Parsifal busca el grial fuera del tiempo

Parsifal, el caballero redentor del mito artúrico, se adentrará en un espacio atemporal, rodeado por una música futurista, en la versión de la ópera wagneriana que preparan el cineasta Werner Herzog, como director de escena, y Lorin Maazel, en la direcció musical. La arquitectura vanguardista del Palau de les Arts de Valencia acogerá esta nueva relectura de la obra de Wagner, que abre la tercera temporada del centro valenciano. Será una obra fuera del pasado, el presente o el futuro, acerca del sufrimiento humano, ha señalado Herzog.

El joven caballero que sale en busca del santo grial se internará en un espectáculo alejado de cualquier momento concreto. Un lugar que pretende representar el pasado, el presente y el futuro en una obra que trata del sufrimiento humano, según han explicado Herzog y Maazel en la presentación de la obra, junto a la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt.

La música, que juega un papel crucial, también trastoca las coordenadas temporales. La música de Wagner es "futurista", "no es del XIX ni, seguramente, del siglo XX", según Herzog. Para situar la obra fuera del tiempo, Herzog ha empleado una escenificación que recuerda a su última película, Encuentros en el fin del munco, rodada en el Polo Sur. En la Antártida, ha indicado Herzog, "no existe el tiempo, porque todas las líneas temporales convergen allí". En cualquier caso, Parsifal es una historia que se desarrolla como si fuera "la última posibilidad de supervivencia para los seres humanos", según Herzog, por lo que el argumento deja a la ambientación en un segundo plano.

A Herzog le atrajo la arquitectura espacial del propio Palau de les Arts, que le recuerda a una "nave espacial". La novedad del coliseo, sumado a la posibilidad de trabajar sobre Wagner junto a Maazel fue una proposición que no pudo rechazar. Además, se da la curiosa circunstancia de que Valencia posee la reliquia del cáliz que, según la tradición cristiana,

utilizó Jesús en la última cena.

Una leyenda medieval

Parsifal se basa en un poema épico del siglo XIII de Wolfram

von Eschenbach y narra el viaje iniciático del caballero, cuya misión es encontrar el santo grial, el cáliz sagrado que según la leyenda recogió y conserva la sangre de Cristo al morir en la Cruz. Esa màgica copa es lo único que puede salvar a la orden del santo grial y redimir a la humanidad. En la catedral de Valencia se conserva desde el año 1424 el Santo Cáliz o Grial, una copa de ágata cornalina oriental en forma semiesférica, con un diámetro de 9,5 centímetros. Se cree que fue la que utilizó Jesucristo en la última cena, según sostiene la tradición católica.

Los principales personajes serán encarnados por el tenor Christpher Ventris (en el papel de Parsifal), la soprano Violeta Urmana (Kundry), el barítono Evguenin Nikitin (rey Amfortas), el bajo Stephen Milling (Gurnemanz, Caballero del Grial) y Serguei Leiferkus (Klingsor el mago). La escenografía es de Murizio Balò, el vestuario, de Franz Blumauer y la iluminación, de Guido Levi.

Un tándem fructífero

El director musical ha valorado los conocimientos de Herzog sobre la temática de Parsifal y, además de calificarlo como un "gran maestro", ha explicado que el cineasta dispone de la "suficiente sensibilidad para poder trabajar con él". Por su parte, el director de escena ha reconocido que el destino

de ambos artistas era trabajar juntos pues, a su juicio, era "evidente" que sus caminos profesionales iban a converger en algún momento.

Con esta obra wagneriana, Maazel inicia la que será su última temporada como director musical del Palau de les Arts después de que anunciara que no renovará el contrato que vence a mediados de 2009, una decisión que le produce "mucha tristeza". Después de tres años como responsable musical de la ópera valenciana, el director quiere centrarse en el festival de música de cámara que organiza en su teatro de Virginia.