Un enredo de trajes y pelucas
10 peluqueras y asistentes facilitan los 85 cambios de vestuario que exige 'Beaumarchais' - 30 actores interpretan a 68 personajes
En la primera escena de Beaumarchais, el actor y director del montaje Josep María Flotats se presenta ante el público con smoking y pajarita, interpretando al autor de la obra, el actor, comediógrafo y cineasta francés Sacha Guitry. Un minuto más tarde, vuelve al escenario transformado en el protagonista de la función: Pierre Agustín Caron de Beaumarchais (1732-1799), el dramaturgo que escribió Las bodas de Fígaro y El barbero de Sevilla. Al estilo del siglo XVIII, el intrigante Beaumarchais, hombre de negocios y traficante de armas, viste de forma atildada: camisa con chorreras, medias, zapatos con hebilla y una peluca impecable.
No es el único cambio que apreciarán los espectadores que acudan a ver la obra que se representa en el Teatro Arriaga hasta el domingo: el montaje suma 30 actores que interpretan a 68 personajes y suman un total de 85 cambios de traje. Tras el escenario, el Arriaga ha debido montar unos camerinos provisionales donde los actores pueden cambiarse con la ayuda de 10 asistentes de vestuario y peluquería y un escrupuloso orden en los ropajes que requiere cada actor, cada personaje, cada escena.
El montaje, dirigido por Flotats, se puede ver en el Arriaga hasta mañana
La obra de Sacha Guitry ha sido coproducida por el teatro bilbaíno y el Español
Los camerinos del teatro se encuentran demasiado lejos para adaptarse a las vertiginosas necesidades de Beaumarchais con el vestuario diseñado por Franca Squarciapino, premiada con un Oscar por su trabajo en Cyrano de Bergerac (1990). Cambiándose en los vestuarios instalados detrás del escenario, por contra, no se pierde un minuto, sobre todo si los intérpretes ?María Adánez, Ramón Barea y Carmen Conesa, entre los 30 que participan en el montaje? cuentan con la ayuda de cinco asistentes volcados en facilitarles la tarea de desvestirse y vestirse.
El responsable de vestuario del Arriaga, Óscar Armendáriz, está al frente de los ayudantes de vestuario que ha reunido esta obra, una coproducción del teatro bilbaíno con el Español de Madrid. Su trabajo se apoya en la labor del equipo de peluquería. Actores y actrices llevan, exigencias de la historia, peluca. El estreno de Beaumarchais ha requerido la realización de 65 de ellas, todas de pelo natural. Para adaptarse a cada usuario se han elaborado a medida sobre unas cabezas de silicona.
Mantener las pelucas como el primer día a pesar del trote de cada función es responsabilidad de Susana Gosálvez, la jefa de peluquería del Teatro Español. En total, cinco peluqueras trabajan a diario en la producción. Dos profesionales peinan y retocan cada postizo todas las mañanas, en un horario muy poco teatral que comienza a las nueve de la mañana y se prolonga hasta las 15.30. El resto se incorporan por la tarde y trabajan hasta que concluye la función.
Salvar el barullo de tanto cambio en tan poco tiempo requiere un orden extremo: cada prenda está marcada con el nombre del actor y el del personaje y numerada según el orden de su entrada en escena.
Babelia
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