Uno de los militares condenados por el asesinato de Víctor Jara se suicida antes de ser detenido
Hernán Chacón Soto, de 86 años, brigadier de Ejército de Chile en retiro, había sido condenado a 15 años de cárcel por homicidio calificado y 10 años por secuestro calificado del cantautor. La policía encontró muerto en su casa cuando fue a arrestarlo
Uno de los siete exmilitares condenados por el asesinato del cantautor Víctor Jara, el brigadier de Ejército en retiro Hernán Chacón Soto, de 86 años, se ha quitado la vida esta mañana, según confirman a este periódico desde el Ministerio del Interior. El deceso fue descubierto por la Policía de Investigaciones (PDI), según ha informado Radio ADN, que llegó hasta su vivienda para que cumpliera la pena informada ayer por la Corte Suprema: 15 años de cárcel por homicidio calificado y 10 años por secuestro calificado en calidad de autor por el crimen del artista y de Littré Quiroga, encargado de Prisiones en el Gobierno de Salvador Allende, cometido tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
De acuerdo a información policial citada en los medios locales, la PDI llegó al domicilio de Chacón para notificarlo –en el municipio de Las Condes, en la zona oriente de la capital–, cuando habría pedido autorización para ir a su dormitorio a buscar unos remedios. En ese instante se habría disparado.
Nacido en Santiago, Chacón era brigadier de Ejército en retiro. De acuerdo al relato de su defensa, en su grado de mayor del Ejército cumplió solo con la función de custodiar el perímetro externo del Estadio Chile, funciones que, para el tribunal, no se condicen con su alto grado, ni con los diversos elementos de convicción reunidos.
Según el fallo de la Corte de Apelaciones de 2021 y ratificado este lunes por la Corte Suprema, tenía conocimientos tácticos y de inteligencia, “condiciones que le permitieron intervenir directamente en el desarrollo de los interrogatorios” que realizaban en los camarines del estadio Chile, donde Jara y Littre estuvieron apresados, “así como en el proceso previo de clasificación de los detenidos”, decidiendo quiénes eran separados para ser llevados a interrogatorios y, finalmente, “el destino último de éstos, siendo de toda evidencia que al interior del Estadio Chile existía un orden impuesto por la estructura rígida del mando existente”.
Agrega la investigación que “varios testimonios corroboraron que éste participó en las labores de selección, reportando las mismas a sus superiores, por lo que resultaron no creíbles ni verosímiles sus dichos en cuanto sostuvo sólo haber custodiado el perímetro externo del recinto, funciones que no se condicen con su alto grado, ni con los diversos elementos de convicción reunidos”. Y, se señala además, “portaba a la época una pistola STYER calibre 9 milímetros, armamento plenamente coincidente con la descripción técnica de las lesiones que, según los antecedentes forenses, causaron la muerte de Jara Martínez y Littré Quiroga”.
Los siete exmilitares condenados por el asesinato de Jara y de Quiroga alcanzaron altos rangos en el Ejército, de brigadieres y coroneles. Tienen entre 73 y 86 años y todos estaban en libertad, por lo que tendrían que cumplir la pena en prisión efectiva.
El 17 enero de 2005, el coronel en retiro del Ejército, Germán Barriga, quien fue parte de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la primera policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), se suicidó cuando estaba procesado por el Caso Conferencia, referido a los secuestros de exmilitantes del Partido Comunista que pertenecían, en 1973, a esa colectividad cuando Pinochet perpetró el golpe de Estado, a la cúpula de esa colectividad. Entonces dejó tres cartas: a su esposa, a sus amigos y otra a la opinión pública.
El 28 de septiembre de 2013, el general en retiro y exdirector de la Central Nacional de Informaciones (CNI), organismo de reemplazó a la DINA, Odlanier Mena, de 87 años, se suicidó en su casa en Las Condes, durante un fin de semana en que tenía un beneficio, pues estaba en prisión. Mena se quitó la vida cuando se enteró que sería trasladado desde el penal Cordillera, donde había decenas de exmilitares, hasta el recinto Punta Peuco, una cárcel especial para presos por causas de violaciones a los derechos humanos que fueron parte de las Fuerzas Armadas.
En 2015, en tanto, el general en retiro del Ejército, Hernán Ramírez Rurange, se suicidó a los 76 años poco antes de que entrar a cumplir condena en Punta Peuco por el homicidio del exquímico de la DINA, Eugenio Berríos, asesinado en Montevideo en 1995, en plena democracia chilena. Berríos trabajó para los organismos de seguridad de Pinochet desarrollando gas sarín para ser aplicado en contra de opositores al régimen.
Ramírez Rurange, quien había sido edecán de Pinochet en la década de los años 80, fue jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE). La justicia había establecido que ese organismo fue tras Berríos, pues desconfiaban de él, y había sido citado a declarar, en 1991, por el crimen en Washington, en 1976, del excanciller del derrocado presidente socialista Salvador Allende, Orlando Letelier, a quien la DINA puso una bomba en su automóvil.
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