Un año convulso... y de bajo coste
El IVA no baja, de la Ley del cine ni hablamos, pero sigue habiendo películas españolas. Y buenas... ¿hasta cuándo?
A diez días de los Goya, el IVA sigue al 21%. A diez de la ceremonia no hay acuerdo —sí buenas palabras en conversaciones con el ministro de Hacienda— sobre las exenciones fiscales. A diez días del fin de la temporada para el cine español no hay Ley del Cine. Así que el cine español —y en España— sigue alimentando esa imagen de cuesta abajo...
Salvo por hechos puntuales. O no tan puntuales. La multitudinaria Fiesta del cine, que unos califican como un fenómeno evento y otros como una señal enviada por el público. La explosión de un nuevo cine, que venía calentando el ambiente con directores como Carlos Vermut, Los Hijos o la generación gallega, y que en 2013 ha dado obras como todo el proyecto #Littlesecretfilm (atentos a filmes de esta iniciativa como Obra 67), El futuro, de Luis López Carrrasco, La plaga, de Neus Ballús, Los ilusos, de Jonás Trueba, Gente en sitios, de Juan Cavestany, 10.000 noches en ninguna parte, de Ramón Salazar, La casa Emiak Bakia, de Oskar Alegría, Ilusión, de Daniel Castro, los últimos productos gallegos (Arraianos, Costa do Morte) y la ganadora del último Locarno, Història de la meva mort, de Albert Serra. Un cine que bien por descuido propio —hay que registrarse y presentarse, es decir, dar el paso adelante y no esperar a que te llame la Academia— o por desdén de otros solo asoma su patita en los Goya: el año pasado asomó Mapa, de Elías León Siminiani en la categoría a mejor documental (categoría en la que cada vez más entran los documentales de creación, un género en pujanza); en esta edición Stockholm (tres candidaturas) y La plaga serían sus representantes. Podrían acusárseles —en el mejor sentido— como más industriales pero beben de ese espíritu Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, y La herida, de Fernando Franco —a la que los Forqué señaló como favorita al gran cabezón—.
Y así empieza el debate sobre qué refleja o no los Goya. Y quién o no está en ellos. Este año David Trueba y Gracia Querejeta —por diversos factores— se han convertido en los veteranos del lugar. Bien por resbalones de los grandes (Los amantes pasajeros), bien porque no han presentado película esos big brothers, bien porque la misma Academia le ha abofeteado en la cara. El caso de Alex de la Iglesia es ejemplar: en la lectura de las candidaturas su Las brujas de Zugarramurdi aparecía en todas las categorías... hasta llegar a dirección y película, donde hubo corte de rollo y no se escuchó su nombre. Un mensaje claro al expresidente de la Academia. Todo eso podría dar la sensación de que a estos Goyas llegan segundos espadas. Bueno, con ver sus películas, queda claro que son tan buenos como los de la lista A.
Hay más olvidados y finalistas desconcertantes: ¿dónde está Bárbara Santa Cruz, la gran revelación de la temporada con Tres bodas de más, Barcelona, nit d'estiu e Ilusión? ¿Son Belén López, María Morales y Javier Pereira actores revelación este año? ¿Los académicos ven todas las películas? ¿Alguien ha visto la dirección de fotografía de Cristina Trenas, la hija del veterano Tote Trenas, en New York in shadows, de Juan Pinzás? Su padre hizo una campaña por Facebook repleta de emotividad y buenas palabras que al menos ya le ha obtenido la candidatura. ¿No quedamos en que Mario Casas es una de las grandes locomotoras del cine español? ¿O eso no incluye candidatura al Goya?
Antes de acabar, toca hablar de los dineros. En 2013 los cines españoles recaudaron 508 millones de euros, 71 de ellos venían de películas españolas. Eso es un 16% menos que en el año anterior... todas las salas, que los filmes españoles han ganado 50 millones menos (el efecto Lo imposible, como pasará en este 2014 con el nuevo Torrente, marca mucho en una industria tan pequeña), el 40% menos. Pueden ser los hábitos de consumo (se dispara el VOD y el cine en videotecas, aunque sigue siendo un mercado casi ínfimo), la falta de un taquillazo como los justo antes mencionados, puede ser por la caída de la producción... De todo ello se hablará seguro en los Goya. De todo menos de algo que ha apaciguado esa casa: ¿repetirá Enrique González Macho como presidente de la Academia cuando se acabe su mandato en abril? "En principio, no", responde el aludido. Que Segundo de Chomón nos pille confesados.
Babelia
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