Llamar al perro y que acuda: así son los test de sociabilidad canina similares a los que impondrá la ley
La norma de bienestar animal acabará con la lista de perros potencialmente peligrosos y la sustituirá por un test que deberán pasar todos los perros grandes y que todavía se está definiendo
Llamar al perro suelto y que acuda, que se deje poner el bozal para subir y bajar del coche, que camine atado por la calle sin hacer caso de peatones, coches y ciclistas o que sea capaz de estar quieto dos minutos al lado de otros canes. Esas son algunas de las pruebas del test de sociabilidad para perros de la Real Sociedad Canina (RSCE), pionera en España en esta cuestión. La Dirección General de Derechos de los Animales y un comité de expertos están definiendo una prueba similar, pero más sencilla, que tendrán que pasar todos los perros grandes y sus dueños cuando entre en vigor la futura ley de protección animal y que sustituirá a la lista de perros potencialmente peligrosos. Todos los dueños de canes deberán además realizar un sencillo test de conocimientos y asegurar a su mascota. Pasamos una jornada viendo cómo funcionan estos exámenes perrunos.
“Nuestra prueba de sociabilidad tiene tres partes, un test de conocimientos para los tutores de los perros, una prueba de manejo del animal en una pista cerrada, y otra de cómo se desarrolla el can en un entorno urbano”, resume Carlos Alfonso López, experto en adiestramiento y vocal de la RSCE. “El test que se imponga para todos los perros grandes —falta saber a partir de cuántos kilos de peso— lo estamos decidiendo ahora, pero será más sencillo que el nuestro”, continúa López, que participa en el comité de expertos de la nueva ley, donde también hay veterinarios etólogos y educadores caninos.
El test actual de la RSCE incluye siete pruebas en un circuito cerrado y otras nueve en el entorno urbano. Entre las primeras, llamar al perro suelto y que acuda, que sea capaz de quedarse quieto cuando el dueño se va, o permanecer dos minutos tumbado junto a otros perros sin moverse. De las segundas, subir y bajar del coche con bozal, pasear cerca del tráfico sin alterarse o que se deje inspeccionar por un extraño. Para ser apto, el can debe superar cuatro de los siete primeros ejercicios y cinco de los nueve siguientes. Desde 2017, más de 4.000 perros lo han superado con éxito, y tan solo 40 han sido rechazados o declarados no aptos (un 1%). Es imprescindible para participar en cualquier deporte canino federado.
Sheila de la Iglesia es adiestradora canina en un centro de Brunete, donde ayuda a preparar el test de sociabilidad que luego serán certificados por un juez de la RSCE. “Hacemos grupos semanales con una o dos clases a la semana, y vienen los dueños y los perros para mejorar su comportamiento”, apunta. Cinco de ellos, y sus mascotas, salen al césped. Cada persona se coloca a dos metros de la siguiente. Los perros están sentados sobre sus patas traseras. “Vamos a comenzar, tumben a los perros”, dice la adiestradora. Todos obedecen. “Y ahora, avancen”. Los cinco dueños caminan, pero los perros siguen tumbados, sin hacerse caso unos a otros. Esa sería una de las pruebas y la han pasado todos.
“Ahora vamos a ensayar la parte del bozal”, continúa De la Iglesia. Una adiestradora sujeta el bozal y una perrita ensaya a meter el hocico para ponérselo. “El perro tiene que dejar ponerse el bozal, tienen que hacerlo sin resistirse. Nosotros lo trabajamos con premios. En la prueba del test esto se hace dentro de un coche”, explica. En el examen, eso sí, no se pueden utilizar ni comida ni premios, aunque sí caricias.
Jesús Martín, de 31 años y residente en Madrid, ha pasado la prueba hace unos meses junto a su perra Lía, una hembra de labrador retriever negra de año y medio: “Fue una experiencia muy buena, la perra estaba cómoda y realizó bien todos los ejercicios”, cuenta en el mismo centro de entrenamiento. ¿Cómo se preparó? “Me leí las pruebas y tuve que entrenarla un poco, sobre todo en cuanto a la sociabilidad, porque es insegura con las personas y se asustaba con mucha gente. Me vino muy bien trabajar estos ejercicios básicos porque luego se nota en el día a día, se porta mejor. Y la prueba la hice en una mañana, tanto la parte de pista como la de ciudad”. Cuesta entre 20 y 40 euros. En cuanto a la futura prueba general, no se sabe todavía si será gratuita o tendrá un coste bajo.
Sergio García Torres, director de Derechos de los Animales, confirma que esta prueba es una de las bases del futuro test general. “Hay cuestiones que sí se van a incluir, porque al final es una prueba de valoración de animales. Es una base desde la que partir. Luego hay otras pruebas que plantean de otros colectivos, como los veterinarios etólogos, que tienen la misma finalidad. Entre todas se está haciendo una valoración conjunta para hacer una prueba estandarizada”. Ese test habrá que confirmarlo en el reglamento que deberá ser aprobado en los siguientes seis meses a la aprobación de la norma, prevista para finales de este año o inicios del siguiente. Está por ver quiénes podrán certificarla, aunque se piensa en adiestradores, educadores y clubs caninos.
Todas las fuentes consultadas apuntan a que la prueba general será sencilla de pasar, pero no es descartable que los perros con problemas de comportamiento necesiten algún tipo de entrenamiento previo. Carlos García Arcos, educador canino en Educan Granada, señala que la media por sesión de adiestramiento —de una hora— puede estar entre 40 y 60 euros, y que el número de clases depende mucho del perro y de la gravedad del problema. “Lo normal es tener una clase a la semana al menos durante un mes”, apunta. Las 30 delegaciones de Educan en España adiestran a unos 4.000 perros al año.
Adiós a los perros peligrosos
Cuando la prueba se generalice desaparecerá la lista de perros potencialmente peligrosos, que en la actualidad incluye a pit bull terrier, rottweiler, dogo argentino, staffordshire bull terrier, american staffordshire terrier, fila brasileño, tosa inu y akira inu. Quedan fuera, por ejemplo, los pastores alemanes y los doberman. Esos perros deberán pasar por el mismo test que el resto y, si lo superan, podrán manejarse sin restricciones. Quienes no lo pasen, o prefieran no pasarlo, tendrán un manejo especial, con limitaciones similares a las que ahora tienen los perros peligrosos: correa corta, bozal siempre y una licencia especial para su manejo.
Alicia Quiñones, de 36 años, espera como agua de mayo este cambio legislativo. Su perrita Amy es un staffordshire bull terrier de seis años considerado peligroso ahora. “Ahora mismo la ley me obliga a llevarla siempre con bozal y con correa corta, incluso en los parques de perros. Además, hace falta una licencia, que hay que renovar periódicamente, un seguro de responsabilidad civil, enviarles la cartilla del veterinario puesta al día y algunas cosas más”, se queja Quiñones. “Cuando cambie la ley va a ser maravilloso, espero que ayude a normalizar este tipo de perros”. Alicia y Amy pasaron el test de sociabilidad hace unos años. “Lo preparamos yendo a centros comerciales y a sitios donde hubiera niños y perros, lo trabajamos unos meses para que se centrara en mí. Si consigues que ponga el foco y no haga caso a las demás cosas es sencillo”, admite.
La norma que prepara Derechos de los Animales incluye que todos los perros tengan un seguro de responsabilidad civil, como ya pasa en algunas comunidades, como Madrid o País Vasco. “Es un cambio esencial, un perro puede morder a alguien, pero sobre todo cruzarse sin mirar y causar un choque o una caída”, señala López, de la RSCE. Esto se extenderá a los 8,5 millones de perros registrados en España —puede haber más sin registrar—, según la Red Española de Identificación de Animales de Compañía. Las pólizas para perros peligrosos —que ya son obligatorias— oscilan entre 50 y 100 euros al año, y para canes más pequeños podrán ir de 20 a 50, aproximadamente. Además, muchos seguros para hogares ya incluyen este tipo de coberturas.
Curso de conocimientos caninos
La futura ley incluirá también la obligación de que todos los dueños de perros pasen un sencillo test de conocimientos caninos. El director de Derechos de los animales explica que será “una breve formación de adquisición de conocimientos que se realizará online, aunque también podrá hacerse en el veterinario para quien lo necesite”. Consistirá en ver una serie de diapositivas e infografías, y varios textos de información y después unas sencillas preguntas tipo test, de cara a valorar que se conocen las cuestiones mínimas para la tenencia de un animal de compañía.
Desde el departamento lo comparan con los cursos online de manipulador de alimentos. La formación será gratuita para los propietarios, podrá hacerse en cualquier momento y se financiará con los Presupuestos Generales del Estado. Si una pareja tiene un perro, solo será obligatorio para quien figure como propietario. “Si registras un animal a tu nombre, debes tener el certificado de realizar este curso”, señala García Torres. Será condición necesaria para quien adquiera o adopte un can a partir de la entrada en vigor de la norma, y luego se trabajará con los veterinarios para que también lo hagan los propietarios actuales. Además, antes de hacer el test de sociabilidad se exigirá haber pasado el curso online, que quedará reflejado en el certificado de DNI digital.
Armando Solís, presidente del Colegio de Veterinarios de Asturias, señala que ese curso “todavía no está definido, hay que saber en qué va a consistir, cuál es el programa y quién lo va a impartir. Los veterinarios deberíamos estar al frente”. Todo eso se definirá en un futuro reglamento. José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina, considera que “cualquier conocimiento que se pueda adquirir es bueno siempre que se use para formar e informar”, porque “la incorporación de un perro a la vida de una familia debe ser una decisión meditada”.
Las preguntas del test de sociabilidad de la RSCE pueden dar una idea de cómo serán las de la futura prueba. “¿Cuál es el método de identificación válido para perro?” El microchip. “¿Cuál es la edad mínima que debe tener un perro para hacer la prueba de sociabilidad?” Diez meses cumplidos. “¿Cómo deben viajar en coche los perros?”. Nunca en el asiento delantero, siempre detrás con un cinturón homologado que impida que lleguen a la zona del conductor.
“Este curso online será una formación básica para que la gente sepa lo básico antes de decidirse a tener un perro”, incide Carlos Alfonso López, en este caso en su papel como asesor de Derechos de los Animales. “Cuando compramos un electrodoméstico leemos las instrucciones, creo que nadie debería llevarse las manos a la cabeza por exigir lo mismo para quien quiera tener un perro”, concluye.
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