Un estudio señala que la ola de calor de Canadá hubiera sido “casi imposible” sin el cambio climático
Los investigadores advierten de que el calentamiento aumentará los fenómenos extraordinarios como el vivido en Norteamérica, donde se superaron los 49 grados
La inusual ola de calor que afectó la semana pasada al suroeste de Canadá y el noroeste de EE UU con temperaturas récord habría sido “casi imposible” si el planeta no estuviera inmerso en un proceso de cambio climático alimentado por los gases de efecto invernadero que expulsa el ser humano. Así lo concluye un análisis exprés elaborado por científicos del World Weather Attribution (WWA), un grupo internacional dedicado a analizar la influencia del calentamiento global en fenómenos meteorológicos extremos. Los investigadores advierten de que a medida que el cambio climático se acelere, eventos tan extraños como esta ola serán “mucho menos raros”.
La ola de calor de la costa del Pacífico de Norteamérica, que se ha cobrado la vida de cientos de personas y ha ido acompañada de graves incendios forestales, ha salido de todas las tablas históricas de temperaturas. Porque, como señalan los autores de este informe, no es normal que se sobrepasen los 45 grados en las latitudes en las que se produjo la ola de calor.
En el pequeño pueblo canadiense de Lytton (de alrededor de 250 habitantes y en una latitud similar a la de Berlín) se llegaron a registrar 49,6 grados, según informó la prensa local —en España, el récord de temperatura se registró en 2017 en Montoro (Córdoba) y fue de 47,3 grados—. “Las temperaturas observadas fueron tan extremas que se encuentran muy lejos del rango de temperaturas observadas históricamente”, explican los autores de este análisis exprés.
Los informes de atribución de los fenómenos extremos al cambio climático suelen analizar los datos para averiguar cómo de probable es que se hubieran producido si no existiera el calentamiento global. En el caso de la ola de calor de la costa del Pacífico de EE UU y Canadá ha sido 150 veces más probable debido al cambio climático.
“El cambio climático está haciendo que eventos extremadamente raros como este se vuelvan más frecuentes. Estamos entrando en un territorio inexplorado. Las temperaturas experimentadas en Canadá la semana pasada habrían batido récords en Las Vegas o España”, ha explicado a través de un comunicado Sonia Seneviratne, del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Ciencias del Clima, en Zúrich, y una de las autoras del análisis.
Los investigadores, además, concluyen que esta ola de calor fue unos dos grados más cálida de lo que habría sido si hubiera ocurrido al principio de la Revolución Industrial, es decir, antes de que el ser humano comenzara a emplear a gran escala los combustibles fósiles, principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuando la ola de calor estaba todavía activa, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya advirtió de que era un fenómeno “excepcional y peligroso”. La OMM no estableció una relación directa de este fenómeno al cambio climático, pero si recordó que los estudios científicos apuntan a un incremento de las olas debido al calentamiento global.
Los investigadores del WWA insisten en la misma idea cuando señalan que a medida que avance el calentamiento las olas como la de la semana pasada serán mucho menos raras. Estos científicos sostienen que la crisis climática está llevando a la humanidad a un escenario nuevo “que tiene consecuencias significativas para la salud, el bienestar, y la forma de vida”. Por eso piden que se pongan en marcha medidas de recorte de emisiones de efecto invernadero y de adaptación a los impactos de un calentamiento que en estos momentos es irreversible para que la sociedad esté preparada “para un futuro muy diferente”.
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