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Monasterio defiende en el Colegio de Arquitectos que todos sus proyectos eran legales

La líder de Vox asegura que las informaciones publicadas sobre su trabajo como arquitecta se han utilizado "de forma torticera"

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, este viernes, en el encuentro Informativo 'España - Reino Unido: un reto global de futuro' organizado por Europa Press.
La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, este viernes, en el encuentro Informativo 'España - Reino Unido: un reto global de futuro' organizado por Europa Press.Eduardo Parra (EUROPA PRESS)

Rocío Monasterio ha presentado este viernes sus alegaciones a la denuncia por presunta falsedad documental que interpuso el concejal de Más Madrid José Manuel Calvo contra ella en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). La líder de Vox ha defendido en el escrito la legalidad de los proyectos en los que trabajó y ha asegurado que las informaciones publicadas sobre su trabajo como arquitecto se han utilizado "de forma torticera".

"Rocío Monasterio quiere constatar que jamás ha firmado como arquitecto colegiado, antes de serlo, ningún proyecto que exigiera tal condición. Quien suscribía dichas actuaciones manipuladas por el citado medio de comunicación [en referencia a EL PAÍS] era la sociedad 'Rocío Monasterio y Asociados S. L.' (RMA), una entidad que contrataba al personal técnico correspondiente para responsabilizarse en todas aquellas intervenciones para las que era necesario estar habilitado", se explica en la nota de prensa.

A raíz de las informaciones que ha publicado este periódico durante los últimos dos meses, tanto el Ayuntamiento de Madrid como el Colegio de Aparejadores han constatado irregularidades en la documentación que presentaba Monasterio en sus obras, cuando todavía no era arquitecta. La propia Monasterio, un día después de que saliera a la luz de que trabajó durante años sin ser licenciada, dijo no saber con exactitud cuándo había acabado la carrera de arquitectura. 

El Ayuntamiento de Madrid confirmó la semana pasada que sus técnicos observaron en 2016 que el proyecto de Rocío Monasterio para un loft en un local de la calle Rodas 7, en manos de la Fiscalía tras una denuncia presentada por Más Madrid, era irregular y el sello de visado del Colegio de Aparejadores no era el correcto. La conclusión municipal es que toda la obra fue ilegal y que ideó un modus operandi para burlar la ley. El Ayuntamiento aún investiga los otros 11 casos y este periódico espera desde hace casi cuatro meses que le informe sobre ellos (en el de su actual vivienda ha confirmado la ocupación ilegal y la actividad ilegal y les ha dado un año para regularizarlo). 

El comunicado de Vox continúa así: "EL PAÍS no hace sino repetir una mentira deliberadamente para continuar con su ataque hacia la portavoz de VOX en la Asamblea de Madrid. En algunos ejemplos, superpone dos documentos distintos para tergiversar la legalidad de los mismos y confunde certificaciones visadas con presupuestos de obras firmados por Rocío Monasterio. En otros, manipula mezclando planos de una obra con carátulas de otra; y también oculta, mediante el difuminado de los datos, los visados de otros técnicos contratados por la sociedad Rocío Monasterio y Asociados S. L". 

Sin embargo, los hechos lo desmienten. Monasterio presentó su proyecto de fin de carrera (PFC), para obtener la titulación de Arquitectura, en octubre de 2009. Dos meses después, el 21 de diciembre de 2009, se inscribió en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). No obstante, para entonces ya llevaba nueve años al frente de un estudio con su propio nombre, Rocío Monasterio y Asociados, que había realizado varios proyectos en Madrid. En uno de ellos, la construcción de tres lofts en la calle Villafranca, 6, este periódico ha tenido acceso a los planos de septiembre de 2003, donde aparece con claridad: "Arquitecto: Rocío Monasterio", cuando todavía no lo era.

Además, la política utilizó un falso visado del Colegio de Aparejadores en los planos de la obra de un loft de 2005, según advirtió públicamente esta entidad en noviembre, pero el expediente municipal del caso revela ahora que siguió usando ese sello en más trámites hasta 2016. En ese caso, a día de hoy, no habría prescrito un hipotético delito de falsificación en documento público, que caduca a los cinco años. 

Monasterio tramitó planos con el visado falseado en una petición de licencia que presentó en el Ayuntamiento el 20 de julio de 2016. Fue registrado a las 9.35, según consta en la solicitud. Ella misma, que entonces ya estaba en Vox, estampa su firma de puño y letra al final del documento. En el primer estudio de 2005 aparece el sello auténtico en siete planos y varias páginas más. El manipulado, un corta y pega del original, se repite en los planos presentados en los trámites posteriores de 2011 y 2016. En 2011 aparecen 42 nuevos planos, de los que 19 tienen la copia del sello 0511764. Y Monasterio volvió a entregar otra vez esos 42 planos en los nuevos trámites hace tres años.

En el comunicado de este viernes, Monasterio destaca que ninguno de sus trabajadores cometió ninguna ilegalidad en sus proyectos, pese a que hace una semana desveló el nombre de la aparejadora, una antigua compañera de carrera, como la persona que firmó los visados auténticos. Monasterio desviaba la atención hacia otra persona. Al revelar su nombre, el Colegio de Aparejadores advirtió de que defendería a su colegiada de los ataques contra ella de forma legal si fuera necesario. El Colegio insistió en que los visados que presentó Monasterio eran falsos, sin ningún género de duda. 

De lo que se acusa a Monasterio en el COAM y ante la Fiscalía es de manipular esos visados que la aparejadora hizo correctamente. La profesional asegura que ese copia y pega se hizo después sin su consentimiento, sin que ella lo supera. De hecho, esa obra fue la única en la que colaboró con su antigua compañera. Monasterio necesitaba de gente como ella para visar los proyectos porque ella no podía hacerlo al no haber terminado la carrera. Cuando Monasterio se refiere a que este periódico ha difuminado los datos de visados de otros técnicos contratados por ella, se refiere a esta aparejadora. Este periódico preservó su identidad antes de que la política pronunciara su nombre por primera vez en público. 

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