"En Dream Theater hay una faceta más orientada hacia el pop"
James LaBrie, vocalista de esta institución del metal progresivo, desvela claves de la gira que les lleva a Barcelona y Madrid
En las familias, en los equipos, en cualquier colectivo humano, por mucho afecto o complicidad que exista durante años (y por muy bien que parezcan ir las cosas) de pronto alguien puede dar la sorpresa: darse de baja y poner patas arriba el mundo de los demás. También en los grupos de música. Es lo que hizo en 2010 Mike Portnoy, el que fuera durante 25 años batería de la banda neoyorquina Dream Theater. Con 11 elepés a sus espaldas, venían de vender 10 millones de copias de su anterior álbum, Black Clouds & Silver Linings. Portnoy quería poner la banda a hibernar, pero ¿quién detiene a una empresa tan lucrativa? Nadie, por suerte para los fans españoles. Habían pasado fugazmente en verano por el festival Sonisphere de Getafe y ahora repiten: esta noche en Barcelona (Sant Jordi Club) y el sábado en Madrid (Palacio de Vistalegre).
Llevan un año presentando su flamante A dramatic turn of events (Roadrunner) álbum con el que se colaron en septiembre en el puesto número 10 de la lista de ventas española y en posiciones destacadas en decenas de países. Con su sencillo On the back of angels optaban a un Grammy que finalmente se ha llevado la canción White limo de Foo Fighters. Pero en esta institución del metal progresivo, que funciona casi como una compañía multinacional con un altísimo grado de profesionalidad, todo está milimetrado y nada, ni la deserción de un fundador, altera su plan de negocio. Esta noche van a repartir nuevas dosis de filigranas progresivas, avalanchas guitarreras y también algo de… ¡¡¿pop?!!
Ofrecemos una asombrosa velada de entretenimiento
“Lo creas o no hay una faceta en Dream Theater más orientada hacia lo simple y hacia el pop. Para una banda es importante hacerlo todo bien y para ello tienes que ser capaz de apreciar todo tipo de música. Creo que nuestra música es muy ecléctica porque podemos combinar ambas cosas. Somos conocidos como una banda progresiva (y queremos conservar eso), pero hay muchas capas en Dream Theater. La auténtica esencia de nuestra música está muy diversificada”. El tenor canadiense James LaBrie (Penetanguishene, 1963), cantante de la banda desde 1991, rechaza por teléfono la etiqueta de frialdad que suele acompañar a músicos tan virtuosos: “Podemos ser sensibles y emotivos en nuestra música. En nuestro trabajo hay muchos momentos mágicos”. LaBrie habla con entusiasmo de lo mucho que ha trabajado sus melodías con John Petrucci y sus colaboradores “del departamento vocal”.
Quizá otro departamento (¿audiovisual?) fue el que se encargó de grabar el documental -con aire de reallity show- sobre el casting por el que desfilaron algunos de los mejores baterías del mundo. El reto era mayúsculo: encontrar a un hombre capaz de interpretar con solvencia, entre otras canciones, The Dance Of Eternity. “Si puede con esto, puede tocar cualquier cosa de Dream Theater”, afirma en el filme el guitarrista y líder de la banda, John Petrucci.
Tras el arduo proceso de selección, seguido con emoción por los fans de todo el mundo, el elegido fue Mike Mangini quien, teóricamente, ya es integrante de pleno derecho de la banda (aunque cuesta pensar que Portnoy no encontrará la puerta abierta cuando se le antoje…). “Lo mejor de Mangini es que ha hecho posible una transición sin fisuras entre uno y otro baterista. Es un miembro más de Dream Theater al 100%” apunta LaBrie.
Dream Theater cuida a los admiradores tanto como las buenas empresas a sus clientes. Traen un show por todo lo alto. “Pantallas gigantes, un juego de luces asombroso, una imaginería especial…” enumera LaBrie. “Ofrecemos una asombrosa velada de entretenimiento y sabemos que el público español va a saber apreciarlo. Cuando tocamos aquí nos los tomamos muy en serio y nos concentramos en dar el mejor espectáculo que podemos, porque nos importa: queremos conservar nuestra larga relación con España”.
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