El legado de Santiago 2023

Esta semana comenzaron los XIX Juegos Panamericanos Santiago 2023 y los VII Juegos Parapanamericanos. Es un orgullo para Chile ser la sede, por primera vez, de estos Juegos que son la fiesta deportiva más grande que como país nos ha tocado organizar en nuestra historia.

El legado que dejará Santiago 2023 será importante y beneficiará a toda la sociedad. Como presidenta siempre creí en las enormes virtudes de la práctica deportiva para la salud; para la formación de valores de superación, para el compañerismo, y también como un elemento constitutivo de la ciudadanía. Por eso en 2017, durante mi segundo Gobierno, decidimos postular para ser el país anfitrión de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, pensando en posicionar a nuestro país como sede de eventos internacionales con todo lo que ello conlleva; incentivar la práctica deportiva y dejar infraestructura que pueda ser usada por las familias chilenas. Ese mismo año fuimos elegidos de forma unánime como sede para 2023.

Este trabajo comenzó hace más de seis años, ha pasado por tres gobiernos, por lo que ha sido una política de Estado, y hoy le corresponde al presidente Gabriel Boric, junto a sus ministros y ministras, encabezarlo.

Es una tarea importante. Más de 9 mil atletas competirán en 39 deportes Panamericanos y 17 Parapanamericanos, en 22 comunas de las regiones Metropolitana, Valparaíso, O’Higgins y Biobío. Con esto, nuestro país concretará el sueño de ser anfitrión de un megaevento multideportivo de esta envergadura, con los más altos estándares internacionales y con los 41 estados de América, por lo que será también una fiesta de la diversidad y del encuentro entre culturas. Tal como ocurrió con el Mundial del 62, haremos historia y los ojos del mundo estarán puestos en Chile durante estos días.

Sin duda como país queremos que el deporte siga creciendo en nuestra tierra, que haya acceso para todos y todas, llenándonos de alegría y celebraciones; y ojalá incentivando a muchas otras y otros a sumarse a la actividad física y a ese espíritu de superación. Después de años que han sido difíciles, el deporte nos ofrece la posibilidad de acercarnos y compartir; y en estos Juegos podremos animar a nuestros 664 deportistas con orgullo, viendo cómo se entregan por completo en sus disciplinas, por nuestra bandera y nuestro espíritu deportivo.

El deporte masivo nos permite, entre tantas cosas, apropiarnos y aprovechar el espacio público. Para esta instancia deportiva, se espera que asistan más de un millón de personas y que lleguen cerca de 100 mil visitantes a nuestro país. Esta es una gran oportunidad para incentivar nuestra economía, activando el sector turístico, hotelero y gastronómico. También será un aporte para nuestra imagen país.

En el actual contexto de crisis del cambio climático, la sostenibilidad debía estar presente: Santiago 2023 será el primer evento deportivo de esta magnitud en lograr la carbono neutralidad en Chile y el 80% de los residuos plásticos que se generen será reciclado.

El deporte no es solo una expresión de nuestra vitalidad y pasión, sino un puente que une comunidades, generaciones y culturas. Al correr en la misma pista, jugar en el mismo equipo o alentar a un grupo común, recordamos que pertenecemos a una comunidad, que tenemos valores comunes y que compartimos objetivos.

Hace ya varios años nos trazamos el objetivo como país de organizar y desarrollar estos Juegos, y ya lo estamos cumpliendo, tras el trabajo de tres gobiernos. El legado que nos dejará Santiago 2023 debe ser motivo de orgullo para los chilenos y chilenas. En cada juego disputado, en cada meta alcanzada, vemos los principios de la democracia en acción: el esfuerzo colectivo, la justicia, el respeto y, por sobre todo, la unidad. A través del deporte, celebramos nuestra diversidad y fortalecemos la cohesión social, construyendo un Chile más fuerte, unido y resiliente para todos y todas.