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Los primeros agricultores europeos practicaban un asesinato ritual que hoy usa la mafia

Las primeras muestras del ‘incaprettamento’ aparecen en pinturas rupestres del sur de Italia realizadas miles de años antes

First European farmers
A la izquierda, los cuerpos de las tres mujeres como fueron encontrados. A la derecha, dibujo de cómo era el silo, con el detalle de las dos sacrificadas aprisionadas por piedras de molienda.Ludes et al.
Miguel Ángel Criado

Debían seguir vivas cuando a las dos mujeres las colocaron en el silo, aprisionadas entre piedras de molienda. Puestas boca abajo, con las piernas dobladas hacia atrás, una cuerda con nudo corredizo iba desde el cuello hasta los tobillos, Se asfixiaron a sí mismas. Al cansarse, extenderían sus piernas y así estrangularse. Es la conclusión a la que han llegado un grupo de científicos, incluidos forenses del Instituto de Medicina Legal de París, al estudiar un particular enterramiento en el valle del Ródano, en el sureste de Francia, de hace entre 6.000 y 5.500 años, en pleno Neolítico europeo. Al revisar otros yacimientos del periodo, han comprobado que esta práctica era habitual entre las primeras comunidades agrícolas europeas, hallando sacrificios similares tanto en el este del continente como en el norte de España. Esta tortura se conoce con una palabra italiana, incaprettamento. Es una de las formas más retorcidas que tiene la mafia de matar aún hoy.

La primera referencia al incaprettamento son unos dibujos rupestres (ver más abajo) en la cueva de Addaura, cerca de Palermo, en Sicilia, paradójicamente, lugar de origen de una de las mafias italianas, la Cosa Nostra. Rodeadas por otras personas de pie, probablemente durante una danza ritual, se observa a dos en el suelo, con ataduras desde los pies al cuello. Pertenecen al Mesolítico europeo, sin una datación exacta, pero realizadas milenios antes y a miles de kilómetros de la asfixia de las dos mujeres del valle del Ródano.

En el yacimiento francés, en Saint-Paul-Trois-Châteaux, las dos mujeres sacrificadas estaban en el interior de una especie de silo en torno a una tercera que ocupaba una posición central, muerta con unos 50 años de edad. Las tres fueron halladas en una oquedad en el terreno. No era un cementerio, no había más cuerpos enterrados. Pero tampoco era realmente un silo, no han encontrado restos de grano, aunque sí piedras de molienda rotas a propósito, quizá como parte de una ofrenda. Sobre el enterramiento había una estructura de madera que recuerda a los dólmenes que, por el mismo tiempo se levantaban en otras partes del continente. El recinto tenía sus dos extremos abiertos con una orientación muy específica, coincidiendo uno con el inicio del solsticio de verano y el otro con la puesta del Sol durante el solsticio de invierno.

Detalle de las pinturas de la cueva de Addaura. En el centro se observan dos personas sufriendo el 'incaprettamento'. Esta autoasfixia aparece miles de años después en comunidades de agricultores de toda Europa.
Detalle de las pinturas de la cueva de Addaura. En el centro se observan dos personas sufriendo el 'incaprettamento'. Esta autoasfixia aparece miles de años después en comunidades de agricultores de toda Europa.Museo Regionale Archeologico, Palermo

Para Eric Crubézy, de la Universidad Toulouse III-Paul Sabatier (Francia) y autor sénior de su descubrimiento, todo apunta a que fueron sacrificadas de forma ritual. “Están en un silo, en un monumento orientado hacia la salida del sol en el solsticio, hay fragmentos rotos de molinos de grano, todo esto sugiere sacrificios relacionados con la agricultura, el deseo de buenas cosechas o su preservación”. Para lo que no tiene respuesta en sobre la distribución de las tres mujeres y la conexión entre ambas. Ahora están haciendo estudios isotópicos y genéticos para saberlo.

Intrigados por estos casos de incaprettamento, los investigadores revisaron la bibliografía sobre otros yacimientos del Neolítico europeo, periodo al que corresponde el enterramiento de Saint-Paul-Trois-Châteaux. Y encontraron unos cuantos más. En 14 lugares repartidos por toda Europa, contaron hasta 20 casos de muerte por esta asfixia ritual. Aunque hay mujeres y niños, la mayoría de los sacrificados son hombres adultos. Los más antiguos, de hace unos 7.400 años, se produjeron en el valle del Danubio y el sur de la actual Alemania. Los más recientes, además del caso francés, se encontraron en la costa catalana, como el del yacimiento de Bòbila Madurell, en Sant Quirze del Vallès (Barcelona). Uno de los detalles que más han intrigado a los investigadores es que los distintos sacrificios fueron realizados en distintas culturas y hay 2.000 años de distancia cronológica entre los más viejos y los más nuevos.

Pero todos tienen dos cosas en común: están relacionados con asentamientos fluviales (o costeros) y se produjeron dentro de comunidades de agricultores neolíticos. Para los autores del trabajo, publicado en Science Advances, estos sitios funcionaron como lugares de reunión donde se veneraba la seguridad alimentaria y el ciclo agrícola, particularmente a través de la práctica de sacrificios humanos. Esa función podría explicar su pervivencia durante más de 2.000 años y una distribución geográfica tan extendida.

El profesor del Collège de France y arqueólogo Jean Guilaine, también coautor, tiene una posible explicación que conecta estas asfixias rituales con las dibujadas en la cueva de Addaura hasta unos 6.000 años antes: “Esto demuestra que estos sacrificios perduraron en Europa durante milenios, pasando de los cazadores-recolectores a los agricultores, porque la conexión entre la representación en la cueva siciliana y los agricultores seguramente no es una coincidencia”. Los casos de estas dos mujeres son los últimos que han encontrado en el registro prehistórico. Están convencidos de que debió de haber muchos más sacrificios que no se han conservado. Sin embargo, en los siglos siguientes a estas asfixias rituales, las prácticas funerarias neolíticas empezaron a cambiar, cediendo el paso a las construcciones megalíticas. El incaprettamento no reaparece hasta que empiezan a usarlo los mafiosos para señalar a los traidores.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Criado
Es cofundador de Materia y escribe de tecnología, inteligencia artificial, cambio climático, antropología… desde 2014. Antes pasó por Público, Cuarto Poder y El Mundo. Es licenciado en CC. Políticas y Sociología.
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