_
_
_
_

El eclipse parcial del 29 de marzo inicia una era astronómica inédita en la historia de España

Los expertos recomiendan ensayar las medidas de protección de cara al trío de eclipses de máxima categoría que cruzarán la Península en 2026, 2027 y 2028


Casi 20 años después, los eclipses de sol vuelven a levantar una gran expectación en España. El 29 de marzo dará comienzo un período de 1.033 días, inédito en la historia moderna, en el que además barrerán la península Ibérica dos eclipses totales (en agosto de 2026 y de 2027) y uno anular (en enero de 2028). Antes de esos platos fuertes, el aperitivo llega el último sábado de este mes de marzo, en forma de un eclipse parcial visible en toda España. El momento culminante llegará al filo del mediodía. En su máximo, el fenómeno astronómico será fácilmente visible desde cualquier terraza en la que a esa hora dé directamente el Sol, que estará cerca de su punto más alto en el cielo.

Un sábado al comienzo de la primavera, a la hora a la que también arranca el terraceo, son las condiciones idóneas —si las nubes lo permiten— para convertir en masivo este eclipse parcial. Por ello, los expertos recomiendan a la población que disfrute de la ocasión, pero tomando medidas de precaución para evitar daños en los ojos, que pueden llegar a ser permanentes en el caso de quemaduras en la retina. “Ningún método casero de protección es seguro para mirar directamente al sol”, advierte David Galadí, coordinador de la Comisión Nacional del Eclipse, quien incide en los riesgos de usar radiografías, negativos fotográficos, vidrios ahumados o gafas de sol. Estos y otros remedios tradicionales solo oscurecen la visión: pueden hacer que mirar al astro rey sea soportable, mientras que no detienen las radiaciones dañinas. Lejos de proteger, aumentan el peligro.

Joaquín Álvaro, presidente de la Federación Asociaciones Astronómicas de España (FAAE), va más allá. Tampoco puede recomendarse ningún filtro profesional como los que se utilizan para hacer soldaduras: no porque ninguno sirva, sino porque para el usuario es difícil saber qué radiación filtran y cuál dejan pasar. “Si alguien quiere utilizar filtros de soldador, le recomendaría que los llevara previamente a un laboratorio de medición para comprobarlo. Las gafas van a ser mucho más baratas, mucho más sencillas y debe haber suficientes para todo el mundo”. En un eclipse, esa es la recomendación más directa, sencilla y para todos los públicos. “Lo único que hay que hacer es anticiparse, comprarlas con suficiente antelación”, explica Álvaro, quien además advierte de que, aun con gafas de eclipse homologadas, “no se debe mirar al Sol con ellas más de dos o tres minutos”.

A diferencia de un eclipse total, que se puede mirar directamente sin gafas en el momento de la máxima ocultación, en uno parcial la protección es necesaria en todo momento. Y el de este 29 de marzo podrá verse en toda España durante casi dos horas, alcanzando su máximo alrededor de las 11.40 hora peninsular. En las islas Canarias, situadas en otra latitud, será minutos después de las 10 de la mañana. En el momento culminante, aproximadamente un tercio del disco del Sol quedará ocultado por la sombra de la Luna. La magnitud máxima del eclipse variará poco a poco a lo largo del territorio español, desde el 43% de A Coruña hasta el 20% de Palma de Mallorca, a medida que nos alejamos de la zona de mayor intensidad del eclipse, que llegará a ser del 94% sobre Quebec (Canadá). En Irlanda y Reino Unido la ocultación llegará al 50%, mientras que en Francia, Alemania y el resto de esa franja central de Europa también rondará el 30%.

La imagen de un tercio del Sol mordido por la Luna casi a mediodía será muy parecida a la del eclipse total de 2006, que en España solo se vio como parcial y que también sucedió un 29 de marzo. “Y no es casualidad”, señala Alejandro Sánchez, investigador del departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid. Siempre que hay un eclipse solar, sucede otro justo 19 años antes o después.

Según explica Sánchez, la coincidencia tiene que ver con que cada 19 años casi exactos —235 meses lunares, 6939,69 días—, la Luna vuelve a coincidir en la misma fase el mismo día del año. Es el llamado ciclo metónico, que ya conocían en Babilonia hace más de 2.500 años. Como la recurrencia no es perfecta, a veces se desplaza un día: ha habido eclipse solar el 28 de marzo de 1968, el 29 de marzo de 1987 y el de 2006. En una serie metónica como esta, cada eclipse es diferente. Por eso, aunque no sea casualidad la repetición de fechas, lo que sí es una carambola astronómica es que dos eclipses consecutivos (2006 y 2025) en la misma fecha produzcan un resultado tan parecido y en la misma región de la Tierra.

Carambolas astronómicas encadenadas

Faltan menos de tres semanas para que la Luna nueva vuelva a ponerse delante del Sol; esta vez casi en línea, no del todo: por eso el eclipse solar de este 29 de marzo es solo parcial. Y antes de este aperitivo de la histórica temporada de eclipses que vivirá España entre 2026 y 2028, tendremos también otro para abrir boca: el viernes 14 de marzo habrá un eclipse total de luna. “Tampoco es casualidad”, vuelve a apuntar Sánchez. Los eclipses solares y lunares van siempre asociados: cada vez que hay uno de Sol, sucede uno de Luna justo 15 días antes o después. De nuevo, lo que sí es una cierta carambola es que los dos eclipses seguidos de una pareja lunar-solar puedan verse desde la misma zona: eso no siempre coincide.

En España, el eclipse lunar del 14 de marzo podrá verse como total en Canarias, oeste y centro de la Península, mientras que en el este será parcial. El fenómeno provocará que la Luna llena se tiña de rojo cuando está a punto de ponerse tras el horizonte justo después del amanecer, cuando que el Sol ya ha empezado a salir en el extremo contrario del cielo.

Esta doble carambola astronómica sobre España hace más llamativo el primer tren de eclipses de 2025, que según David Galadí “seguramente habría pasado desapercibido, de no ser por estar tan cerca de los eclipses totales de 2026 y 2027 y del anular de 2028″. Como coordinador de la Comisión Nacional del Eclipse, este astrónomo espera que el eclipse solar parcial de este 29 de marzo “sirva de preparativo para lo que viene, aunque no puede servir de ensayo general: la sensación de ver un eclipse total no tiene nada que ver con la de un parcial, aunque fuese uno de gran magnitud, que no es el caso”.

Además, indica Galadí, el siguiente eclipse —el total del 12 de agosto de 2026— será mucho más difícil de observar. La expectación se concentrará en una franja diagonal que va desde Galicia y Asturias hasta el levante español. Fuera de esa banda de totalidad, solo se verá como parcial. Y en todo el país, sucederá tan cerca de la puesta de sol que eso complicará ver el máximo del eclipse desde lugares que no tengan un horizonte limpio de obstáculos, en dirección al oeste.

Cómo conseguir gafas para eclipses

Este 29 de marzo, con el Sol muy alto y subiendo, casi cualquier lugar de España será igual de bueno para ver el fenómeno, según todos los expertos consultados. Así que su principal recomendación se centra en conseguir gafas de eclipse homologadas, que sigan el estándar de protección ISO 12312-2, publicado en 2015. “Aún es buen momento para comprarlas: más cerca del día de un eclipse, suelen agotarse o algunos proveedores suben sus precios ante la fuerte demanda. Ahora pueden comprarse en tiendas especializadas de todo el país, y las hay que venden online. Los precios por unidades sueltas están entre los 4 y los 7 euros, y se pueden conseguir más baratas comprando lotes”, explica Alejandro Sánchez.

Varias personas miran un eclipse junto al Planetario de Madrid, que reparte gafas especiales en esas observaciones públicas.
Varias personas miran un eclipse junto al Planetario de Madrid, que reparte gafas especiales en esas observaciones públicas.Julian Rojas

Este investigador recuerda que unas gafas correctamente etiquetadas llevan la advertencia de que deben desecharse después de tres años. Por ello, señala que unas gafas nuevas adquiridas ahora van a servir también para los eclipses de 2026, 2027 y 2028. En su laboratorio de la Universidad Complutense de Madrid, el equipo de Sánchez ha analizado recientemente una colección de gafas de eclipses y ha comprobado que han perdido capacidad de protección algunas de las de hace dos décadas —cuando los eclipses solares también causaron furor en España, especialmente con el anular de 2005—. “No es recomendable utilizar gafas de eclipses antiguas, que además de ser anteriores al estándar de 2015 pueden haberse degradado. Para garantizar su seguridad, habría que llevarlas a analizar”, explica.

Sin gafas de protección, la alternativa es observar un eclipse sin mirarlo directamente. Es decir, proyectándolo sobre una superficie plana. Eso requiere un mínimo de conocimientos, recuerda Galadí: “Y en el caso de usar telescopios, hay que tener experiencia previa o asesoramiento, porque el Sol puede calentar hasta inutilizar muchos telescopios modernos”. Para descubrir y practicar esos métodos alternativos, Joaquín Álvaro recomienda acudir a una de las muchas actividades de observación que organizarán asociaciones astronómicas de toda España; y que estarán anunciadas en la web de la federación que él preside. Y también recuerda que estas asociaciones están comprando grandes lotes de gafas, abriendo así otra vía para que la población las consiga.

Álvaro también forma parte de la Comisión Nacional del Eclipse, que tiene la labor de asesorar a las administraciones y responsables políticos para preparar el trío de eclipses que se avecina. Ese grupo de trabajo organizará el sábado 29 una observación pública en Gijón, en colaboración con el ayuntamiento de esa ciudad. El concejo gijonés “ha tomado la delantera y le va a dar trascendencia a este fenómeno”, señala este astrofísico. Espera que el ejemplo cunda y que pronto otros gobiernos vayan anunciando planes para este eclipse y, sobre todo, para los siguientes. “Aún estamos a tiempo”, coincide Sánchez, quien recuerda que ante los eclipses totales será necesario elaborar planes de protección civil específicos y realizar compras masivas de gafas de protección, para evitar el caos y la especulación que siempre acompañan a estos fenómenos astronómicos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_