El lunes pasado la Policía encontró al animal en su domicilio y lo detuvo por simulación de delito.  

Según relata por teléfono el director de la Fundación Bocalán del Perro de Ayuda Social, Teo Mariscal, la ubicación que el adiestrador les daba del lugar del robo extrañó a los responsables de la fundación. "Primero nos contó que la habían robado en una zona cercana al centro comercial LeClerc y cuando le dijimos que ahí había cámaras, cambió la versión y dijo que había sido a dos calles de allí".

El recorrido que siguió el joven tras los hechos que narraba también suscitó las sospechas en Bocalán. "Empezamos a echar cuentas de los tiempos que Alfonso tardó desde la zona donde supuestamente le robaron a la perra hasta su trabajo [habitual], y de ahí a la fundación, que está entre Aranjuez y Ocaña, y no nos cuadraban. Tardaba 10 minutos menos en llegar de un sitio a otro de lo que indicaba Google. Nos resultó rarísimo", asegura el directivo.

También recelaron de que el joven no llevara su teléfono móvil consigo en el momento de los hechos. "Lleva el móvil encima todo el rato", apunta. Comprobaron también, detalla Mariscal, que no estaba en los lugares desde donde les decía que les había llamado. Con todo, en un primer momento atribuyeron estas cuestiones a los "nervios" que sufría el adiestrador tras lo sucedido. "Alfonso se formó con nosotros hace unos años y lo acogió casi paternalmente el marido de una trabajadora de la fundación, que ha colaborado con la policía ahora".

El hombre prestaba servicios externos como adiestrador en el último periodo del adiestramiento de Pocahontas, de algo más de tres semanas, antes de entregarlo a la familia de la adolescente a la que iba a asistir. El pasado día 22, dos días después de la denuncia del robo, la familia tenía previsto desplazarse a Madrid desde su lugar de residencia en Estepona (Málaga), para recoger al can y convivir con él durante cinco días antes de llevárselo a su casa.

El trabajo del adiestrador detenido consistía en comprobar ya "en una situación real", en su propia vivienda, cómo se desempeñaba la perra de ayuda, que había sido adiestrada durante ocho meses para encender y apagar luces, abrir cajones o coger objetos. "Cuando terminan su entrenamiento pasan a un segundo adiestrador extra, que no tiene que ver con la fundación, y que es quien va a comprobar los posibles fallos" en las destrezas de los animales, especifica el experto. La fundación que dirige entrena en estos momentos a una decena de animales para el mismo cometido que Pocahontas.

"Alfonso se ofreció a llevársela a su casa", señala Mariscal, que asegura que el joven es "un buen adiestrador". Se había formado como educador canino en Bocalán hacía unos años y, aunque había colaborado como voluntario en algunas sesiones terapéuticas con perros, no había trabajado para Bocalán hasta ahora. Sus servicios, por un importe de entre 300 a 400 euros, se iban a facturar como una colaboración externa. 

El animal está ahora bajo los cuidados de una trabajadora de la fundación. Pocahontas apareció "sucia y muy delgada", describe Mariscal. "Tenía algún miedo que no tenía antes, como a subir a un coche, y nos lo advirtió la policía". También muestra recelo a las escaleras. 

Pocahontas deberá pasar ahora un periodo que denominan de "reciclaje", que consiste en estar en una casa en la que identificarán si ejercita bien sus destrezas. "Es un proceso que puede ser más o menos largo, en función de que sufra una fobia o no", ilustra el experto, que prevé un tiempo aproximado de un mes. "El animal no tiene consciencia, pero ha vivido un susto".

El adiestrador, que ofreció su versión de los hechos a EL PAÍS tras prestar la denuncia y distribuyó fotografías para facilitar la búsqueda del animal, no ha respondido a las llamadas de este diario tras ser detenido por simulación de delito y luego puesto en libertad. En una entrevista en el programa Espejo Público, de Antena 3, ha señalado que el caso se ha debido a "un malentendido" y ha negado que tuviera a la perra escondida en su casa durante toda la semana en que estuvo desaparecida. También ha negado tener interés económico en quedarse con la perra.

El coste de un animal de ayuda a discapacitados, su alimentación, cuidados veterinarios y el adiestramiento rondan los 12.000 euros, que aportan entidades colaboradoras y, en una menor proporción, la propia fundación Bocalán. Ese importe, sin embargo, no significa que un perro entrenado sustraído pueda ser vendido por una gran cantidad en el mercado. "No hay interés económico en robar a una perra adiestrada", enfatiza Mariscal. "Estos perros tienen valor en función de la persona a la que prestan servicio y necesitan unos certificados para desplazarse en lugares públicos". En el caso de los perros guías, por ejemplo, necesitan un chaleco y un certificado visados por la ONCE, ilustra el director de Bocalán, que no descarta iniciar acciones legales contra el adiestrador.

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Sobre la firma

José Manuel Abad Liñán
Es redactor de la sección de España de EL PAÍS. Antes formó parte del Equipo de Datos y de la sección de Ciencia y Tecnología. Estudió periodismo en las universidades de Sevilla y Roskilde (Dinamarca), periodismo científico en el CSIC y humanidades en la Universidad Lumière Lyon-2 (Francia).

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