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La música de baile en Blanco y Negro

El mítico sello español de música 'dance' cumple 30 años y Toni Peret, uno de sus djs de cabecera, graba un 'mix' recorriendo la historia de la compañía

Daniel Verdú
Felix Buget (izquierda), fundador de Blanco y Negro, y el dj Toni Peret.
Felix Buget (izquierda), fundador de Blanco y Negro, y el dj Toni Peret.

Mucho antes de que la modernidad musical encontrase en los mixes de electrónica el santo grial del podcast, hubo en España, como en otros lugares del mundo, unos tipos que se dedicaron a construir la versión primitiva de este hoy extendido invento. De la mano de una legendaria discográfica de música dance, Blanco y Negro, surgió quizá –siempre es peligroso aventurar el origen del universo- el primer producto comercial de este tipo en nuestro país: el Studio 54 mix. Una sesión mezclada por Raúl Orellana, el residente de aquella suerte de sucursal del mítico club neoyorquino, lanzada en el año 1983 y que dio pie a todo tipo de artefactos del ensamblaje musical con beat. Aquello solo podía ser magia. O pura obra del diablo. “Con los primeros mixes que escuché me imaginaba una cabina con 17 platos, pero luego caí en que en realidad estaban cortando cinta. Era la hostia. Y aquí el primer producto que se hizo fue aquel Studio 54. Pero yo entonces todavía estaba en la competencia”, explica Toni Peret, uno de los protagonistas de aquel boom del dance en España junto a djs como Josep Maria Castells o el propio Orellana en los ochenta y noventa.

El dj catalán y Felix Buget, presidente y fundador de Blanco y Negro -una de las discográficas que se encontraba en el origen de aquella efervescencia que dio pie a una transformación de las salas de baile, tal y cómo entendemos hoy los clubes, y la manera de divertirse en España, sobre todo en la vertiente más comercial del asunto-, nos reciben en el edificio de la compañía para rememorar toda aquella época ahora que se cumplen 30 años de su aventura empresarial. Para celebrarlo, Blanco y Negro ha lanzado una caja de 15 CDs y 270 temas que recorre su historia. Además, Peret ha grabado un mix para EL PAÍS con 30 cortes (las mismas versiones que en la caja) que han marcado los 30 años de una andadura que comenzó un poco antes en una tienda de la calle Calvet de Barcelona.

TONI PERET MEDLEY 83-13

Tracklisting
  1. MY MINE - HYPNOTIC TANGO 1983
  2. LASERDANCE - POWER RUN 1987
  3. FARLEY ' JACKMASTER' FUNK - LOVE CANT TURN AROUND 1988
  4. MARSHALL JEFFERSON - MOVE YOUR BODY 1986
  5. TOD TERRY PROJECT feat CLASS ACTION - WEEKEND 1988
  6. RAUL ORELLANA - THE REAL WILD HOUSE 1989
  7. GROOVY 69 - STARDUST MEDLEY WITH DUST 1998
  8. KOOL ROCK STEADY - LET'S GET HYPED 1988
  9. HADDAWAY - WHAT IS LOVE 1992
  10. TECHNOTRONIC - PUMP UP THE JAM 1989
  11. THE BUCKETHEADS - THE BOMB 1995
  12. WINX - HIGHER STATE OF CONSCIOUNESS 1995
  13. JOE SMOOTH - PROMISED LAND 1988
  14. BLACK LEGEND - YOU SEE THE TROUBLE WITH ME 2000
  15. ULTRA NATÉ - FREE 1997
  16. DB BOULEVARD - POINT OF VIEW 2001
  17. DOUBLE DEE feat. DANY - FOUND LOVE 1990
  18. RALPHI ROSARIO - I WANT YOU 1987
  19. AVICCI - FADE INTO DARKNESS 2011
  20. MODJO - LADY (HEAR ME TONIGHT) 2000
  21. BENNY BENASSI pres.THE BIZ - SATISFACTION 2002
  22. THE TWINS - FACE TO FACE, HEART TO HEART 1982
  23. GALA -FREED FROM DESIRE 1997
  24. FEDDE LE GRAND - PUT YOUR HANDS UP FOR DETROIT 2006
  25. R.I.O. - SHINE ON 2008
  26. MARTIN SOLVEIG & DRAGONETTE - HELLO 2010
  27. AFROMEDUSA - PASILDA 2000
  28. ATB - 9 PM (TILL I COME) 1998
  29. NALIN & KANE - BEACHBALL 1997
  30. KLUBBHEADS - TURN UP THE BASS 2000

En 1978, Buget y sus hermanos montaron ahí una de las primeras tiendas de música para djs de España. Un extraño lugar, por entonces, en el que podían encontrarse los primeros maxi singles de importación sin tener que viajar a Perpiñán, como hacían muchos entonces. “En aquella época se pinchaba sobre todo álbumes y sencillos. Mucha gente se iba a Perpiñán a buscar música. Los traían escondidos. Pero cuando abrieron las fronteras pudimos abrir también la tienda. La música dance nos encantaba y nos lanzamos”, explica Buget en una amplia sala de reuniones cuyas estanterías almacenan toda la historia en vinilo de la firma. Pero los comienzos fueron duros. Apenas existía esa cultura y los precios eran prohibitivos. Los primeros tiempos fueron bastante catastróficos. “Es que un disco entonces costaba 120 pesetas y nosotros no podíamos vender más barato de 625 o 650 pesetas”.

El dj Toni Peret en los comienzos de su carrera en 1982.
El dj Toni Peret en los comienzos de su carrera en 1982.

Tras un gran esfuerzo, y una temporada haciendo él mismo de maletero –trabajo que consistía en ir a las discotecas a mostrar a los djs mientras pinchaban el material que traían a la tienda- Buget consiguió que su establecimiento fuera un punto de referencia para los djs y los amantes de la música de baile. Toni Peret empezó a ir más tarde, alrededor de 1982, pero recuerda el encanto del lugar. “Tenía una magia especial, olía a discoteca. No era una tienda convencional. El suelo era de goma negra, las paredes negras, focos, unos JBL que petaban muchísimo… Entrabas ahí y era como participar en un rito. Los discos de importación olían distinto, era otro vinilo. Y veías que estaban mejor hechos, estaban retractilados”, cuenta sobre unos tiempos en los que el empresario de la sala le daba dinero al dj para que pudiera comprar siempre lo último. Aunque todo el aparataje fuera todavía muy primitivo. “En esa época había platos muy rudimentarios y costaba más. No existían los Technics. Había los Lenco, los L45, los Thorens (que tenían un pitch analógico), todos con correa. Tenía mucho mérito hacer esas mezclas. Raúl Orellana fue uno de los primeros que lo hizo antes de que salieran los Technics”. Unos platos, asegura Buget, que llegaron por primera vez a Barcelona a través de su tienda.

Tras años detectando cuál sería la música que iba a sonar y de aconsejar a ejecutivos de discográficas algún fichaje que iba a convertirse en hit, Blanco y Negro decidió transformarse en compañía. El punto de inflexión llegó un día en que el productor Ricardo Rauet se plantó en la tienda y les ofreció una maqueta de un tema con bases electrónicas. Había que buscar a un cantante. Preferiblemente negro. Así que se fueron a las Ramblas y dieron con un tipo que tocaba un saxofón, recuerda Buget. Aquel hombre se convirtió en Jules Tropicana y el tema que grabaron fue el primer hit de la compañía: Come On.

”Poco a poco creamos una cultura dance. Vivíamos un cierto declive del pop y el rock, y cogimos a la gente en un momento muy tierno. Además, cuando el italodisco –que llamábamos spaghetti- empezó a poner letras facilonas para chicas a aquellas bases, esa música entró en la radio y, por ende, en las casas. EL italo tenía la base dance, pero letras eran muy comerciales. Y así pasó de la discoteca a la casa”, recuerda Buget. Peret asiente, pero señala que no era fácil en aquella época identificarse públicamente con ese sonido. “Ellos [Blanco y Negro] iban a contracorriente. Ahora todo el mundo está con el rollo de los productores, el hardware... Y todo esto queda muy bien. Pero en los ochenta decir que te gustaba Silver Pozzoli significaba que te llamaran hortera”.

Entre la música que producían y la que licenciaban, por Blanco y Negro pasaron artistas como Sabrina Salerno con su mítico Boys, Sandy Marton y su People from Ibiza, Todd Terry, Technotronic o Josh Wink. Pero también música mucho más comercial, en algunos casos lindando con la máquina u otros productos que se vendían mucho en Valencia en la época tardía de la Ruta y que difícilmente pueden contemplarse hoy con el favor que otorga el paso del tiempo. Buget sostiene que para editar las cosas que les gustaban, también había que pagar el peaje de otros productos que se vendían y que no les interesaban tanto.

En cualquier caso, aquella tienda transformada luego en compañía fue el origen de toda una cultura de club que luego se ramificó en diferentes escenas. Blanco y Negro no reniega de su origen comercial ni de su trayectoria. Ellos, dicen, no son Sónar. Ni siquiera representan lo que hoy entendemos como electrónica. Solo dance. Y lo explican así. “Es diferente. Nosotros entramos en el corazón de la gente por el cansancio hacia el pop. Pero en los 80, muchos huérfanos del pop investigaron y quisieron incorporarle el sonido dance. Pero eso fue la electrónica. Eso fue a partir del technopop. Se comenzó a investigar con sintetizadores y ahí nació la electrónica. Pero eso no es dance, sino pop con instrumentos que podrían ser de música dance”, opina Buget.

Hoy, tras varios intentos de las todas las major por hacerse con la compañía, Blanco y Negro conserva su independencia y vive, o sobrevive, intentando adaptarse a otros sonidos como el EDM o lo que ellos han dado en llamar Eurolatino. La piratería y la falta de regulación del mercado les trae de cabeza y Buget pide a gritos una solución. Mientras tanto, dice, no piensa bajarse de la moto y tiene planes para los próximos 30 años.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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